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‘Maña’, la coreografía de un montaje a ritmo lento e hipnótico

La propuesta de circo de Manuel Alcántara dentro de la programación del festival, sorprende a los oscenses

La compañía de Manolo Alcántara sorprendió al público con su espectáculo Maña.
La compañía de Manolo Alcántara sorprendió al público con su espectáculo Maña.
Verónica Lacasa.

Manolo Alcántara sorprendió ayer a los oscenses con Maña, un espectáculo-instalación en el que el público asistió al proceso de construcción en directo de un arco gigante con cajas muy pesadas, utilizando como premisa la economía del esfuerzo y del movimiento y sirviéndose de una tecnología ancestral, pero llena de vigencia, la palanca, la polea, la rueda…

Enmarcada en la programación del festival Periferias 22.0, la actuación de la compañía de circo catalana en la Sala Polivalente del Palacio de Congresos (a la que se trasladó por las inclemencias meteorológica ya que estaba prevista en la plaza General Alsina), no dejó indiferente a nadie.

Manolo Alcántara defiende el concepto de circo contemporáneo y lo concibe como un proceso en el que se ensanchan fronteras, y cuyo resultado es “un circo más amplio, más ancho, no tan definido y más conceptual”, un lenguaje y una manera de crear con la que él se siente bien.

Aunque no siempre es así, en Maña Alcántara se acerca a la instalación, en la que además del ejercicio físico de construir el arco con cajas de madera, “es una comunicación, un diálogo con el peso, que utiliza el recurso del ingenio para elevar el peso físico”.

Y lo hace siguiendo esa constante en la compañía que es la economía del movimiento, y en este caso también del esfuerzo, cuyo resultado es “un espectáculo ingrávido, etérico e hipnótico”, comentó Manuel Alcántara a este periódico.

La Sala Polivalente del Palacio de Congresos acogió la propuesta de circo.
La Sala Polivalente del Palacio de Congresos acogió la propuesta de circo.
Veronica Lacasa

Visualmente muy llamativo, este montaje también tiene capas escondidas con las que quiere llamar la atención de las personas, “porque si aprenden a manejar sus pesos, físicos y emocionales, les irá mejor en la vida”.

Y eso es Maña, donde se funden todos esos componentes de este circo tan singular, un espectáculo que no te imaginas y en el que hay que dejarse sorprender, algo que ocurrió en Huesca.

Manuel Alcántara es consciente de que cuando se crean propuestas artísticas que no están sustentadas por la inercia del momento, “asumes un riego extra”, que en lo que se vio ayer en la capital altoaragonesa es también físico ya el arco es pesado y mide cinco metros.

“Al margen de hacer este circo tan conceptual, este binomio con la instalación, Maña incrementa el valor del riesgo, que forma parte del ADN de la compañía. En definitiva, apunta su protagonista, es la coreografía de una acción tan cotidiana como puede ser un montaje”.

Hasta ahora, las hacía antes de que llegara el público, y en Maña rompe esa tendencia, y ese montaje es parte de la puesta en escena.

Manuel Alcántara lleva veintisiete años haciendo circo y siempre se ha caracterizado por buscar lo más curioso, lo más insólito, “y a estas alturas ya me atrevo a coreografiar acciones cotidianas, y no hay nada más cotidiano en las artes escénicas y en el circo por antonomasia, que un montaje de una escenografía”, que en Maña pasa por el tamiz artístico, y también de lo artesano, trabajando a medio camino entre el conocimiento y la intuición. No en vano, se considera artista y artesano y eso hace que unas veces aflore más uno que otro.

En una era digital y tecnológica y en la que todo en la vida es rápido e inmediato, Maña va a contracorriente, con un ritmo lento y nada trepidante, “dando valor a las cosas que se hacen poco a poco”, que es el caso de esta creación que ha costado más de tres años. “Y esto, en si mismo, es un riesgo porque le exige al espectador pensar, paciencia..., frente a las pantallas, en las que si no le gusta o le aburre, la cambia”.

Con destacados premios a lo largo de su carrera, el último el Nacional de Circo 2021, “al margen de ilusión, que es uno de los motores más importantes para lo que cada uno quiera hacer”, los galardones “contribuyen a ponerte en el panorama porque, aunque llevamos 27 años, siempre hay gente que no te conoce y eso ayuda a que lo hagan”.

Respecto al Nacional de Circo, Alcántara destacó algo importante que pasó con este reconocimiento, “es que te das cuenta del amor que te tiene la profesión porque me llegaron innumerables mensajes y cosas muy bonitas”, así que se propuso que este premio “no cambiara nada en mi forma de trabajar, y continuar como estos 27 años para que todo crezca y se mejore y sentir que tú también vas creciendo como artista, artesano, compañía y como persona”.

Manuel Alcántara, que está atravesando “un momento muy bonito” en su carrera, vive por y para el circo, “es mi oficio, mi pasión y mi hobby, para lo bueno y para lo malo, en el sentido de que es la tiranía del creador y te absorbe el tiempo. Menos mal, que esa tiranía se hace con mucho placer”, reconoció el artista, y el resultados son propuestas como Maña, que fue el ‘revival’ circense de este primer fin de semana de Periferias.