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Carlos Sadness: “Hay gente que cree que soy de Huesca y no lo suelo corregir”

El cantante catalán habla de su relación con el Alto Aragón y de su música en esta entrevista

Carlos Sadness.
Carlos Sadness.
S.E.

Nacido en Barcelona el 31 de marzo de 1987, Carlos Alberto Sánchez Uriol se ha convertido en una de las grandes figuras nacionales del indie. 

De padres altoaragoneses, el también ilustrador ha publicado cuatro álbumes y tres EPs como Carlos Sadness

Con más de 1,6 millones de oyentes mensuales en Spotify, el músico ultima su próximo álbum, que llegará en 2024.

Aunque tu nombre artístico es Carlos Sadness, tu música suele dar muy buen rollo. ¿Por qué no Carlos Happiness?

—Lo de Sadness es prehistórico, de cuando quise montar una banda en el instituto que se llamara como un disco de Smashing Pumpkins, otros tiempos. Hoy me pondría Tropical Jesus.

Además de alegre, tu sonido es muy veraniego. ¿Te beneficia que cada vez se estire más el buen tiempo?

—Espero que no nos quedemos sin estaciones, de hecho, la primavera y el otoño son mis momentos más creativos. Tengo esa fama veraniega, y es cierto que me inspira, pero no me encanta la idea de las canciones del verano.

En los últimos meses has paseado por festivales como el Brizna, en Ayerbe. ¿Qué tal la experiencia?

—Siempre me gusta tocar por aquí, cerca de mi familia y de los paisajes que me llevan directamente a los momentos vacacionales de mi infancia.

Hace unos años me dijiste que regresabas a la provincia oscense para componer y descansar. ¿Lo sigues haciendo?

—Vengo para muchas cosas, siempre que puedo. Siempre me voy con la sensación de tener que volver, hay una parte de mi vida aquí.

¿Cuáles son tus mejores canciones surgidas en las montañas aragonesas?

Feria de Botánica y Monteperdido son 100 % aragonesas. Luego hay otras que no lo parecen tanto, como El gran momento o Silencio antiguo.

Pese a que naciste en Barcelona, ¿tu vínculo con Huesca es inquebrantable?

—Lo es, hay gente que directamente cree que soy de aquí y tampoco lo suelo corregir. Me gusta ser de más de un sitio.

¿Cuál es el emoticono que define más tu personalidad?

—Uso mucho el corazón blanco y las estrellitas.

Genio y figura. ¿Te identificas?

—No lo sé, no me analizo mucho en ese sentido. Me considero una persona creativa porque es con lo que más disfruto y lo que creo que haré siempre.

¿Qué haces para cuidar esa melena tan bonita?

—Poca cosa. Creo que es genético, pero intento no tratarla mal, que tiene que durar.

¿A quién le harías sin dudarlo la reverencia?

—No soy un loco de los ídolos, pero si me cruzase a Greta Thunberg, por ejemplo, probablemente lo hiciera.

¿Guasapear conecta o aísla?

—Creo que puede conectar siempre que no sustituya a un encuentro. A mí me ha venido muy bien tener un grupo “family” cuando he estado lejos, ver cómo se cuentan sus cosas, lo que han comido, me gusta.

Egoísta, inteligente, preparado y crítico. ¿Eres millennial?

—¿Así son los millennials? Por época me toca serlo, pero quiero pensar que es una generalización. También debo decirte que intento entender siempre el mundo de la gente más joven y de algún modo, formar parte también. Aunque a veces es imposible.

Aunque podría decirse que tu propuesta encaja en el indie, has demostrado que el perreo puede ser bonito con alguna versión de reguetón. ¿Hay que quitarse todos los prejuicios musicales?

—Totalmente, está bien tener gustos, tener criterio, pero no prejuicios. A mí hay mil cosas que no me gustan, pero llego a esa conclusión después de darles una oportunidad. Si me preguntas por el reguetón, para mí, tiene un problema en las letras, en general. Pero musicalmente me engancha.

¿Cuáles son tus criterios para seleccionar a las personas?

—Es difícil eso de elegir, creo que la propia vida nos las pone y que tenemos mucha menos capacidad de decisión de la que creemos. Me gustan las personas buenas, con ternura y con sentido del humor. La gente a la que le gusta compartir.

¿El negocio es la negación del ocio o te diviertes currando?

—Me divierto mucho currando, pero es que casi no es un curro, soy un privilegiado. No le cuentes esto a nadie, pero creo que casi todo lo que hago, lo haría gratis también.

¿Dónde guardas tu Grammy Latino?

—Aunque en mi casa no hay casi cosas de Carlos Sadness, el Grammy Latino está en un mueble bonito junto al Premio de la Música Aragonesa. Hay que entrar bastante para verlos, porque si no, los repartidores me preguntan cosas curiosas.

¿Qué es lo que te gusta exprimir hasta la saciedad?

—El paisaje. Incluso en las canciones, me gusta siempre meter un poco de paisaje o describir el momento del día. Ya sé que he mencionado ese atardecer mil veces, pero si la canción sucede, de nuevo en un atardecer, ¿quién soy yo para privarle de ello?

Este año has sacado dos singles nuevos. ¿Se viene nuevo disco?

—Se viene un tercer single este mes y el disco el año que viene. Justo esta semana vuelvo al estudio a grabar las voces que faltan para las últimas jotas.