Cultura

ARCO 2023

El mercado es (de nuevo) el mensaje

La feria Arco vuelve a mostrar en Madrid la pujanza del arte tras la pandemia

Merino recordó a Picasso en el 50 aniversario de su muerte.
Merino recordó a Picasso en el 50 aniversario de su muerte.
L. LL.

Dándole la vuelta a la conocida frase de Marshall McLuhan, la feria artística madrileña Arco trocó “el medio es el mensaje” por “el mercado es (de nuevo) el mensaje”. Y es que, tras dos años de pandemia y vacas flacas, 2023 ha sido un año magnífico en lo que a ventas se refiere. Además, la cita ha recibido en su 42ª edición a más de 95.000 espectadores, lo que significa que ha vuelto de nuevo a niveles pre-crisis. Y, como siempre, alrededor de Arco han vuelto a celebrarse un sinfín de ferias paralelas, entre las que cabe destacar Art Madrid, JustMad o Hybrid. Por otro lado, Madrid ha contado de nuevo con otro gran atractivo para los amantes del arte: las magníficas exposiciones que en los días de Arco acoge la ciudad, entre las que destacan las de Margarita Azurdia en el Reina Sofía, Manolo Quejido en el Palacio de Velázquez, Leonora Carrington en la Fundación Mapfre, Juan Muñoz en Alcalá 31, Zóbel en el Prado, Boris Groys en el Círculo de Bellas Artes, la muestra Visiones expandidas en Caixaforum o, por supuesto, la de Lucian Freud en el Thyssen, entre otras muchas. Lo cual coloca a Madrid en la cúspide absoluta del mundo del arte.

En esta ocasión, Huesca no ha contado con una representación destacada. Han salvado el pabellón los hermanos Saura: Antonio con obra en tres galerías (Mayoral, Marc Domènech y la mejor en José de la Mano) y el recién fallecido Carlos con su ensayo fílmico sobre los fusilamientos del 3 de mayo, que en la galería Max Estrella se veía complementado con una fotografía de gran formato de Jorge Fuembuena del rodaje de dicho cortometraje. Y en las ferias paralelas tan solo se ha podido ver la obra del oscense Javier Garanto en Hybrid. Una cosecha, sin duda, pobre en comparación con otros años.

Una de las obras de Antonio Saura expuesta en Arco.
Una de las obras de Antonio Saura expuesta en Arco.
L. LL.

Cada vez menos propensa a experimentos vanguardistas, Arco ha certificado el auge renovado de la pintura. Pero también el éxito de las propuestas más ocurrentes y vistosas. En esta línea, no puede faltar nunca la polémica que genera cada año Eugenio Merino, que esta vez, para celebrar el 50º aniversario de la muerte de Picasso, ha optado por mostrar -como siempre de forma absolutamente hiperrealista- al genio malagueño en su capilla ardiente. Ha sido en la galería ADN, donde también se han podido ver obras muy valiosas de Mounir Fatmi, Carlos Aires o Regina José Galindo, todas ellas de fuerte compromiso sociopolítico. Entre las galerías que han dedicado espacios monográficos a un solo artista, caben destacar los dibujos sobre aluminio de la húngara Selma Selman en la ACB Gallery, la pared ocupada por la papiroflexia de Catalina Swinburn en la galería chilena Aninat, la nueva onda a lo Chillida del británico Antony Gormley en la italiana Continua, el arte panfletario de Graciela Gutiérrez Marx en la argentina W-Galería, los paisajes románticos a lo Caspar David Friedrich de Pipo Hernández Rivero en la NF, los vistosos espejos de colores de Pae White en la alemana Neugerriemschneider, la colorista apuesta por la solidaridad entre África y América de Marcelo Brodsky en la neoyorquina Henrique Faria, la nueva obra de Baselitz en la francesa Thaddaeus Ropac o el alucinante universo surreal de Zush en la galería Senda. A los que habría que añadir los stands de El Mundo y El País, dedicados respectivamente a la reivindicación de los sin techo de Darío Villalba y al divertido y lúdico universo del manga y el anime de Edgar Plans, que atrajo especialmente a los espectadores infantiles de la feria.

En lugar de a un país concreto, Arco 2023 ha dedicado su sección especial al Mediterráneo, tanto como espacio geográfico como estado mental. Para ello ha contado con una excelente selección, comisariada por Marina Fokidis (y asesorada, entre otros, por Pedro G. Romero), en la que han brillado las mujeres: la escultura monumental de Laia Estruch, las fotografías neorrealistas en blanco y negro de Letizia Battaglia, el arte abstracto arabizante de la egipcia Huda Lufti, las esculturas tubulares de la palestina Jumana Manna, el apasionante collage pictórico de la egipcia Anna Boghiguian, las sinuosas esculturas en vidrio de la croata Sanja Ivekovic y, como casi única contribución masculina, la del histórico del arte povera Jannis Kounellis, fallecido en 2017. Otra sección importante ha sido la dedicada a las galerías emergentes, Opening, en la que habría que destacar las formas monstruosas de Maria Abaddon en la galería peruana Ginsberg, el vivo cromatismo de Anna Vogel en la alemana Sperling, el expresionismo y la imaginación de Laís Amaral en la brasileña HOA y la fantasía extravagante de Adrian Ganea en la rumana Zina. Y en la sección Nunca lo Mismo, dedicada al arte latinoamericano, han sido interesantes el realismo mágico de Manuel Chavajay en la galería guatemalteca Extra y el colorido étnico de Florencia Böhtlinck en la argentina Hache.

