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Pilar Palomero emociona con ‘La matinal’ San Sebastián

La directora zaragozana es una de las tres cineastas que aspiran a la Concha de Oro, de un total de diecisiete películas candidatas

Pilar Palomero, en el centro, con las protagonistas de La matinal, en el Festival de San Sebastián.
Pilar Palomero, en el centro, con las protagonistas de La matinal, en el Festival de San Sebastián.
EFE

Triunfadora en los últimos Goya con su opera prima, Las niñas, la directora zaragozana Pilar Palomero ha tenido una cálida acogida en el festival de cine de San Sebastián con La maternal, la historia del aprendizaje de una adolescente rebelde y desafiante que se queda embarazada e ingresa en un centro para madres menores de edad, y con la que se convierte en una de las tres mujeres directoras que aspiran a la Concha de Oro, de las 17 películas candidatas.

Con la debutante Carla Quílez como protagonista y Ángela Cervantes en el papel de su madre, la película se inspira en las conversaciones que Palomero (Zaragoza, 1980) mantuvo con jóvenes que habían atravesado situaciones similares, algunas de las cuales participan en el reparto del filme.

“Cuando las conocí pensé que cada una de ellas podía tener una película entera, me fascinó su fuerza”, ha dicho a Efe la directora. “Me intrigó especialmente esa vivencia tan contradictoria de ser adolescente y madre a la vez, porque la adolescencia es mirarse adentro, encontrar tu lugar en mundo, mientras que la maternidad es ser generoso, cuidar”.

Palomero relata cómo Carla, de 14 años, y sus compañeras lidian con su situación triplemente vulnerable, por ser adolescentes, madres y encontrarse en situaciones familiares y económicas precarias y en riesgo de exclusión social, pero lejos de revictimizarlas muestra esa fuerza en ellas y les ofrece una oportunidad de aprendizaje.

“Nunca me lo planteé como una ‘feel-good movie’”, asegura, “pero me gustaría hacer sentir lo que yo sentí al conocerlas, hay muchos prejuicios con los embarazos adolescentes, a mi ellas me rompieron los esquemas, sobre todo al darme cuenta de que son madres y personas estupendas cada una en sus circunstancias”.

A Carla Quílez la descubrió su directora de casting a través de Instagram. “Desde pequeña, a raíz del confinamiento empecé a hacer bailes, se viralizaron y empecé a ganar seguidores y a recibir propuestas”, explicó la joven debutante.

A Palomero le sedujo verla bailar pero le acabó de convencer en las pruebas con la cámara. “Sabía que iba a cargar con el peso de la película y tenía que asegurarme de que podía llegar a emociones diferentes y complejas, enseguida vi que no había problema, ella entra mucho a jugar y no tiene miedo”,

Desde el éxito de Las niñas Palomero vive un momento dulce, pero no siempre ha sido así. Licenciada en Filología Hispánica y diplomada en dirección de fotografía por la Ecam en 2006, rodó su primer corto y empezó a trabajar como cámara, pero la crisis la “fulminó” y regresó a su ciudad natal. Su vida profesional dio un giro cuando en 2013 fue una de las 16 cineastas seleccionadas por el director Béla Tarr para participar en su proyecto colaborativo en Sarajevo, donde estuvo cuatro años. “Lo que aprendí es que yo ya era cineasta”, ha afirmado Palomero, “puede parecer algo simple pero para mi fue fundamental, creer que puedes hacerlo es el primer paso y hay que darlo”.