ecos/De cerca
Roberto Alquézar: “Aquí no valen los toques de las cofradías, esto es música templaria”

El presidente de la Asociación Cultural Sonus Venti, Roberto Alquézar, (Monzón, 1958), lleva toda una vida dedicada a su ciudad y a su comarca. Desde niño se interesó por la cultura mediocinqueña. Su andadura comenzó con 7 años en el Grupo Folclórico montisonense Nuestra Señora de la Alegría, fundó la Peña los Gruños y la Peña la Lifara, participó en la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Monzón, hasta que llegó a la música templaria, lo cual desembocó en el nacimiento de la actual Sonus Venti, en 2018.
¿Cuál es el emoticono que define su personalidad?
—Una cara sonriente. Creo que en esta vida la sonrisa hay que llevarla por bandera.
Dicen que la sonrisa es el lenguaje universal de las personas inteligentes. ¿Sonreímos poco?
—Así debería ser. Pero por desgracia sonreímos poco y medio mundo está reñido con el otro medio, pero creo que no debería ser así. En los pueblos pequeños, cuando llega un forastero, lo primero que se le pregunta con una sonrisa en la boca: “¿Y tú de qué casa eres?”. En las ciudades eso es impensable.
¿Cómo contribuyen a la vida cultural de la ciudad?
—Nuestra prioridad es el Homenaje a Guillen de Mont-Rodon y para ello colaboramos intensamente con el Ayuntamiento y con las asociaciones que solicitan nuestra ayuda. De hecho, ya hemos propuesto algunos actos, entre ellos La llamada al nuevo Concejo y el desfile que se hace desde la plaza de Santa María a la plaza de Santo Domingo. Este año tenemos un nuevo acto para los socios de Sonus Venti.
Genio y figura. ¿Se identifica?
—Sí, en muchos momentos de la vida hay que tener estas dos virtudes.
¿Imprescindibles para estar al frente de una asociación cultural?
—Al fin y al cabo, eres uno más de la Asociación y son los socios los que creen en ti, porque piensan que lo puedes hacer bien y que puedes llevar las cosas a buen puerto, por lo tanto te debes a ellos. Los éxitos son de todos.
¿Cuál es la excitación que más le irrita?
—El egoísmo y el afán de protagonismo me saca de mis casillas.
¿Qué tienen de especial los tambores templarios?
—Es algo que te engancha. Todos los toques son nuevos, aquí no valen los toques de las cofradías, esto es música templaria.

Tienen un buen número de actuaciones dentro y fuera de nuestra provincia ¿llevan el Monzón Templario siempre por bandera?
—Sí, llevamos por bandera a Monzón y su Comarca. En las picas que estrenamos cuando nos concedieron el premio de Monzón Extiende Cultura 2022, llevamos los escudos de todas las poblaciones de la Comarca del Cinca Medio. Además, después de las actuaciones te hacen preguntas sobre los tambores, los bombos, o quieren saber algo de historia de tu pueblo o el por qué de la Fiesta Templaria de Monzón. Solo en este mes de abril, estaremos el día 15 en una Diada Templaria en el Castillo Turó de Gardeny en Lérida y el día 23, volveremos a Alquézar. Pero en nuestra corta vida como asociación, hemos actuado en bastantes ciudades de España y Francia, como Ponferrada, Muret, Barbastro, Algayón, Alquezar, Ejea de los Caballeros o Mora de Rubielos, entre otros.
Claro, llaman la atención...
—Sí, despertamos bastante curiosidad, ya que cuando salimos normalmente vamos unas 25 ó 30 personas, entre los que tocamos, portadores de picas, portador de estandarte y personas que desfilan con nosotros de nuestra asociación.
¿Cómo se orquestan las actuaciones?
—Cuestan los ensayos porque en todos no estamos todos, pero tenemos un alto grado de compromiso de los componentes de la banda, lo cual es de agradecer. Una vez llegas al pueblo donde actúas y sabes con las personas que cuentas, los directores los distribuyen para el desfile, aunque siempre se hace una lista para saber de antemano cuántas personas vamos a estar.
¿A quién le haría usted sin dudarlo la reverencia?
—Si hubiera vivido en su época, a Nuestro Señor Jesucristo y al Rey Jaime I.
¿La hipocresía cotiza al alza o a la baja?
—Por desgracia, en muchos casos, al alza.
¿Poderoso caballero es don dinero?
—Ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
¿Más si hablamos de una asociación cultural?
—En una asociación como la nuestra nos movemos entre la subvención del Ayuntamiento y las cuotas de los socios y pare usted de contar, no hay nada más. Nosotros no cobramos de nuestras actuaciones. Para ser más exactos, pedimos lo que vale el autobús y la comida, cena o alojamiento si vamos un fin de semana.
¿Digital o analógico?
—De cara a los tiempos que vamos, digital. No puedes estar en contra de la tecnología.
¿Ha sido necesario internet para que les conozcan más allá de Aragón?
—Sí, mucha gente nos conoce por las redes sociales, donde tenemos videos y fotos de grupo, pero a mi personalmente, me gusta ponerles cara a todas esas personas que te lo piden, es muy gratificante ponerle cara a una persona.
¿Orgullo altoaragonés y/o cosmopolitismo planetario?
—Orgulloso de ser altoaragonés.
En esto del deporte, ¿practica o admira?
—Practico, últimamente las andadas y bicicleta.
En realidad, ¿tienen que estar en buena forma para recorrer las calles?
—Según sean, en Monzón tenemos el desfile más largo que hemos echo. El sábado desde la plaza de la Estación de Ferrocarril hasta el Castillo. Para el último tramo, la subida al castillo hay que estar en forma llevando los tambores y bombos.
¿Qué es lo que le gusta exprimir hasta la saciedad?
—Me gusta conocer a las personas y me gusta sacar todo lo bueno que tengan dentro de sí, pero sobre todo me gusta sacar siempre una sonrisa de esa persona. Hay muchas veces que cuesta ganarte la confianza de una persona, por eso en algunas ocasiones para mi es un reto. Después no puedes y no debes fallar a esas personas que te han dado su confianza.