Cultura

LA ENTREVISTA

Rodrigo Cuevas: "El folclore te une a todo lo que te rodea"

El cantante actúa este jueves en la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes dentro del SoNna Huesca, que afronta su recta final

Rodrigo Cuevas.
Rodrigo Cuevas.
S. E.

Rodrigo Cuevas actuará este jueves en la Cartuja de las Fuentes de Sariñena y abrirá la trilogía de cierre de la cuarta edición del Festival Sonidos en la Naturaleza, SoNna Huesca 2023, que organiza la Diputación Provincial de Huesca y que completarán Los Secretos (8 de septiembre) y Ariel Roth & Kiko Veneno (9 de septiembre).

El Freddie Mercury asturiano, como muchos le conocen, ha llevado el folklore a otra dimensión artística. En el SoNna Huesca presenta su trabajo Manual de Romería, que saldrá a la venta el 22 de septiembre, apenas quince días después de su concierto en Huesca.

“Para manejarla como yo la entiendo, sí hace falta un manual para ir de romería, que es un acto popular, festivo, hedonista que te hacer recordar todo lo bueno que te rodea, que por cotidiano no lo ves. Te dices: ¡Qué amigos tengo! ¡qué paisajes disfruto! Ese manual de romería quizá sí que hay que recordarlo, sobre todo a la gente joven, que parece que ha olvidado todo eso”, asegura Rodrigo Cuevas González (Oviedo, 1985).

Evidentemente, sus romerías favoritas son las suyas: “La de Rodiezmo, donde nací, que es para San Pedro, el 29 de Junio. La de Barbeira, en el interior de Pontevedra, donde viví muchos años y es la Virgen de Lourdes, el 29 de agosto, y la de donde vivo, Vegarrionda, en Asturias, que es el 15 de agosto, como en tantos otros sitios”.

“Pero cada vez hay menos de esas romerías, sin música amplificada, que yo creo hay que vivir en todas las épocas de la vida: en la infancia, la adolescencia y la madurez”, asegura.

Pese a su amor por este tipo de fiestas, lo cierto es que Rodrigo Cuevas no tiene pinta de religioso ni de conservador, algo que justifica diciendo que “las romerías no son casposas”.

“Hay canciones irreverentes o con mucha retranca. Hay de todo. Es cierto que en alguna época han tenido un carácter adoctrinador, pero cuando escuchas a la gente mayor cantando hay más retranca que religiosidad. Se da rienda suelta al humor. Se lo digo yo”, confirma.

Aunque se dedica al folclore, el cantante tardó en descubrirlo. “Estudiaba otras cosas (piano, tuba) y además el folclore no se tenía en cuenta en la enseñanza reglada. Pero tras mi periplo por Barcelona y Santiago de Compostela le di un giro a mi vida y me instalé en Barbeira, donde conocí a mis mujeres pandereteiras y me di cuenta de que aquello no era imposible. Había bailes, había panderetas, había tradición”, dice.

Opina que “el folclore borra las fronteras, aunque parezca lo contrario”. “Es una vía para conocer la propia identidad y se lleva al grado de símbolo. Por eso parece que cree fronteras, pero en realidad no las hay, al margen de las naturales. Entenderlo te ayuda a conocerte, pero no es diferenciador, sino que te une a todos los pueblos limítrofes y a todo lo que te rodea”, señala.

Su aspecto rompedor forma parte del personaje: “Es una máscara creada para él, pero durante el día no le presto atención. Forma parte del artista que me gusta encarnar y le da contundencia a la propuesta”. El artista, que vende su versión de la montera picona en su web porque estaba “harto de camisetas”, ya había visitado Huesca para actuar en Periferias y Romería y Desengaño.

Por último, destaca que le encanta el folclore de nuestra tierra: “Es maravilloso. El Pirineo aragonés es de las zonas más ricas de la península. Yo me he aficionado a los vídeos de Eugenio Monesma. Aprendo mucho con ellos”, remata.