Cultura

día de las librerías

Víctor Castillón: “Tenemos que ser un acicate que atraiga a los nuevos lectores”

El presidente de la Asociación de Librerías, afirma que están en un momento estable en cuanto a ventas

Víctor Castillón.
Víctor Castillón.
A. H.

Las librerías son lugares de reunión, información e historias, muchas historias. Entre sus estantes se pueden encontrar libros históricos, biografías, recetas de cocina e, incluso, lo último en literatura juvenil.

En un mundo en el que el papel empieza a perder protagonismo, las librerías, lugares casi sagrados para los bibliófilos, se convierten en la resistencia. “Ahora mismo estamos en un momento estable. Hemos recuperado ese tono en el que ni destacamos por arriba ni por abajo”, apunta Víctor Castillón, presidente de la Asociación de Librerías de la provincia de Huesca.

La pandemia supuso una etapa excepcional en la estabilidad de estos establecimientos. El librero comenta que “hubo un crecimiento por encima de la media”. Ahora los datos son un poco menores, aunque tienen un tendencia ascendente, “pero dentro de la normalidad”. “Hemos recuperado el tono previo a la pandemia”, aclara Castillón.

La venta de libros ahora mismo ronda en torno a los 180.000 al año en Huesca, según datos facilitados por el presidente de la Asociación de Librerías. Entre esos ejemplares, los que más destacan son los de novela negra. “Ahora hay una cierta afición por la novela negra pirenaica. Ha salido Pirineo Noir (Reservoir Books, 2023) de María Pérez Heredia y El Eco de las Sombras (HarperCollins, 2023) de Txemi Parra. Ambas son herederas de ese Monteperdido (Plaza y Janes editores, 2015) de Agustín Martínez, que posteriormente fue llevado a serie”, afirma el librero.

En cuanto al perfil del lector, el presidente de la Asociación de Librerías lo tiene claro. “Si tuviese que hacer un retrato robot habría que decir que es lectora”, confirma.

Para él, los momentos en los que hay un mayor volumen de ventas de libros es durante el Día del Libro y Navidad, algo que parece lógico. Aún así, apunta asimismo a la etapa veraniega. “En las zonas turísticas se nota también esa persona que tira del libro de bolsillo, que está de vacaciones y tiene tiempo de leer en verano”, sostiene.

Estos establecimientos tienen asignaturas pendientes. Castilllón considera que se ha de intentar atraer a más clientes, con edades muy variadas, para que la gente no tenga miedo de entrar en las librerías. “Nos tenemos que convertir en ese acicate que consiga a nuevos lectores”, remata.