HUESCA.- Dicen que cuando una puerta se cierra... una ventana se abre. Y eso fue precisamente lo que le pasó a la sección de montañismo del Club Litera Montaña el domingo pasado.

Una borrasca persistente hizo imposible aspirar a la ascensión al Mall Pintrat como estaba previsto.

Así que, mirando un poco más al sur, el club se fijó como objetivo la Tuca de Basibé (2.723 m).

Unas pocas nubes bajas se deshilachaban por el Congosto de Ventamillo al paso de los coches de los montañeros: parecía que habría más sol del previsto. Cautos, empezaron la ascensión desde el parking del Ampriu, por las pistas de esquí. Y en la parada para calzarse los crampones y sacar los piolets los ojos se alzaban al cielo y las sonrisas empezaban a dibujarse. Parecía cada vez más evidente que el buen tiempo aguantaría.

Abriendo huella por la nieve recién caída, remontaron el collado y una preciosa arista hasta el gran momento de la salida: un rapel de 20 metros que permitía acortar el camino hasta la Tuca. Tras superarlo y coronar un tozal barrido por el viento, los 13 montañeros ya sólo tuvieron que cubrir una corta distancia hasta la cumbre de Basibé.

Las nubes se movían rapidísimo de un lado a otro y se tornaban oscuras. Parecía que llovía en todas partes menos en ese rincón. Los literanos descendieron tranquilos por la nieve primavera, sólo observados por un buen puñado de marmotas: la ventana no cerró hasta que llegaron al coche y cayeron las primeras gotas.