LA ENTREVISTA
José Sánchez Jiménez: “No hay persecución, pero continúa la discriminación, el rechazo y el racismo”
Autor de Caminos de sangre. El antes y el después del pueblo gitano, mantendrá este martes un encuentro con alumnos de Secundaria de Huesca

José Sánchez Jiménez se dedica a la seguridad privada como vigilante. También tiene la titulación de guardaespaldas y vigilante de explosivos, y es autor de Caminos de sangre. El antes y el después del pueblo gitano, un libro cuya portada protagoniza su padre, aunque fue su tía, la montisonense Avelina Jiménez, la primera mujer de etnia gitana que fue maestra en España, la que le pidió que lo escribiera “no sólo para animar a las mujeres y los jóvenes a que estudiaran, sino también para dar a conocer la procedencia, historia y costumbres del pueblo gitano” y, sobre todo, para “romper mitos como que al gitano no le ha gustado trabajar y que ha vivido siempre del cuento”.
Reconoce que escribió esta obra “para poder informar y sin la esperanza de que pudiera despertar interés”, algo que no ha sido así, porque desde que se publicó hace más de un lustro, ha impartido charlas en la Universidad de Lérida, y hoy participa, con la colaboración de Fundación Secretariado Gitano, en Periferias 23.0 protagonizando un encuentro con alumnos de Secundaria de Huesca, a las 11:00 horas en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner, al que acude contento, con ganas “y feliz de poder aportar un poco más de información sobre el pueblo gitano”.
José Sánchez Jiménez reconoce que si el pueblo gitano ha cambiado algo en la actualidad “es porque la misma sociedad lo está provocando. Las nuevas tecnologías, la nueva forma de ganarse la vida, le han llevado a adaptarse a este entorno”. Eso también implica la pérdida de algunas costumbres “porque la juventud desde hace dos generaciones se encuentra con un plan de vida más moderno”.
De hecho, considera que cuando más unidos han estado los gitanos ha sido en situaciones límite “como la persecución”. No oculta que durante el Franquismo “había cosas que nos hacían estar más unidos y encerrarnos más en nuestras costumbres”, mientras que ahora hay “un tiempo de paz y tranquilidad porque no existe la persecución, pero sí continúa la discriminación, el rechazo social y el racismo por parte de algunas personas, que gracias a Dios, no suelen ser muchas”.
Por eso, José Sánchez llama la atención sobre el hecho de que “desde la sociedad no se generalice en según qué aspectos, ya que eso conduce a que el pueblo gitano no se quiera integrar”. Pone como ejemplo la delincuencia, y cree que “por culpa de cuatro personas que hayan cometido un acto delictivo en un momento dado, si se generaliza se nos acusa a todos, y eso es injusto”, además de contribuir a que “por la misma etiqueta que nos ponen, le cueste integrarse, ya que por el hecho de ser gitano no se le abren puertas en el mundo laboral o profesional”.
José Sánchez, consciente de que ese rechazo dificulta su integración, alienta al pueblo gitano a tener “un poco más de confianza, y que los padres animen a los hijos a estudiar y a volcarse en una profesión”. También pide a la sociedad “que nos den las oportunidades que nos merecemos, porque en el pueblo gitano hay personas muy cualificadas para poder hacer grandes cosas”