Cultura

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Carlos Tarazona presenta su obra ‘Agua y corriente’

El libro se centra en las repercusiones del represamiento de ibones del valle de Tena para poner en marcha 5 minicentrales

El diputado de Desarrollo, Roque Vicente, acompañó a Carlos Tarazona en la presentación del libro.
El diputado de Desarrollo, Roque Vicente, acompañó a Carlos Tarazona en la presentación del libro.
DPH

Carlos Tarazona presentó este lunes en la DPH el libro Agua y Corriente. Cuando los ibones perdieron su nombre, que fue Premio Félix de Azara 2022. Con esta obra, dedicada al represamiento de ibones del valle de Tena para generar electricidad, el autor cierra una trilogía de publicaciones que se completa con Borregueros, sobre los pastores altoaragoneses que emigraron al oeste americano y Pinos y Penas, un detallado estudio de la política forestal aplicada por Patrimonio del Estado en la provincia de Huesca. Tres volúmenes que le han llevado veinte años de trabajo.

El último lustro ha dedicado Carlos Tarazona a Agua y Corriente. Cuando los ibones perdieron su nombre. Todo comenzó cuando un amigo, “conocedor de mi afán por revolver papeles viejos”, le comentó que a la sede de Acciona en Sabiñánigo había llegado “mucha documentación muy interesante, mucho material fotográfico” sobre las obras de cinco minicentrales (El Pueyo, balneario de Panticosa, Sallent, Lasarra y Biescas) que se construyeron en el valle de Tena “y que implicaron el represamiento de 25 ibones que a partir de ese momento pasaron a denominarse embalses”. “Y lo bueno -añadió Tarazona- es que toda esa documentación era inédita, era un archivo virgen, y la verdad es que he disfrutado un montón”.

Le animó a escribir este libro, además, su interés desde niño por los ibones y que no había un libro que explicara estas obras. Y se ha centrado, sobre todo, “en la gran repercusión social que tuvieron, porque movilizaron entre 3.000 y 4.000 personas, depende de en qué momentos puntuales, un montón de mano de obra que vino de fuera, de Galicia y Andalucía, más muchos locales de Sallent, de Panticosa, de Escarrilla, de Sabiñánigo, de Biescas..., que se sacaron unas pesetas en esos años complicados de la posguerra. Me interesaba, especialmente, contar esas penalidades que tuvieron que vivir los que trabajaron en estas obras que ejecutó la empresa Ocisa por encomienda de Energía e Industrias Aragonesas”.

Y explica, además, que la luz que se generó en estos ibones “acabó permitiendo que funcionara Aragoneses y Aluminio en esos primeros años”.

También ha querido resaltar en este libro, “el impacto ambiental que tuvieron estas obras. La memoria es muy traicionera en el sentido que enseguida asimila lo que ve y no para a pensar qué había allí antes. Las generaciones actuales hemos visto todos estos ibones represados y lo damos ya por natural, pero en verdad eso es artificial, como muestran algunas de las fotos que he conseguido”.

El diputado de Desarrollo, Roque Vicente, acompañó a Tarazona en la presentación del libro, y de él destacó “su entrega, inquietud y perseverancia para desarrollar temas tan trascendentales para la provincia de Huesca y que, sin embargo, no han tenido reflejo en publicaciones, siendo una etapa muy desconocida de la historia reciente del Alto Aragón”.