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SENDERISMO

El mallo Brocoló, un fantástico mirador de las cumbre pirenaicas

El Club Litera realizó su primera salida de 2020 en una jornada que el fuerte viento no deslució

El mallo Brocoló, un fantástico mirador de las cumbre pirenaicas
El mallo Brocoló, un fantástico mirador de las cumbre pirenaicas
S.E.

BINÉFAR.- El Club Litera realizó su primera salida de senderismo de este año 2020. Pese a las peores previsiones y en espera de encontrarnos con una de las peores caras de la borrasca "Gloria", nos ha sorprendido no encontrarnos ni una gota de agua, recibiéndonos solamente fuertes rachas de viento y un frío gélido que nos invitaba a llevar un buen ritmo de marcha para mantener la temperatura corporal.

La ruta nos sitúa en la sierra de Sis, en el valle del Isábena y concretamente en la aldea de Riguala de Serraduy, donde iniciamos camino con el objetivo puesto en el mallo Brocoló.

El Brocoló llama nuestra atención desde el mismo momento en que aparece visible desde la carretera que nos conduce a Serraduy. Se trata de una altiva torre de aspecto inexpugnable y rodeada de verticales paredes en conglomerado que no dejan indiferente a quien por un momento se detenga a contemplarlas.

Tras calzarnos y abrigarnos ante lo que pueda venir, iniciamos nuestra ruta buscando el barranco del Arquero. Una vez en él, vamos ascendiendo suavemente por una senda sombría y rocosa que nos conduce hasta el collado de Carraduno donde nos recibe un viento implacable que nos obliga a no detenernos demasiado tiempo para poder contemplar las maravillosas vistas que el Pirineo nos ofrece.

Desde el collado, tomamos rumbo Sur para ir ascendiendo de forma inminente hacia la zona superior del mallo, donde las vistas al tozal del Moro en primer lugar y, más tarde, al resto de cumbres pirenaicas, hacen que el frío y el viento pasen casi desapercibidos. Tras un buen rato deleitando nuestras retinas con tan espectaculares panorámicas toca ir descendiendo nuevamente hasta el collado para, un vez alcanzado este, emprender el descenso por el GR que casi en picado nos conduce a los pies del tozal del Moro, que ofrece unas preciosas vistas de los verticales extraplomos que forman parte de este bonito entorno.

El viento sopla cada vez con mayor fuerza y cuando casi hemos desistido de parar a comer para reponer fuerzas, nos topamos de bruces con la puerta entreabierta de lo que parece ser un refugio de pastores, en el que aprovechamos para comer algo sólido y,¿por qué no?, también para calentarnos un poco alrededor de la improvisada fogata que encendimos en el hogaril.

Después de dejar el refugio en perfecto estado de revista y con las fuerzas casi intactas, toca caminar primero por pista hasta enlazar con un bonito sendero a la derecha que nos conducirá hasta la parte inferior del recorrido y, nuevamente por pista, atravesar un magnífico bosque de robles que nos deja prácticamente en el punto de origen, dando así por finalizada una estupenda jornada de senderismo invernal.