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CICLISMO - 30 ANIVERSARIO QUEBRANTAHUESOS

Los voluntarios, el armazón y la clave para que la QH sea la más grande

La prueba cuenta con más de un millar, una cifra que no cesa de crecer cada edición

Los voluntarios, el armazón y la clave para que la QH sea la más grande
Los voluntarios, el armazón y la clave para que la QH sea la más grande
M.P.

SABIÑÁNIGO.- En el diccionario, la definición de voluntariado dice: "Es el trabajo de las personas que sirven a una comunidad o al medio ambiente por decisión propia y libre". El término hace referencia al conjunto de dichas personas, los voluntarios, y se explica que el trabajo voluntario debería cumplir tres condiciones. "Debe ser desinteresado: el voluntario no persigue ningún tipo de beneficio ni gratificación por su ayuda. Ser intencionado: el voluntario persigue un fin y un objetivo positivo (buscar un cambio a mejor en la situación del otro) y legítimo (el voluntario goza de capacidad suficiente para realizar la ayuda y de cierto consentimiento por parte del otro que le permite que le ayude). Y debe estar justificado: responde a una necesidad real del beneficiario. No es un pasatiempo ni un entretenimiento sin más, sino que persigue la satisfacción de una necesidad que hemos definido previamente como tal. Generalmente se busca el beneficio del otro a través de un esfuerzo personal, movido por algo, buscando como decimos un fin justificado".

Pues todo esto lo cumplen al mil por mil el millar largo de voluntarios de la Quebrantahuesos y de su hermana pequeña la Treparriscos.

En estos 30 años que se cumplen ahora de la primera edición, tanto la organización como los miles y miles de cicloturistas que han participado, siempre han destacado y agradecido "el esfuerzo, la dedicación y la motivación de los voluntarios".

Fernando Escartín, presidente del Club Ciclista Edelweiss, dice que los voluntarios han hecho "que esta cicloturista sea lo que es hoy, la más grande. Sin los voluntarios sería imposible organizar esta cicloturista al nivel en que se encuentra".

Todos los participantes manifiestan su admiración, indicando, entre otros, mensajes como estos. Quebrantahuesos, gran tierra, grandes personas, el verdadero oro de la prueba; Ánimo chicos, gracias por estar allí; Vosotros sois los verdaderos héroes, habéis conseguido que Sabi sea conocido a nivel mundial, vuestra organización creo que es insuperable, gracias.

Ahora son más de mil los voluntarios, un número que ha ido creciendo con el tiempo, con las ediciones. Tienen diferentes edades y lo dan todo por la Quebrantahuesos, en la entrega de dorsales, en la tienda en la que se vende ropa de otras ediciones, en los cruces, en el reparto de la comida, en el parquin de bicicletas, en los avituallamientos... allí están los voluntarios para que al ciclista no le falte de nada. Muchos han hecho el curso de Primeros Auxilios, incluso un grupo de ellos está formado para utilizar los desfibriladores (hasta 35 contaba la Quebrantahuesos en la pasada edición), convirtiendo a esta cicloturista en la primera prueba cardioprotegida de España.

Siempre van perfectamente equipados para que se les reconozca, y además de la equipación que les caracteriza, llevan una acreditación que les identifica. En la pasada edición cada uno de ellos recibió la "Guía del Voluntario" para que pudieran disponer de información para el cicloturista y acompañantes. "Sin la ayuda del voluntario este gran evento que todos disfrutamos en Sabiñánigo, no sería posible. Los voluntarios son el corazón y el alma de esta prueba aportando trabajo, alegría y buen hacer", reiteran desde la organización.

Muchos de ellos, para poder acudir a esta cita, se guardan incluso días de sus vacaciones.

La Quebrantahuesos "es cantidad y es calidad. Tiene más calidad que ninguna otra cicloturista, y de esto tienen la culpa los voluntarios, que son los que hacen la Quebrantahuesos, sin ellos sería impensable poner en marcha este engranaje", suscribe la organización.