Cultura

Lorena Laglera: “La jota forma parte de mi día a día y mi objetivo es disfrutar cantando”

La cantadora oscense se alzó con el Premio Extraordinario en el XXX Certamen Nacional de Jota ‘Ciudad de Huesca’

Lorena Laglera, en el Certamen ‘Ciudad de Huesca’.
Lorena Laglera, en el Certamen ‘Ciudad de Huesca’.
Roger Navarro.

Cuando salió al escenario del Auditorio Carlos Saura del Palacio de Congresos, el único deseo de Lorena Laglera era que “todo saliera como en los ensayos, donde no tengo presión y lo doy todo”. El pasado sábado optaba al Premio Extraordinario en el XXX Certamen Nacional de Jota ‘Ciudad de Huesca’, y vivió una de las tardes más felices sobre esas tablas, a las que se ha subido en multitud de ocasiones con la Compañía Artística Osca, que dirige Roberto Ciria, y con el Grupo San Lorenzo, al que también pertenece su profesor de canto, Jairo Périz, “con el que lo estuve preparando concienzudamente”.

La tarde del pasado sábado fue especial y la alegría de alzarse con el máximo galardón en canto femenino del concurso que organiza la Asociación Acordanza, ayer la mantenía intacta. Estaba emocionada y feliz por el premio y también “porque intenté disfrutar, y a medida que fui cantando lo conseguí”.

Con los nervios propios de enfrentarse a un jurado, entonó la jota obligada, un estilo que dejó grabado Camila Gracia, Ponen pleito las estrellas. Continuó con Cuando más aprieta el frío y La que más altares tiene, antes de las tres rondaderas con las que cerró su actuación. “Para entonces estaba tranquila, controlando, y cuando salí del escenario lo hice muy contenta por lo que había hecho y feliz porque había disfrutado”.

No había escuchado a ninguna de sus compañeras, pero era consciente “de que había una gran competencia porque había muchas que son buenísimas”, lo que sí había compartido era el rato “en los camerinos con dos amigas, Elena Casaña y Mercedes Budios. Las tres nos apoyábamos las unas a las otras”, y a ellas tuvo la oportunidad de abrazar tras recibir el premio.

Lorena Laglera no se puede “imaginar la vida sin la jota”. Comenzó a cantar con seis años y en la actualidad “forma parte de mi día a día”. “Cuando no son ensayos son actuaciones”, ya que también colabora con grupos de Binéfar, Graus y Zaragoza, y siempre con un objetivo, “disfrutar cantando”.

Ella lo tiene claro, sí se quiere se puede, “y si te gusta, sacas tiempo para la jota de donde sea”.

La pandemia la llevó, como a muchos, “a cantar solo en casa”, por eso esperaba, ella y todos, con muchas ganas de este certamen, “que todo volviera a la normalidad tras dos años sin celebrarse el concurso”, para el que “he estudiado y trabajado mucho”, algo que va a seguir haciendo con la mente puesta en el Ordinario del Pilar.

Y es que, en el caso de Lorena Laglera, “la jota es una manera de vivir”, y lo que mejor resumen su cariño por el folclore, lo dice una rondedera que cantó el sábado: Está la jota presente en mi pensar y decir..., y uno de sus deseos pasa porque sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, “un reconocimiento que merece y que ójala llegue pronto”.