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ATLETISMO

El sueño olímpico de Cristina Espejo se queda en el aire

La atleta de Monzón afirma que sería injusto que no se aplazaran los Juegos de Tokio

El sueño olímpico de Cristina Espejo se queda en el aire
El sueño olímpico de Cristina Espejo se queda en el aire
V.L.

HUESCA.- La atleta montisonense Cristina Espejo había depositado toda su ilusión y esfuerzos en el "Objetivo Tokio 2020". Entre los deportistas altoaragoneses era la candidatura más firme para lograr el pasaporte olímpico. Y como todos los deportistas con la misma aspiración, está viendo frustrado ese sueño, el anhelo que todos tienen desde pequeño.

Cristina tiene fijada su residencia en León, donde lleva su preparación en el Centro de Alto Rendimiento y tiene el grupo de entrenamiento que dirige Enrique Villacorta. Y allí es donde vive su confinamiento. Con el CAR cerrado a cal y canto desde el inicio del estado de alarma y en su piso con una bici estática de andar por casa -y nunca mejor dicho- y diverso material para poder llevar a cabo una preparación mínima, casi de mantenimiento, a la espera de recibir en los próximos días un rodillo con el que completar el improvisado gimnasio en unos pocos metros cuadrados.

"Estoy mentalizada de que lo primero que va a haber este año son los crosses de Atapuerca, Soria y Alcobendas", afirma la atleta, que apunta así hasta el horizonte de la temporada de invierno, el próximo mes de noviembre.

"Esto ahora mismo son como las vacaciones de verano y cuando podamos salir a rodar, como una pretemporada normal. Solo que este año, sin sol y encerrados en casa, en lugar de las vacaciones con tus amigos", comenta decepcionada, en la confianza de que "esto se pase cuanto antes y quede en eso, en un par de semanas de vacaciones de verano. También te digo que cuando empiezo las pretemporadas lo hago en bici y lo alterno corriendo y nadando. Por eso confío en que ahora en casa pueda mantener un poco la forma".

Sigue con atención el desarrollo de los acontecimientos sobre la celebración o no de los Juegos Olímpicos. La tajante postura inicial del COI de seguir adelante se está "ablandando" en los últimos días. "No sé qué decisión se tomará al final pero como deportista me siento perjudicada y esos Juegos se deberían aplazar. Aunque sea el objetivo de todos, aunque nos dé rabia a todo el mundo y aunque sea lo que nadie quiere, ahora mismo no estamos en igualdad de condiciones", asegura, adhiriéndose al clamor general.

"A nivel personal lo estoy llevando bien porque estoy mentalizada, las situaciones vienen como vienen y hay que afrontarlas de la mejor manera posible con los recursos que tengamos", indica la montisonense.

Y su reflexión va más allá. "Sé que no tengo una situación privilegiada ahora mismo porque, por ejemplo, un futbolista profesional seguro que en su casa tiene una hectárea de campo para poder correr, un gimnasio idóneo para no perder el estado de forma y hasta una piscina climatizada si quiere para hacerse anchos. Pero yo no".

Aunque, eso sí, se consuela con el mal menor. "Al menos donde vivo en León tengo un jardín. Y sé que hay gente que tenía Tokio como objetivo del año y que ahora mismo está en un piso con sus padres y no tienen nada, aparte de un ascensor, un garaje y unas escaleras. Así que dentro de lo malo intento buscar el lado positivo de que por lo menos yo me he podido montar un gimnasio y tengo una elíptica y un jardín donde puedo salir a tomar el sol, aunque ahora en León no sale".

No obstante, añade, "soy de las que piensan que las cosas siempre pasan por algo y que después de una cosa así siempre viene algo bueno. Seguro que todos salimos reforzados de ésta".

Pero la rabia acompaña sus palabras cuando le da vueltas a la cabeza y ve como si se hubiera ido al garete toda la planificación y el trabajo realizado hasta ahora. "He sacrificado los dos campeonatos de España -en alusión al de pista cubierta y al de cross- porque tenía el objetivo de Tokio. Yo llego a saber esto y me preparo a fondo y hago la pista cubierta para intentar revalidar el título y no hago una preparación cuidadosa por el glúteo orientada en julio. De este modo, todos hubiéramos jugado las cartas de una forma diferente. Pero nadie sabía lo que iba a venir y ha sido un chasco".

Así que ahora sigue expectante la decisión final sobe el devenir de la cita olímpica. "Espero que los Juegos no se cancelen y que se aplacen. Cancelarlos sería un golpe muy duro para todos y especialmente para los de mi generación, que somos gente que habíamos puesto toda la ilusión y el trabajo en este año y hay atletas que esta temporada se están dedicando exclusivamente a esto, dejando aparcadas muchas cosas y trabajo por el que han estado estudiando porque este era su último año. Es un golpe duro".

Y prosigue con el mensaje de la desigualdad. "Ahora mismo hay países en los que se está entrenando, otros a los que no ha llegado la pandemia y estamos en clara desventaja. En Europa estamos bastante mal, en América lo han suspendido todo, en Sudamérica ya están en cuarentena y en África no ha llegado y siguen entrenando. Va a haber una clara desventaja".

CENTRADA EN EL 5.000

Era también una temporada de cambios para Cristina Espejo, que el año pasado fue doble campeona de España en 3.000 metros en pista cubierta, en la memorable final de Antequera, y de milla urbana. La lesión en el glúteo frenó sus planes en el verano para recuperarse pensando en Tokio. Pasó de largo de la temporada de pista cubierta este invierno y en el Campeonato de España de cross abandonó para evitar males mayores por las molestias que arrastraba y evitar así que le pasaran factura de cara a este verano.

"Mi plan era competir en mayo para lograr una buena marca en el 5.000 y que eso me diera el pase para los Iberoamericanos, que ya se han cancelado. Y eso me hubiera dado los suficientes puntos como para meter la cabeza. Esa era mi estrategia. El 5.000 era más asequible y menos lesivo que el 1.500. Y como venía con lo del glúteo, era hacer una preparación como la del 3.000 del año pasado".

Con todo, Cristina Espejo no contempla más escenario olímpico que el del aplazamiento. "Creo que la solución sería posponerlo un año. Tokio 20 sonaba muy bien, lo mismo que lo de ciclo olímpico, pero ha venido la situación así. Creo que sería injusto para la mayoría de los deportistas que los Juegos se realizaran este año", concluye.