DE CERCA
Eugenio Monesma: “Hay mucho patrimonio inmaterial que ya no podemos recuperar”
“Quedan todavía muchos oficios por recoger, pero ahora me dedico más a Los Fogones Tradicionales, es también recuperar tradiciones”

¿El negocio es la negación del ocio o usted se divierte currando?
—Mi ocio es trabajar, a pesar de mi edad. Disfruto trabajando y para mí no hay fines de semana ni días festivos por muy marcados en rojo que estén en el calendario.
Genio y figura. ¿Se identifica?
—El genio lo tengo en el nombre y también en mi carácter. Y figura creo que queda patente en mi actividad diaria.
¿No le parece imprescindible para dirigir tantísimos documentales etnográficos?
—Por supuesto, pero hacen falta también constancia, curiosidad y compromiso.
Si no fuera por estas grabaciones, ¿cree que perderíamos, o habríamos perdido, parte de nuestro patrimonio inmaterial?
—Hay mucho patrimonio inmaterial que ya no podemos recuperar porque han fallecido aquellas personas que guardaban una enciclopedia mental de unas costumbres que han desaparecido.
¿Cuál es el documental que más le ha impresionado y por qué motivo?
—Son muchos los que podría poner en la lista, pero voy a señalar el de la construcción de un carro. Fue asombroso que, hablando con tres veteranos jubilados de Mecerreyes, se comprometieran en pocos minutos a construir un carro. Y así tuve la suerte de conocer todos los detalles de ese oficio.
Con más de cuarenta años de grabaciones a sus espaldas, ¿sigue encontrando temas de documental?
—Por supuesto que sí. Y los sigo grabando. Allí están los últimos como son: El fieltro, Contrabando y evasión en el Pirineo navarro, El colchonero de Lumbier, Las metas de helechos, etc.
Empezó por el Alto Aragón y continuó por sus cercanías... o ¿cómo creció su interés?
—En la provincia de Huesca recuperé muchos viejos oficios y tradiciones, pero España es muy rica en todo tipo de manifestaciones culturales. Fue en el año 1992 cuando empecé a recorrer con tres equipos de grabación muchas de las regiones españolas, incluyendo las Islas Canarias donde realicé 80 documentales.
Hay mucho trabajo etnográfico en España, pero ¿y fuera, habría algún oficio, dance o acto que le gustaría grabar?
—Quedan todavía muchos oficios por recoger, pero ahora me dedico más a mi serie de Los Fogones Tradicionales, que llevo realizando desde hace más de 22 años para Canal Cocina. Eso también es recuperar la tradición, en este caso gastronómica.
¿A quién le daría el premio nacional de gastronomía altoaragonesa?
—Me cuesta personalizarlo. Por mi contacto con las guisanderas de los pueblos de España, si tuviera que elegir, lo daría colectivamente a todas aquellas mujeres y hombres que están recuperando y transmitiendo los recetarios tradicionales.
Tiene muchos premios, pero es una de las pocas personas que puede decir que tiene un Botón de Oro, de YouTube, ¿es su premio más curioso?
—Tengo varios premios y reconocimientos, pero el Botón de Oro ha sido curioso, ya que, creo que son pocas las personas en el mundo con mi edad que alcancen esas cifras. Y lo de inesperado también, porque nunca pude imaginar que me dieran un premio en este ámbito de las redes sociales.
La sonrisa es el lenguaje universal de las personas inteligentes. ¿Sonreímos poco?
—Hay de todo. Yo sonrío mucho, no sé si por inteligencia o por felicidad. Pero procuro estar siempre alegre y activo.
¿Por qué vestimos tan gris los hombres occidentales?
—¿Y por qué llevan esa prenda tan horrible llamada corbata, atada al cuello? Desde que me casé en 1976 dejé de llevar traje y corbata.
¿La hipocresía cotiza al alza o a la baja?
—(Risas). Vaya mundillo en el que nos estamos moviendo.
¿Poderoso caballero es don dinero?
—Y es precisamente el dinero la parte más hipócrita de esta sociedad.
¿Digital o analógico?
—Soy de los analógicos. Me cuesta asumir lo digital a mi edad, pero me voy adaptando.
¿Es ahora, a sus más de 70 años, cuando ha descubierto las ‘bondades’ de internet?
—Internet lo descubrí hace muchos años y lo utilizo en mi trabajo. Pero ahora lo estoy conociendo como un medio para mostrar mis documentales y hablar con cientos de personas al día de todos los rincones del mundo.
¿Es usted más de esperar o de reaccionar a las primeras de cambio?
—Suelo ser muy visceral y actuar con rapidez, pero meditando mis actos.
Ojo avizor. ¿Se precia de ver las intenciones a la distancia?
—Aquí vendría bien ese refrán de “más sabe el diablo por viejo que por diablo”.
¿Qué es lo que le gusta exprimir hasta la saciedad?
—Cualquier tema que emprendo. Lo hago con ilusión. Ahora estoy con la búsqueda y documentación de los lagares rupestres y los colmenares tradicionales.