Cultura

día mundial del teatro

Un arte “fuera de este tiempo” pero “fuerte, con mucho talento”

Falta una política dirigida al sector, dicen Jesús Arbués y Elena Gómez Zazurca

Zazurca Producciones subió al escenario Mensaje en una botella
Zazurca Producciones durante una representación de Mensaje en una botella
Pablo Segura

Este lunes se ha celebrado el Día Mundial del Teatro, con el fin de que este arte llegue al mayor número posible de personas. Con este motivo, este Diario ha hablado con Jesús Arbués, director de las compañías Viridiana y Corral de García, y Elena Gómez Zazurca, de Zazurca Artes Escénicas, para conocer su opinión sobre el momento actual del sector.

Dice Arbués que el teatro es “un arte ancestral que se basa en la reunión de gentes, frente a la virtualidad dominante, en el equipo (imprescindible siempre), frente al individualismo dominante, que tiene como sustento la palabra en un mundo de imágenes, es, realmente, un arte fuera de este tiempo”. Sin embargo, “sobrevive. Quizá por eso, porque no puede ser sustituido por una pantalla, porque no puede ser mostrado individualmente, necesita verse en grupo, quizá porque, como dijo Lázaro Carreter, no es una imagen la que vale mil palabras, sino que cada palabra contiene cientos de imágenes. ¿Cuántas imágenes, por ejemplo, encontramos en la palabra futuro? Sea por todo ello o por la necesidad innata del ser humano de ser otro por un momento, de jugar a representar, puede que esa pulsión nos haya acompañado desde la hoguera primitiva y sea innata. No sé. Pero allí sigue ese arte anacrónico llamado teatro”.

Por su parte, Gómez Zazurca afirma que “como arte es fuerte, hay mucho talento y también hay mucha necesidad de la creatividad del teatro, pero como industria es muy débil, anda con los pies de barro. La precariedad del gremio es estructural: la encontramos en sus trabajadores, en las programaciones, en los circuitos… Queda muchísimo por hacer y sin duda se puede hacer, pero hay que cambiar el chip y cuanto antes lo hagamos, mejor nos irá como sociedad”.

Apoyo institucional

En cuanto a si es suficiente el apoyo de las instituciones, Arbués recuerda que, “en principio, el acceso a la cultura es un derecho recogido en la Constitución para todos los españoles, no solo para los de las grandes ciudades. Las administraciones deben propiciar este acceso. Más allá de si una apoya más o apoya menos. Más allá de la anécdota. Creo que hay problemas estructurales que cuesta resolver”. Por ejemplo, “a veces la actitud de una institución depende mucho del político o del técnico (o de ambos) que esté en cada momento. En esto nos diferenciamos de Europa (a peor), no hay unos mínimos, unos parámetros, que sean independientes de las personas que están en cada momento. Esto se hace muy presente en los años de elecciones, hay que esperar a que todo el mundo tome posesión, luego viene el verano, y, mientras tanto, las políticas quedan en un limbo peligroso. En la pura indefinición”. Existe también -añade- “una cierta confusión entre lo que se considera cultura y entretenimiento, espectáculo puro y cultura participativa. Todo está en el mismo saco, y muchas veces confundido. A veces se ‘mete en el saco’ cosas que, evidentemente, no son ‘de interés’ para la formación del ciudadano ni para su enriquecimiento espiritual”.

Así, “falta una política con mayúsculas que cree unos criterios básicos al margen de las políticas particulares. ¿Qué es la cultura y para que sirve? Pero es difícil en nuestro contexto actual. Muchas veces te conformas con que cada vez que se habla de cultura no salgan en las redes trolls insultando”.

Corral de García representó ‘La lluvia amarilla’ en el Teatro Olimpia de Huesca.
Corral de García en la representación de ‘La lluvia amarilla’ en el Teatro Olimpia de Huesca.
D.A.

Por su parte, Elena Gómez cree que “los ayuntamientos y las comarcas hacen lo que pueden, normalmente más de lo que pueden, hay muchas áreas que se dejan la piel, pero la competencia fundamental está en mano de las autonomías y en Aragón vamos a la cola: los circuitos aragoneses están muertos o moribundos. El circuito grande (la RAEE) está desatendidísimo y el pequeño (Circuito de las Artes Escénicas, Musicales y Plásticas) lleva varios años muerto. Además no tenemos ningún programa de proyección exterior para las artes escénicas, así que las compañías aragonesas nos quedamos huérfanas frente a las compañías de otras comunidades que sí apuestan por su industria cultural, o por su talento propio, como lo quieras llamar. No solo es que las dotaciones presupuestarias sean exiguas, que lo son, es que ante todo nos falta una política cultural vertebrada que quiera respaldar al sector estructuralmente”.  

Luis Casáus felicita al mundo del arte escénico  

Desde el Teatro de Robres también se han querido sumar al Día Internacional del Teatro, y su director, Manuel Casáus, ha hecho un video en el que recuerda esta conmemoración, que coincide con la llegada de la primavera, que “nos devuelve la luz y el esperanzador cielo azul hace de ciclorama en este teatro del mundo, donde cada personaje ocupa su lugar y representa su papel. Es la misma primavera la que nos recuerda que el 27 de marzo tenemos, todos los que amamos el arte de Talía, una cita ineludible con el Día Internacional del Teatro que, en definitiva, no es otra cosa que la celebración de la paz, la amistad y la vida, en este mundo alocado y despistado en el que vivimos”.

Casáus recuerda que en cada rincón del planeta, “por humilde que sea, allí donde brote la llama de la sensibilidad, allí donde haya alguien que escriba, alguien que interprete, alguien que mire y escuche, allí está el teatro. El teatro que amamos y el teatro que nos ama. El teatro que nos envuelve, mima, acaricia, en un ejercicio de vitalismo, siempre en busca de un espacio para la esperanza entre los pueblos”.

Luis Casáus recuerda desde el Teatro de Robres, “a tantos y tantos personajes” a los que han dado vida en sus 35 años de historia. “Personajes que, en días como hoy, se levantan del libreto y vienen por nosotros para recordarnos las decenas de pueblos y pueblos que hemos visitado y con los que hemos celebrado, como decía al principio, la paz, la amistad y la vida.

Desde Robres, desde este pequeño rincón de Los Monegros, felicidades de todos y para todos. Felicidades para los que de forma profesional como de forma aficionada luchan, cada uno en su terreno, para que el teatro siga vivo en estos momentos en los que el mundo se ve invadido por un aluvión de programas televisivos a bajo coste, sin más criterio que el comercial”, apunta Casáus, que también recuerda a aquel viejo director de la vieja escuela “que antes de que se levantara el telón, decía entre bambalinas con voz firme: ¡Paso al teatro! “.