Cultura

reportaje

La relación entre el diseño y la política vista por Julia Casanova desde Nueva York

“El mensaje que me parece clave es que el diseño posibilita o imposibilita nuestras vidas mucho más de lo que pensamos”, dice la oscense 

Julia Casanova Abós.
Julia Casanova Abós.
Ana Emilia Hernández

Julia Casanova Abós, una diseñadora oscense afincada en Nueva York, considera el diseño industrial un instrumento para la transformación social. Pese que el diseño a menudo se asocia con lo superfluo y la mera estética, Julia considera que estamos obviando que el diseño refleja relaciones de poder y es eminentemente político. Quién diría eso de un teléfono móvil, unos guantes protectores o un dispensador automático de jabón, y sin embargo, todos ellos están diseñados con un tipo de usuario en mente. 

“Una de las cuestiones que más me interesa explorar es qué consideramos un tipo de usuario normal y por qué el diseño presenta barreras para aquellos que no se ajustan a esa categoría: ya sean mujeres, zurdos o personas con diversidad funcional.” Una autora británica, Caroline Criado Perez ha reflejado en un libro reciente, “La mujer invisible” (Seix Barral, 2020), cómo el mundo está diseñado por y para hombres. La utilización generalizada de maniquíes femeninos en los ensayos de colisión de automóviles no aparece hasta 2011. En la actualidad todavía no se utilizan en todas las pruebas y se ignora a las personas embarazadas. Esto tiene la grave consecuencia de que, en accidentes similares, las mujeres tienen más posibilidades de resultar gravemente heridas o fallecer que los hombres.

Esto fue lo que llevó a Julia a realizar su trabajo de fin de máster en la Parsons School of Design de The New School sobre el equipamiento de seguridad del cuerpo de bomberos, en particular la necesidad de adaptarlo a las necesidades de las bomberas. Para ello creó un guante adaptado con diferentes innovaciones, entre ellas un diseño que permite coger la manguera y hacer otros movimientos clave con mayor destreza. “En Nueva York hay únicamente 134 bomberas, de un cuerpo de mas de diez mil efectivos, el mayor de Estados Unidos. Una de las muchas barreras a las que las que se enfrentan es el equipo protector. Un estudio realizado en EE.UU. muestra que un 79 % de bomberas considera que el equipamiento no se ajusta a su cuerpo. Esto no es únicamente una cuestión de estética y comodidad, tiene un impacto claro en la seguridad y en la capacidad de desempeñar su función.” Ante una emergencia, un mal diseño puede ser una cuestión literal de vida o muerte.

Antes de mudarse a Nueva York, Julia ya se había interesado por ese tipo de cuestiones. Diseñó un corsé ortopédico para personas con problemas de espalda que se puede customizar fácilmente para ajustarlo a los gustos de los usuarios gracias a la impresión 3D. Tradicionalmente se ha priorizado la dimensión médica de estos objetos, obviando que adaptarlos a la personalidad y el estilo de los que lo llevan, muchos de ellos en la infancia y adolescencia, puede contribuir a que generen menos rechazo. Profesionales de la medicina, de la ortopedia y del diseño pueden unir fuerzas para mitigar el efecto que este tipo de intervenciones tienen en pacientes.

“El mensaje que me parece clave es que el diseño posibilita o imposibilita nuestras vidas mucho más de lo que pensamos”, dice Julia. “La calle, los lugares de trabajo o nuestras casas están llenas de objetos diseñados con alguien en mente. Si tú te pareces mucho a ese supuesto usuario universal, quizá nunca te hayas dado cuenta, pero para muchas personas, esos diseños no funcionan. Hoy más que nunca se necesitan espacios para debatir cómo podemos asegurarnos como sociedad de ser inclusivos, también en el diseño, y no dejar a nadie atrás”.