Los poetas ofrecen un viaje por el variado mundo de los sentimientos

Diferentes instituciones culturales se han celebrado este martes en distintos puntos de la geografía española actividades con el fin de celebrar el Día Mundial de la Poesía, establecido formalmente por la Unesco el 21 de marzo de 1999, con el objetivo de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y fomentar la visibilización de aquellas lenguas que se encuentran en peligro. Este Diario ha hablado con cinco poetas oscenses cuyas poéticas tienen muy distintas trayectorias y temáticas, y que expresan sus inquietudes y sentimientos de muy variadas formas. Hablan de su obra, de su relación con este género literario y de la situación actual del mismo. La poesía, en opinión de unos, siempre será un género minoritario, aunque las redes sociales, con sus limitaciones, han hecho que aumente su consumo.

Angélica Morales

Para Angélica Morales, con varios premios en su trayectoria, la poesía “es belleza y misterio, es un pozo infinito donde todo cabe, es la luz y la oscuridad al mismo tiempo, lo que no existe, lo que no se piensa, es todo aquello que nos remueve por dentro, que pone nuestra alma del revés. La poesía ante todo es fe, fe en lo intangible, fe en la destrucción de toda realidad, fe en lo insignificante que crece en el silencio de los versos. La poesía es grito silencioso y hambre”.

S. E.

Respecto al momento que vive la poesía, Morales considera que es un género literario “que siempre está en crisis, es su estado natural. Otra cosa es que ahora todo el mundo escriba poesía o se crea capaz de hacerlo. Pero sigue habiendo pocos poetas o al menos pocos buenos poetas. Y siempre será así. Se lee poesía en redes, aunque la calidad no la acompaña. Pero sí, hay un mercado de moda poética donde de vez en cuando se puede encontrar un verso que reluce. La poesía o es buena o es mala, no tiene término medio... La poesía nunca se conforma, diría que es ella la que busca quien la escriba y quien la lea”.

Preguntada sobre cómo mejorar el estado de la poesía, dice que es algo imposible “porque la poesía no es un ser vivo y no se puede domesticar. Se la está comercializando y es por eso que está perdiendo su esencia. La poesía es un ser salvaje, hay que dejarlo en paz. Si te busca has de recibirla con los brazos abiertos, sin pensar en nada, sin respirar ideas razonables”.

Estela Puyuelo

Por su parte, Estela Puyuelo, que este jueves presenta en la Biblioteca Durán Gudiol, de Huesca, su poemario Ahora que fuimos náufragos, afirma que siente la poesía “como una forma de conocimiento del mundo y del lenguaje que nos lleva a una parte lúdica (jugamos con las palabras y con sus sonidos) pero, también, a otra seria y reflexiva (conocemos su etimología, su significado, sus posibilidades y sus efectos). La poesía es reflexión, provocación, rebeldía, caricia, lecho y, también, silencio. Todo aquello que emociona y que despierta nuestra sensibilidad, curiosidad, admiración o desprecio puede dar vida a un poema”.

Por otro lado, dice: “Quiero pensar que estamos en un buen momento para la lírica. Cada día se compra más poesía pero, precisando más, cada día se consume más poesía. Un ejemplo de ello son las redes sociales, donde poemas clásicos o actuales conviven junto a frases motivadoras o reflexiones varias en un totum revolutum. El problema para el lector es discernir entre una obra maestra y un texto sin ninguna calidad literaria. Por ello, es necesario que la poesía también se muestre en foros presenciales más especializados: centros educativos, teatros y otros lugares de ocio para poderla recitar, escuchar, analizar y disfrutar en compañía y, especialmente, que las editoriales sigan apostando por publicarla en papel, dándole el prestigio que esta forma de creación literaria merece”.

Á.H.

Eduardo Martínez Carnicer

En la poesía de Eduardo Martínez Carnicer encontramos “los temas más generales de la literatura: el amor y la muerte, y el poder y la locura”.

Este escritor oscense, cuando se le pregunta si la poesía pasa por un buen momento, dice: “es atemporal, no está más allá de las crisis sociales o políticas. Cervantes decía ‘el año que es abundante de poesía, suele serlo de hambre’. Pero la cosa se mantiene, sigue escribiendo la gente y sigue habiendo poetas”.

Eso sí, considera que “la poesía siempre ha sido un género minoritario” y cree que “no hay casi nadie que viva de escribir poesía, pero sí que hay mucha gente interesada y con sensibilidad, y con la llegada de la primavera y la naturaleza, siempre está allí detrás. La naturaleza y la sensiblidad de las personas mantienen viva la poesía”.

¿Cómo mejorar el estado actual de la poesía? “El arte -dice Martínez Carnicer- siempre es el hermano pobre de la sociedad y cualquier cosa sería bienvenida, pero existe la sensibilidad del poeta y siempre habrá gente interesada en el arte... Borges decía que la poesía es como los amaneceres, están allí, no son necesariamente útiles, pero existen y son necesarios”.

Juan Carlos Sanagustín

Opina Juan Carlos Sanagustín, un poeta de obra “comprometida con lo social y político -si no es comprometida no me gusta mucho-”, que este género literario tiene “pequeñas aficiones, pero poco más. Los medios dicen que se vende muy poca poesía, yo no lo sé exactamente, y es porque hay otras aficiones. Por ejemplo, yo no veo fútbol tan apenas pero el otro día me quedé con mi hijo a ver el Barcelona-Real Madrid y me gustó. No soy futbolero pero me gustó y me llamó la atención lo lleno que estaba el campo del Barcelona. Eso debe ser la poesía de ahora”, dice con sorna Sanagustín, en cuya obra tardía destacan las sátiras de políticos y de hechos de actualidad.

P.S.

Y para que este género literario deje de ser minoritario, la solución, en opinión de este escritor oscense, es “trabajar con los pequeños, formarlos en poesía, pero también en valores y en urbanidad, por ejemplo, que se ha perdido esta asignatura. Esto ya no existe, existe el fútbol y el dinero”.

José Martin-Retortillo

El presidente de la Aveletra (Asociación de Escritores en Huesca), José Martín-Retortillo, comenta que hace “poesía de palabras, es decir, la belleza de las palabras, y jugar con la música y con las imágenes”. En sus poemas, “los temas clásicos: la vida, el paso del tiempo, la sociedad y todos, que somos lo mismo, la misma cosa”.

Como otros escritores, opina que la poesía “siempre ha estado en crisis”, y añade: “en la medida en que no vale para nada, es lo más revolucinario que hay. No se compra nada ni se lee, pero todos los países han tenido sus poetas y sus referencias”.

Para Martín-Retortillo, la poesía es “lo que más se aproxima al misterio de la vida, lo que más cerca está, algo que es inexplicable, pero precisamente se trabaja con palabras. Quien más se acerca, aunque siempre se queda corto, es el poeta, porque maneja sentimientos, frente al filósofo que maneja razones y argumentos”.

No conoce este poeta oscense la fórmula que haga que la poesía deje de ser minoritaria. “Es mejor no esperarlo ni pretenderlo, porque sino será un puro panfleto y eso no interesa, el poeta no está para hacer panfletos”.