Por supuesto, no han faltado tampoco este año las galerías-museo, entre las que quizá la mejor ha sido Guillermo de Osma, con obras que iban de Braque a Picasso y de Christo a Maruja Mallo. También han presentado buenas selecciones la Leandro Navarro (Dalí, Dubuffet, Tàpies o el sutil dibujo Hombre operado de Antonio López), la Mayoral (Saura, Helena Vieira da Silva, Picasso, Dalí, Chillida) o la Marc Domènech. Y ya en la sección general, hay que destacar galerías como la alemana Capitain Petzel (sobre todo por los divertidos collages porno-pop de Pieter Schoolbert), la finlandesa Forsblom (con las esculturas de Stephan Balkenhol y Kim Simonson), la berlinesa Esther Schipper (con el atractivo de las parodias de Goya y Miró a cargo de Simon Fujiwara), o la francesa Christian Berst, dedicada al art brut de Misleydis Castillo y Marilena Pelosi. Otras galerías destacadas han sido la alemana Jahn und Jahn (con obra de Hermann Nitsch, padre del accionismo vienés), la francesa Lelong (con una selección de Plensa, Ana Mendieta, David Hockney, Dubuffet o una llamativa escultura negra de Kiki Smith), la portuguesa Miguel Nabinho (con artistas lusos como Cabrita Reis o Jorge Molder) o la alemana Levy, que solo por las obras de Meret Oppenheim ya merece estar en el Top de Arco 2023.

También han sido interesantes las propuestas de la francesa Perrotin (con la picassiana obra de Cristina Banban o la pieza de Sophie Calle), la londinense Richard Saltoun (con la onda afro de Bertina Lopes y Malangatana Ngwenya), la alemana Thomas Schulte (una gran selección con Alfredo Jaar, Mapplethorpe, Rebecca Horn y Uslé), la norteamericana Piero Atchugarry (con la imaginativa obra de artistas como Chris Soal, Dagoberto Rodríguez o Adam Jeppesen, que trabajan con materiales como los palillos, las piezas de Lego o formas nebulosas) o la única galería ucraniana, la Volosyn, en la que las obras de Nikita Kadan y Mykola Ridniy reflejaban la oscura tragedia de la guerra.

Pero sobre todo hay que destacar la excelente calidad de galerías españolas como la Albarrán Bourdais (a resaltar el retrato de un joven Enrique Vila Matas a cargo de Dominique González-Foerster), la Àngels Barcelona (con los títeres anticolonialistas de Daniela Ortiz), la Cayón (que celebraba el Centenario de Jesús R. Soto, grande del arte cinético) o la Carrerasmúgica, centrada en la escultura, con piezas de Richard Serra, Jon Mikel Euba, June Crespo o la obra más cara de la feria, una gran escultura de Chillida valorada en 3’7 millones de euros, que no se llegó a vender. También muy atractivas fueron las propuestas de la Elvira González (con Olafur Eliasson, Barceló, Flavin o Juan Muñoz), Espacio Mínimo (con Manu Arregui, Liliana Porter o la serie feminista de Diana Larrea), la apuesta femenina de la Freijo (con Elena Asins o Concha Jerez), la Helga de Alvear (con una gran escultura de José Pedro Croft en línea con Mondrian o un fascinante vídeo de una mantis de M+M) o la House of Chappaz, con dos metacrilatos de formas sinuosas de Momu & No Es.

Finalmente, también han resultado muy interesantes las selecciones de galerías como la Juana de Aizpuru (con Rogelio López Cuenca, Alicia Framis o Cristina García Rodero), la Ponce + Robles (con la obra de Françoise Vanneraud, siempre fascinada por las montañas), la RocíoSantacruz (con fotos de Ouka Leele y Colita, un sutil vídeo de Marina Núñez y una serie de Orlan imitando a Picasso) o la Marlborough, con una oferta renovada que incluía a Bacon y Chirino, pero también el desfile de títeres de Laura Anderson. Y, sin duda, una de las mejores galerías de la Feria ha sido la Max Estrella, que además del ya citado video de Carlos Saura, incluía vídeos de Daniel Canogar y Val del Omar, una poética instalación de Bernardí Roig, la casa-refugio de Eugenio Ampudia en homenaje al Guernica de Picasso y los humorísticos fluorescentes de Marco Godoy, como ese Emosido engañado (sic), que, con ironía, parece referirse tanto a la actualidad sociopolítica como a la situación del arte contemporáneo que refleja cada año Arco, la fiesta del arte.