Cultura

TEATRO

Alfonso Palomares: “Pasar del verso a la prosa sin que haya ruptura en la escena fue lo más difícil”

Coautor con Javier Trillo y director de ‘Don Gil de Olmedo es sueño’, cierra este viernes (20:30 horas) el XV Festival Olimpia Clasicc de Huesca 

Don Gil de Olmedo es sueño se presenta este viernes en el Olimpia.
Don Gil de Olmedo es sueño se presenta este viernes en el Olimpia.
S.E.

Lagarto Lagarto y Zazurca Artes Escénicas clausuran este viernes, a las 20:30 horas, el XV Festival Olimpia Classic con la coproducción Don Gil de Olmedo es sueño, una obra escrita por Alfonso Palomares y Javier Trillo, y protagonizada por Palomares, Elena Gómez Zazurca, Manuel López-Vigo y Minerva Arbués, y con música de Kike Lera. Inspirada en textos del Siglo de Oro español, esta dramaturgia, en la que se cuelan versos de Lope, Calderón y Fernando de Rojas, cuenta una nueva historia en la que los personajes del teatro clásico, que conviven con otros de invención propia, componen nuevas situaciones y cambian sus destinos. Como las comedias nuevas del Siglo de Oro, la obra es un enredo continuo, una madeja de hilo que no para de engordar y girar hasta el último instante.

Convertir los clásicos del Siglo de Oro español en un vodevil con música en directo es, cuanto menos, original. ¿También arriesgado?

—Pues un poco sí, pero justamente se trataba de eso, de arriesgar. Siempre he pensado que un creador tiene que salir de su zona de confort; de hecho, no entiendo la creación si no es así. Me preocupaba “destrozar los clásicos”, pero creo que los amo tanto, que incluso en medio de esta locura que es este Don Gil de Olmedo es sueño, se nota que nos gustan por encima de todo.

¿Por qué escogieron a doña Juana e Inés de Don Gil de las calzas verdes, Segismundo de La vida es sueño y Alfonso de El caballero de Olmedo para hacer esta dramaturgia que no remix?

—Buscamos personajes del teatro clásico español que fueran más o menos reconocibles por el público para cambiar su destino y crear una nueva historia, que necesitábamos que se supiera cual es la historia original.

¿Cómo conviven estos personajes de nuestro Siglo de Oro, que recitan versos de Lope de Vega o Calderón de la Barca, con los que ustedes de han inventado?

—Perfectamente. Pero quizá fue lo más duro en los ensayos pasar del verso a la prosa sin que hubiera una ruptura en la puesta en escena, si no todo lo contrario, que la transición fuera natural. Curiosamente, cuanto más respetas las normas a la hora de decir los textos en verso, más naturales se hacen y más se integran. El resultado es fantástico.

En Don Gil de Olmedo es sueño se puede decir que entre clásicos anda el juego, apostando por una historia nueva y hasta nuevos destinos.

—Nuestra propuesta es que hubiera pasado si el destino de estos personajes se trunca, cambia y coinciden en un mismo lugar ¿Qué pasaría? Esta premisa nos pareció de lo más sugerente. De ese modo tenemos fragmentos originales de los personajes, pero también nuevos. A partir del momento en que se encuentran nace una nueva historia, un nuevo destino para ellos, que es el que hemos construido, pero eso sí, manteniendo el ambiente y el estilo de las comedias del Siglo de Oro.

A ustedes les gusta “jugar” en el escenario, y en este montaje lo hacen con diferentes técnicas de interpretación. Explíquenos como se funden en un espectáculo: música, clown, bufón…, y todo ello para subir a las tablas a los clásicos.

—Lope de Vega hablaba en la comedia nueva de mezclar todo tipo de recursos y temas, de darle al público un poco de tragedia, comedia, efectos, etcétera. Y yo creo en ello, me encantan las películas o las obras de teatro que tienen un poco de todo porque la vida es así, puede darte un ataque risa en un velatorio o ponerte a llorar de tristeza en una boda. La vida no nos separa los sentimientos y podemos pasar del llanto a la risa en cuestión de segundos. Y aunque no lo parezca, funciona en el escenario.

Con todos esos ingredientes, las risas y la diversión están aseguradas, más cuando todo se desarrolla en un bar.

—Un bar en un cruce de carreteras en mitad de la nada, y que encima tiene una máquina de música para cantar. Y como no, personajes divertidos, payasos, guardias civiles, Celestina… Hay que ir a por todas, que el público es muy exigente. Y a nosotros nos gusta regalarnos en el escenario, darlo todo.

¿Cómo ha sido y que ha supuesto para Alfonso Palomares dirigir esta obra, además de producirla y escribirla junto a Javier Trillo?

—Todo un reto y un placer al mismo tiempo. Dirigir y actuar es complicado, tienes que tener muy claro que es lo que quieres de los actores porque tu también estás dentro con ellos y te diriges también a ti. Es un poco locura.

Con Javier Trillo nos entendemos a las mil maravillas. Yo soy un inconsciente que funciona por impulsos y luego justifico lo que propongo, y él es justo lo contrario, medita cada propuesta y está ya muy razonada cuando me la comenta, así que nos complementamos a la perfección, porque además hablamos el mismo lenguaje teatral.

Lagarto Lagarto y Zazurca Artes Escénicas van de la mano en este trabajo. ¿Qué supone para dos compañías de casa cerrar el XV Festival Olimpia Classic tras subir el telón de Feria Internacional de Teatro y Danza?

—Una gozada. Dejando a un lado que el Olimpia es un teatro maravilloso, gestionado por una gente maravillosa y que si nos dieran a elegir donde actuar el resto de nuestras vidas, sería allí. Dejando a un lado eso, actuar en casa es siempre un plus. Es más difícil, es siempre mejor actuar en lugares dónde no te conoce nadie, pero a la vez es una motivación extra exhibir tu trabajo ante la gente que te quiere, familia, amigos, vecinos. Así que estamos encantados.

Para los oscenses, también va a ser una oportunidad de oro poder disfrutar de este Gil de Olmedo en el Teatro Olimpia.

—Por supuesto. Creo que tienen que disfrutar de la obra y de nosotros, que llevamos el nombre de nuestra ciudad por Aragón y por España, y sentirse orgullosos del teatro que se realiza desde Huesca. Por algo somos ¡¡¡La capital mundial!!! l