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Antonio Fernández Alvira cruza el charco para “diluir el gesto”

El artista oscense expone una instalación en el patio del Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro (México)

Antonio Fernández Alvira posa con su obra.
Antonio Fernández Alvira posa con su obra.
S.E.

Antonio Fernández Alvira (Huesca, 1977) ha cruzado el charco para Diluir el gesto, adoptar la forma en México. Se trata del título de su nueva investigación sobre las gestualidades corporales, entendidas como un elemento que puede propiciar un “ritual de transferencia” de significación a una superficie o espacio, mediante la impronta dejada por dichos gestos en y sobre el material, pudiendo suscitar múltiples capas de lectura significativa.

Ha sido una experiencia maravillosa, he aprendido un montón. He hecho sinergias con gente del lugar, he descubierto nuevas cosas y nuevos límites en mi trabajo, lidiando con las situaciones del día a día fuera de mi zona de confort. Me gusta el resultado y estoy satisfecho”, asegura el artista oscense a este diario.

El proyecto, que ha sido posible gracias a la colaboración de Acción Cultural Española y las ayudas del Programa Pice, surgió como una invitación del Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro (MACQ), una población “igual de grande que Madrid” que está situada “cerca de Ciudad de México”, explica.

Durante tres semanas, el artista debía crear “una instalación en el patio de entrada” del recinto en la línea de anteriores trabajos como Memoria de forma, que realizó el año pasado en el Azkuna Zentroa (Bilbao).

Para completar este nuevo reto, el oscense no se llevó “nada” de España: “Colaboré con agentes locales como artesanos, un herrero,... Los materiales también son de México”, asegura el creador.

Así, la pieza parte de la creación de “una partitura de gestos corporales -muy encriptada- a realizar con el material”, que se le otorgó a los artesanos para que la interpretaran.

“Me gustaba poder explorar la idea que tenemos en la cabeza cuando intentamos transmitir un concepto, que otra persona lo interprete y ver qué pasa con esas interpretaciones”, reitera.

Una torsión, un giro o un pliegue fueron los gestos que realizaron los artesanos con el cuerpo sobre el propio material.

“Después los volvieron a hacer buscando esa especie de alteración del gesto a raíz de la repetición. A continuación jugué con esos resultados y con las arquitecturas del propio museo y de la ciudad de Querétaro, de allí que en la construcción haya elementos de hierro y metal, haciendo pequeños guiños y diálogos” a la ciudad mexicana, prosigue.

Barro, ladrillos, hierro y cuero han sido los materiales necesarios para crear esta instalación “viva”, que cambia con la climatología.
Barro, ladrillos, hierro y cuero han sido los materiales necesarios para crear esta instalación “viva”, que cambia con la climatología.
S.E.

Otro elemento importante de la instalación es el cuero, puesto que “es un material que se trabaja mucho en la zona y está presente en muchas prendas y elementos del día a día”, constata.

Por este motivo, el oscense recurrió a los mercados tradicionales para recopilar “fragmentos o restos de cuero” que generaran esa “partitura de gestos”, pero ahora “con el cuero sobre el hierro y los ladrillos artesanales”.

Como ocurrió con su proyecto Memoria de forma, su nueva obra “está viva”, ya que la climatología ya está afectando “a todas las piezas y la estructura de hierro”, comenta.

“Lo que busco es que se vaya oxidando poco a poco hasta que tome un color naranja y que se funda en una única pieza junto con el ladrillo de la parte inferior y el barro de la superior”, desea.

Precisamente, el título de la obra, Diluir el gesto, adoptar la forma, habla de todo ello. “Cuando realizas un gesto en el material al final no queda esa forma. Lo que vemos es el rastro, la huella dejada por ese gesto. Para mí ha sido muy importante esta exploración”, señala. 

Y va más allá: “Considero toda la obra como la creación de un laboratorio experimental dentro de la escultura y la instalación. Han sido, sobre todo, tres semanas intensas de exploración y trabajo porque, aunque se partía de una idea, no había un trabajo final estipulado”, añade el artista, que seguirá conquistando América con su arte hasta el 10 de diciembre.