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El Monegros Desert estrenará nuevo escenario y ‘estación de autobuses’

El director del festival, Joaquín Cabós, desvela las novedades de la trigésima edición, que se celebrará el 29 y 30 de julio

Maqueta del nuevo escenario del Open Air.
Maqueta del nuevo escenario del Open Air.
Monegros Desert

A poco más de dos meses para volver a bailar en el desierto, la organización del Monegros Desert Festival, que se celebrará el 29 y 30 de julio, ha desvelado esta semana algunos detalles de su trigésima celebración. El más significativo desde el punto de vista del espectáculo es, sin duda, la construcción del nuevo escenario del Open Air, epicentro del evento y pista de baile desde los inicios del mismo.

Joaquín Cabós, director del Monegros Desert Festival, explica que este espacio “será el más icónico” y estará hecho “todo de madera”, material “reciclado” y tendrá “movimiento”. Además, contendrá 40.000 píxeles de led y “se proyectarán dos video-mapping, de forma que por el día será de una manera y por la noche, depende de los mappings que se le hagan y el movimiento que se le dé, será de otra”.

De su creación se ha encargado Global Engineers, un colectivo de más de 20 ingenieros y artistas de diferentes partes del mundo que se han unido para llevar a cabo exclusivamente este proyecto.

Tal y como informó el viernes la organización a través de redes sociales, el sello sueco Drumcode Records, con el fantástico Adam Beyer a la cabeza, será quien “tome las riendas” del nuevo stage. En cuanto al aforo, el Open Air, que hasta ahora tenía una capacidad de 6.000 personas, podrá albergar entre 8.000 y 10.000 espectadores.

Facilidades de acceso

“Estamos mejorando mucho los fallos que tuvimos el año pasado, como puede ser la circulación para llegar y volver rápido del festival. Aquí hemos hecho mucho esfuerzo”, dice el director del festival. Por ello, se han diseñado unos planes de desalojo “importantísimos” y se creará “lo que es entre comillas una estación de autobuses”.

Con ella, cada autobús tendrá su propio carril según la ciudad a la que se dirija para facilitar las salidas y las llegadas. Asimismo, se instalarán vigas con sombras y servicios con el fin de que “la gente espere bien”. “Será una estación de autobuses efímera, pero será una estación de autobuses”.

“También ampliamos mucho el parking de autobuses porque estamos potenciando que la gente opte por este medio de transporte, ya que nos da más seguridad y más tranquilidad”, explica Cabós.

Para favorecer las sombras, la organización también instalará dos graderíos, uno a cada lado del avión: “Por la tarde le pega el sol a un lado y por la mañana al otro, y el año pasado vimos que la gente se sentaba ahí, así que para éste instalaremos estas gradas”.

“Cuando acabamos la pasada edición, ya nos pusimos con ésta, sobre todo valorando aquellos aspectos que se podían mejorar. Nos pusimos enseguida. Y como mejoras fuertes están los fallos que tuvimos sobre todo en limpieza y en el agua para el público”, dice, sosteniendo que “lo que haremos será multiplicar estos servicios por mucho, no será poner un poquito más, no. Será multiplicar por mucho”.

Previsiones de público

Hasta ahora se han vendido unas 37.000 entradas anticipadas, según desvela Cabós, quien estima que el número de asistentes de este año oscile entre las 45.000 y las 50.000 personas. No se alcanzará la cifra histórica de 55.000 del pasado 2022, edición influenciada por la euforia post covid y por el regreso de Monegros ocho años después. “No deja de ser una cifra importante, y más llevadera para nosotros”, concluye el responsable del festival.