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Carlos Espejo: "Somos inquietos del arte que quieren crecer y ser parte de la cultura artística aragonesa"

Miembro de Racún Teatro, una compañía profesional que nace en Monzón del seno de Rebullizio y que prepara su debut con ‘Escúchame’, el 2 de diciembre

Pablo Peirón y Raúl López, detrás. Adrián Moreno, Carlos Espejo y Rares Mogojan, delante.
Pablo Peirón y Raúl López, detrás. Adrián Moreno, Carlos Espejo y Rares Mogojan, delante.
Racún Teatro

Con residencia en Monzón, la compañía teatral Racún nace del seno de Rebulizio Teatro, grupo que pertenece a los Salesianos, y lo hace para profesionalizar la actividad de sus miembros, que viven en diferentes puntos de la geografía aragonesa. En Rebulizio continuaran desarrollando su vertiente más pedagógica, pero Racún quiere ir más allá, explica Carlos Espejo. Racún debutó el pasado verano con una gira por las Cinco Villas donde presentaron la comedia de creación propia, Gluten Free. Ahora están preparando Escúchame, una obra que estrenarán el próximo 2 de diciembre en Monzón.

¿Qué les llevó a poner en marcha Racún y cuándo?

—El motivo por el que nos decidimos a crear Racún Teatro fueron las ganas de seguir desarrollando nuestro trabajo de una forma más personal. A principios de este año se nos propuso realizar una gira en verano con una obra nueva, que Rebulizio no puede realizarla, así que nos pusimos manos a la obra unos cuantos miembros de la compañía para fundar una nueva con la que poder asumir este reto.

La idea de crear una compañía nuestra donde poder seguir haciendo teatro de una manera propia nos rondaba la cabeza hace tiempo ya que en Monzón somos muchos los que tenemos la inquietud de continuar haciendo teatro, así que vimos aquí la oportunidad de realizarlo.

El nombre de Teatro Racún, ¿tiene algún significado especial?

—Esto es una larga historia. Racún nace desde unos amigos que querían seguir haciendo teatro. Con lo cual el nombre tenía que venir de una historia nuestra, de nuestro grupo. A un amigo nuestro le llamábamos Mapache que en inglés es ‘racoon', en honor a él escogimos este nombre.

Tener experiencia en las artes escénicas a través de Rebulizio Teatro, hace que afrontar este nuevo proyecto sea más fácil o, por el contrario, ¿le lleva a ponerse el listón muy alto?

—Bueno, al final Racún se ha creado para profesionalizar toda aquella actividad teatral y musical que estábamos realizando de forma amateur. Somos muchos los miembros que nos dedicamos profesionalmente a actividades artísticas, con lo cual queríamos hacer lo mismo, pero con nuestros amigos y con nuestras propias creaciones. Cuando ya quieres pasar la barrera de lo profesional, o dotar a tus proyectos de esta calidad, te da una gran responsabilidad tanto con el público que viene a verte como con todos los compañeros que se dedican también a esto. Entonces, podríamos decir que el listón lo ponemos alto, pero tenemos muchas ganas de saltarlo con esfuerzo, trabajo y aprendizaje, fijándonos en compañeros que saben mucho de esto.

Este verano estuvieron de gira por las Cinco Villas, ¿qué pusieron en escena y cómo fue la acogida?

—Durante este verano, hemos puesto en marcha una comedia de creación propia, Gluten Free, una obra que hemos escrito en homenaje al comercio local, en concreto a una panadería de Monzón, la Martínez.

La acogida nosotros diríamos que ha sido bastante buena por parte del público. Haciendo referencia al mundo del fútbol ahora que se acerca el Mundial, digamos que hemos ido de menos a más, encontrando en cada representación lo que demanda el público en este tipo de teatro. Además, la dirección de África Franco nos ha dado una perspectiva de la obra que al crearla quizá no habíamos visto, y gracias a su visión y experiencia hemos podido llegar a este tipo de público de una forma más cercana y profesional.

Nosotros queríamos crecer como actores y en esta gira creo que lo hemos conseguido.

El nuevo proyecto de Racún, Escúchame, es el resultado de un laboratorio de investigación teatral en el que diez jóvenes contaron lo que les preocupaba. ¿Cómo van a llevar eso al escenario?

—Siempre he pensado que este tipo de teatro, que se conoce como teatro documento, donde nos documentamos de situaciones reales que después se muestran en escena, era muy difícil de llevar al escenario. En este caso, los “entrevistados” son los propios actores y actrices. Hemos llevado sus problemas y sus inquietudes a una clase de la ESO ubicada en cualquier instituto. Así pues, podemos hacer que la empatía entre el público que la vaya a ver y los personajes sea mayor, ya que todos nos podemos ver reflejados en ellos. Todos hemos vivido situaciones semejantes a las de Theo, Inés, Adri, Andrés, Gabi y Lucía, todos podemos tener una parte de ellos.

Ustedes quieren marcar un antes y un después en la escena teatral montisonense. ¿Qué tiene para ello de especial y diferente esta producción?

—Bueno, un antes y un después en cómo nos vaya a ver el público montisonense diríamos nosotros. Sobre todo, porque es algo totalmente diferente a todo lo que hemos hecho hasta ahora, una obra muy madura, con un proceso creativo de dos años y con historias en las que cualquier persona se puede ver reflejada. Como anécdota, una de las actrices (la única del elenco que no participo del laboratorio donde nace esta producción) dijo al leer el texto: “Es tan real que todos los personajes son arquetipos con tantas partes que te puedes ver reflejado en cualquiera de ellos”.

¿Qué tiene que aportar Racún que le haga diferente a otras compañías?

—Lo primero que queremos es seguir aprendiendo de los que llevan muchos años en esto y seguir creciendo hasta que se conozca nuestro nombre. No sabemos aún lo diferente que podemos ofrecer, somos profesionales del teatro y de la música, inquietos del arte que quieren crecer, aprender y ser parte de la cultura artística aragonesa.

Creemos que lo más importante es continuar en la misma línea que hemos ido haciendo a lo largo de todo este tiempo, que ha sido expresarnos con lo que llevamos dentro, crear historias, componer, querer emocionar y aprender del resto de personas que tenemos a nuestro alrededor. Con trabajo, humildad e ilusión, seguir creciendo y cada día ser un poco mejores.

¿Cómo vislumbran el futuro de Racún?

Pues como hemos dicho en la pregunta anterior, con ilusión. Tenemos muchas ganas de trabajar, de mostrar lo que sabemos hacer y de continuar haciendo kilómetros, dentro y fuera de Aragón. Dedicarnos al teatro, a la música, al arte en general ya es un regalo, así que sigamos disfrutándolo y aprendiendo para cada día mejorar y hacer disfrutar a la parte más importante de cualquier espectáculo, el público.