TEATRO
Carlos Mesa y Teresa López: “Cualquier tipo de cuerpo es bello si se mira con los ojos adecuados”
El director y autor de ‘Gordas’ y una de sus protagonistas presenta el viernes (20:30 horas) en el Teatro Olimpia de Huesca esta comedia irreverente

Gordas, de Carlos Mesa, una comedia irreverente sobre la fama, la religión, el amor, la amistad..., y el físico. Una obra que lucha por encontrar ese espacio que la sociedad ha decidido limitar. Esta obra, que se presenta mañana, a las 20:30 horas, en el Teatro Olimpia de Huesca con el cartel de no hay entradas, está protagonizada por Teresa López y Mara Jiménez, actrices y referentes del movimiento body positive en redes sociales, que se meten en la piel de un total de 10 personajes para enfrentarse a situaciones disparatadas, cargadas de acidez y que hacen del humor un arma de lucha.
¿Qué le llevó a escribir Gordas?
—Carlos Mesa: Gordas nació de la necesidad de crear nuestros propios proyectos y de poner en escena temas que nos interesan y de los que necesitamos hablar. De la mano de este proyecto también nació nuestra compañía, Bendita Inocencia, formada por Teresa López, Isabel Verdú y por mí. Desde el principio tuvimos claro que queríamos hablar de temas candentes, que nos movilicen a nosotros y a la sociedad, quizás incómodos…, y desde el humor.
Está claro que cuando uno va a preparar un menú completo, busca ingredientes que puedan encajar. Tiene que tener usted muy buena mano para con Satanás, una estrella de cine, dos monjas, una lesbiana convertida a la fuerza y un donut, hacer un gran plato, por mucho que lo sazone con humor e ironía
—C.M.: No sé si buena mano, pero sí interés por meterme en terrenos tan locos y ver qué puede salir de situaciones que a simple vista pueden parecer tan locas, pero que llevan un fondo tan verdadero.
Cuando tuvo el texto en sus manos, ¿fue fácil o difícil contar con Teresa López y Mara Jiménez para protagonizarlo?
—C.M.: Fue un proceso facilísimo, y a la hora de poner en pie el texto, muy disfrutón. Desde el primer momento ellas hicieron un trabajo bondadosísimo como actrices de meterse en el fango y ver a dónde les llevaba cada uno de los personajes y de las situaciones.
Teresa, ¿qué supuso para ustedes ponerse bajo la dirección de Carlos y subir al escenario esta obra?
—Teresa López: Supuso un gozo constante. Fue un sin fin de descubrimientos. El montaje de Gordas marcó un antes y un después en mi vida, como actriz y como persona. Carlos lo hace todo fácil, sencillo, llevadero; pero eso no quita, que sea un director cañero, que te lleva a precipicios inexplorados y que juega con tu vulnerabilidad para ponerla al servicio del proyecto con una maestría encomiable.
Las vivencias que cuentan sobre las tablas, ¿las han vivido en primera persona? ¿Cómo se sobre pone uno a la discriminación por su físico y expresarlo como hacen ustedes en un teatro?
—T.L.: Definitivamente sí, es una obra que nos toca de primera mano. Hay situaciones que hemos vivido en nuestra día a día y otras que no exactamente así, pero resuenan fuerte en nuestras experiencias previas. Nos sobreponemos haciendo de nuestras heridas una bandera, reivindicando que estamos hartas y que no volverán a herirnos usando las mismas armas.
¿Cuántas veces han escuchado eso de que la belleza está en el interior? ¿Lo comparten?
—T.L.: Muchísimas. Me atrevería a decir que sí y no. Creo que la belleza se encuentra en ambas partes. Como activista body positive, me gusta pensar que cualquier tipo de cuerpo es bello si se mira con los ojos adecuados.
C. M.: Desde tengo uso de razón. Es una de esas frases que parece que llevamos tatuadas y que, de tanto repetirlas, parece que incluso han perdido todo su significado. Para mí lo bello está en lo verdadero, lo único, lo diferente.
Aceptarse uno mismo y quererse tal y como es, ¿es la única fórmula para ser feliz?
—T. L: Depende. Creo que es una pregunta un poco trampa (jajajaja). Ser feliz es algo muy complejo y depende de demasiados factores como para reducirlo todo únicamente al amor propio, pero definitivamente sí, creo que es algo sumamente importante.
C. M.: Creo que la felicidad no tiene una fórmula única estipulada, si no todos seríamos felices. Tampoco creo en la felicidad como un estado permanente. Pero sí, quererse es un camino que te puede llevar a destellos de felicidad. El camino contrario está muy oscuro.
Tres temporadas en Madrid, 50.000 espectadores, ahora de gira por España... ¿Da vértigo la buena acogida que está teniendo esta producción, que cuelga el cartel de no hay entradas (algo que parece también va a ocurrir en Huesca)?
—T.L.: Creo que hemos aprendido a convivir con el vértigo, pero definitivamente sí, lo da. De vez en cuando nos tenemos que parar a pensar en todo lo que estamos viviendo para interiorizarlo, creo que las experiencias que nos ha regalado Gordas no se nos van a olvidar jamás. Estamos deseando pisar las tablas de Huesca y conocer al maravilloso público que sabemos que nos encontraremos allí.
C.M.: Si algo estamos aprendiendo es que esta profesión es de vértigo constante, estés en el punto en el que estés. Pero sí, impone. Echar la vista atrás y ver los datos, y ver cómo las salas se siguen llenando… Da respeto. Pero, sobre todo, lo vivimos con agradecimiento infinito.
¿Creen que Flacas también sería un éxito o la realidad que nos rodea, con unos cánones de belleza tan definidos, no parece que haga necesario contar esa otra historia?
—T.L.: Pues estoy segura de que si la escribe y la dirige Carlos sería un éxito total, porque encontraría la manera de colar su mensaje camuflándolo de humor, sátira y picaresca.
C.M.: No es necesario crearla. Creo que el mensaje de Gordas es universal. Yo, como persona delgada que ha escrito la obra, me siento identificado con cada uno de los personajes. Al fin y al cabo, ¿quién no ha querido en algún momento cambiar, quién no ha buscado un hueco en el que encajar?
En los cuentos hay moraleja, si ‘Gordas’ la tiene ¿cuál es?
—T.L.: Creo que Gordas tiene muchas moralejas y cada espectador puede llevarse una distinta, una que resuene con su historia, son sus experiencias o con su manera de ser, pero para mí, definitivamente, lo que me llevo es que puedo interpretar cualquier tipo de personaje si me lo propongo.
C. M.: Lo interesante es que cada espectador o espectadora se pregunte “qué me llevo yo de aquí”. Si se hace esa pregunta al salir, para nosotros ya es un éxito.