Cultura

CORTOMETRAJES

‘La historia de Eli’, un estreno para abrir la Muestra de Realizadores

El cortometraje de animación de Carlos López se podrá ver este martes en la DPH, a las 19:00 horas

Fotograma de La historia de Eli.
Fotograma de La historia de Eli.
S.E.

La Muestra de Realizadores Oscenses es el segundo evento cinematográfico más antiguo de Aragón. Este año se celebra la XXVIII edición de esta exhibición de películas de carácter no competitivo, que está organizada por la Asociación Oscense de Realizadores con la colaboración del Instituto de Estudios Altoaragoneses.

La XXVIII Muestra de Realizadores Oscense, que se inaugura este martes, se celebrará también los días 22, 29 y 30 de noviembre a partir de las 19:00 horas en el salón de la Diputación Provincial. Serán cuatro programas variados que no llegan a los setenta minutos, con la excepción del martes 29 que se proyecta el largometraje Armugán, el último acabador. En total 14 obras y 289 minutos con géneros tan dispares como ficción, documental, videoclips, videocreación…, con intérpretes reales o diferentes técnicas de animación. Filmes con premios y largo recorrido en festivales y, también, estrenos como La historia de Eli o Y Eva también.

Jesús Bosque, presidente de la Asociación Oscense de Realizadores, valora “la buena salud audiovisual de la provincia”, algo que confirma los 28 años de una muestra que reúne a “gente con mucha trayectoria y a otros que empiezan, y ese carácter de muestra, en el que no competimos entre nosotros, ha contribuido a que se lleve haciendo tanto tiempo”.

Asimismo, destaca a este periódico “el buen ambiente que hay entre la gente que nos dedicamos al cine y al audiovisual, con muchas colaboraciones entre unos y otros”; de hecho, en las producciones “hay gente que está en una y en otra”.

Como es habitual, todas las sesiones serán presentadas por miembros de los equipos técnicos o artísticos que han intervenido en los diferentes títulos a ver ese día, y entre los que habrá una propuesta variada en lo que a géneros se refiere, salvo la excepción de Armugán, “que se rodó en el Pirineo, con participación de gente de Huesca. Se trata de una película curiosa, en blanco y negro, y que trata el tema de la vida y la muerte”, explica Jesús Bosque.

Primera sesión

La XXVIII Muestra de Realizadores Oscense se inaugura con cinco títulos, entre ellos el estreno del cortometraje de animación La historia de Eli, de Carlos López. Se trata de segundo trabajo de este profesor de Matemáticas en Ayerbe, con la técnica de dibujar con tiza sobre una pizarra y hacer stop motion, al que ha dedicado, aunque de forma interrumpida, tres años.

Eli es una niña que vive en el bosque con su madre enferma en una casa muy grande. Tras un pequeño accidente, descubre que la casa oculta un terrible secreto... “Se trata de una historia inquietante, que no llega a ser de terror, pero que pretende mantener al espectador en la pantalla porque va in crescendo hasta llegar al apoteosis final”, cuenta Carlos López, que destaca el trabajo de las dos niñas que han puesto su voz a este corto, Adriana Sofía, que ha narrado la historia, y Elia, que canta la poesía final. “Para mí, y en su justa medida, la voz de las niñas es algo inquietante y me pareció muy interesante meterlo”.

El programa lo abrirá Experimento de fábrica, de Enrique Pérez Ayala, un videoclip que mezcla danza, sonido y ficción. Un héroe anónimo se adentra en lo que parece un mundo paralelo inexistente y que los demás no perciben, y decide poner en marcha un plan decisivo para poder llevar esa consciencia al resto de la humanidad.

Continuará Navateros del Sobrarbe, de Daniel Mingus Gallart, un documental en el que “se intenta mostrar, a partir de planos grabados con un dron, el descenso de las navatas en el Cinca, siguiendo el recorrido desde Laspuña a Aínsa”, indica su director, que insiste en que este punto de vista aéreo “permite al espectador ponerse en el lugar de un navatero” y bajar por el río.

Grabado en el descenso del pasado 22 de mayo, con este video se quiere “poner en valor a la Asociación de Nabateros de Sobrarbe, que este año organizó la 36 recreación que atrae a numeroso público y, además, no olvidar que en el siglo XVI, eran vecinos de Sobrarbe los que descendían con las navatas por el Cinca y el Ebro hasta llegar a Tortosa, al mar Mediterráneo, para vender la madera. Era su forma de vida y una proeza”, recuerda Gallart.

Seguirá El rebollo, de Marisa Tajada y César Casanova, una ficción costumbrista basa en un hecho real. Se trata de un proyecto de la Asociación de Costumbres Aragonesas, que hace 4 años organizó un certamen de relato breve sobre costumbres y tradiciones, y del que El rebollo fue uno de los ganadores. “Como parece que se lee poco y lo audiovisual tiene más repercusión, se decidió grabar alguno de los ganadores, El rebollo, para darle más visibilidad”, apunta Tajada, que explica que trata de una tradición celta, “que se hacía en los pueblos hasta hace 40 o 50 años y que yo no viví, pero le sucedió a alguien cercano a mí. Entonces la cultura era escasa, y la gente se agarraba a la creencia del abuelo o al curandero...”. Lo que se pretende, según Tajada es que la gente “vaya comprendiendo porque antes se hacían ese tipo de cosas y hoy, afortunadamente, tenemos otros medios para curarnos y ser más felices”.

Completa la programación Cardelinas, de Tomás Generelo, que se remonta a agosto de 1936. Tras ser separada de su marido e hijas por los falangistas, Concha Monrás pasa sus días encerrada en la cárcel de Huesca. Junto a Adela, su joven compañera de celda, reconstruye su relación con Ramón Acín.

Generelo está “muy ilusionado” con esta proyección porque “estrenamos Cardelinas el 11 de febrero de 2020, un mes antes del confinamiento general, y eso para la distribución fue perjudicial, y esta es la primera vez que se va a proyectar públicamente”.

Tomás Generelo confiesa que este trabajo es una idea que tenían en mente hacía unos años porque hasta 2019, “no se había llevado nunca a la pantalla la historia de Ramón Acín y menos de Concha Monrás”. Ese año se estrenó el largometraje de animación Buñuel en el laberinto de las tortugas, “que hablaba de Ramón Acín y contaba su historia, pero la parte de Concha seguía sin estar cubierta, y cuando pudimos terminar la producción fue como poder darle voz a esta historia que no se había contado”.