FESTIVAL
Cierra el VillaNoir más multitudinario de toda su historia
La cita será recordada por la capacidad que tuvieron los participantes de introducir el humor en sus intervenciones

El Encuentro Pirenaico de Género Negro de Villanúa ha concluido este sábado su séptima edición con un balance más que positivo. Todos los eventos han puesto el cartel de “no hay entradas” y se ha logrado que el misterio, el humor, la ciencia, la realidad y la literatura convivieran en un maridaje perfecto durante todas las jornadas. Como ha dicho rotundo su director, Ricardo Bosque, “fue el mejor VillaNoir de la historia”.
La cita será recordada por la capacidad que han tenido todos los creadores que participaron en las charlas y diálogos para introducir el humor en sus intervenciones. Incluso los temas que de entrada podían parecer más ariscos o complejos, como el que ha desarrollado la lingüista forense Sheila Queralt, han acabado transformándose en una secuencia frenética de anécdotas, giros de guion y guiños constantes para lograr la plena complicidad del público. Todos lo han logrado.
Bosque ha señalado al final de la jornada que “la gente se ha divertido desde el primer momento, ha disfrutado con todas las charlas, se lo ha pasado en grande y ha aprendido muchísimo”.
El día ha comenzado con la presentación del debut literario del guionista, actor y autor de teatro bilbaíno, Txemi Parra. Su novela El eco de las sombras, es un thriller rural ambientado en Jaca y en los Pirineos y que se desarrolla a partir de una extraña desaparición.
Parra, guionista de series tan populares como 7 vidas, Aída o Los Serrano, ha reconocido que se divirtió más escribiendo esta novela, cuya trama y registros narrativos se alejan del humor que caracteriza a sus producciones televisivas.
Mientras en la biblioteca municipal se hablaba de cómic, en las calles de Villanúa cerca de 70 niños y niñas buscaban pistas para esclarecer El caso de la fotógrafa desaparecida, un juego familiar propuesto por elEventario y Manuel Bueno.
Todas las actividades infantiles, que eran las únicas de pago en esta edición de VillaNoir, han colgado el cartel de “no hay billetes”.
La tarde la ha abierto la perito judicial en lingüística forense, Sheila Queralt, con una de las charlas que más expectación había generado. Ante una abarrotada sala, la doctora en Ciencias del Lenguaje ha explicado con casos reales cómo a veces la solución a un crimen se esconde en la sintaxis.
“En la mayoría de los crímenes existe el lenguaje”, ha señalado. Los errores ortográficos pueden ser “geoletales” y contribuir a fortalecer una máxima de la que los investigadores nunca se despegan hasta que las evidencias no dejan lugar a las dudas en la resolución de un caso.
Tras Queralt, los escritores Teresa Cardona, Salva Alemany y Noelia Lorenzo han hablado con Rita Piedrafita sobre los vínculos de la religión, la iglesia y las sectas con el género "noir".
Todos ellos han escrito novelas en las que las tramas se construyen a partir de sucesos reales en los que la fe, la iglesia o las manipulaciones letales de las sectas forman parte fundamental de las tesis de la investigación.
Las risas y la ironía no han faltado en esta mesa; Salvador Alemany ha contado cómo desarrolló su última novela, Lapsus, a partir de la curiosa biografía del cura Vicente, un sacerdote famoso en Valencia por sus buenas obras y que, en realidad, se dedicaba al narcotráfico y la venta de armas. Finalmente se supo que tampoco era sacerdote.
El momento más emotivo de esta edición se ha vivido con la entrega del galardón “Villanúa Rural Noir” a Teresa Cardona.
Después, la cita ha finalizado con un experimento: Daniel Sancho, Israel Chaparro y Miriam Stolisky han desarrollado una performance en la que han mezclado humor, poesía y noir. El resultado ha sido delirante.
Como ha explicado Bosque, “fue el colofón más divertido a un VillaNoir que se ha caracterizado por mantener el humor como hilo conductor de todas las conferencias y eventos”.