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MONTAÑA - PEÑA GUARA: PICO A PICO

La cresta de los Infiernos, de Bachimaña a Sallent

Travesía en dos etapas desde el Balneario de Panticosa, por los Lagos Azules y descenso por el Barranco de Pondiellos

La cresta de los Infiernos, de Bachimaña a Sallent
La cresta de los Infiernos, de Bachimaña a Sallent
P.G.

HUESCA.- Trepar a los Infiernos ha sido el descubrimiento de alguno de los participantes despejando incertidumbres montañeras, transitando por el macizo de tres cimas, un compendio mineral que se toca cuando se transita por las alturas donde los mármoles blancos que le caracterizan no pudieron desplazar en algún momento orogénico a las rocas rojizas y quebradas, permitiendo así el paso a los montañeros por unas viras que llevan a lo alto, donde se pisan los mármoles de las enormes placas que cruzan la montaña de arriba abajo.

En la segunda actividad de Pico a Pico de la temporada de dos jornadas. Pasaremos la noche en el refugio de Bachimaña. Desde el Balneario de Panticosa el ascenso al refugio lo realizamos por el camino de la tubería que va de los lagos de Brazatos a los de Bachimaña.

En el refugio de los Ibones de Bachimaña descansamos en la terraza, donde se puede estar un buen rato al aire libre en la tarde ventosa y soleada entre nubes que se prestan a fotografiar las Agujas de Bachimaña, o a dar un paseo por los alrededores. Madrugadores, a las 6:30 iniciamos el ascenso. Iniciamos la ruta por el camino que bordea el embalse Superior de Bachimaña hacia los ibones Azules y el collado del Infierno. Saltando torrentes de los ibones inferiores entre puentes doblados y piedras, a la altura del ibón superior de los Azules se asciende por los neveros que todavía abundan en esta temporada en los lagos y cuencas superiores. Entre nieblas ascendemos por un nevero próximo al collado del Infierno dejando a un lado la marmolera que asoma en la cuenca del Nevero Norte donde se alojaba el glaciar del Infierno.

En el collado del Infierno, con el ibón de Tebarray cruzado de neveros a nuestros pies, ascendemos por el espolón rocoso dejando la cresta del Garmo Blanco sin alcanzarla, para atravesar por un nevero a la vertiente occidental y a las viras de esta vía de ascenso a los Infiernos. En el cambio de vertiente asoma la placa oeste de mármoles que en su formación quedaron en contacto con las metamórficas rojizas, esquistosas. El tramo es aéreo y espectacular, ascendiendo por este delicado terreno hasta la brecha que traspasa un espolón donde las placas de mármol que aparecen por delante sí han alcanzado la cresta de los picos. Así, los diecisiete que formamos el grupo alcanzamos el primer pico de los Infiernos por este itinerario. Primera foto de cumbre, podemos dejar las mochilas para continuar por la aérea y elegante cresta de los Infiernos, llegamos al Central (3.083 m), mientras las nieblas que ascienden por el norte se quedan pegadas al filo de la cresta para unos momentos de paso inolvidables.

Otra trepada y alcanzamos el tercer pico de la cresta, el Infierno Oriental o Sureste, y de vuelta rápido que el tiempo nos está dejando transitar pero no hay que confiarse. Al descenso hay que dirigirse al espolón que se observaba desde la cumbre canteándolo por lomas herbosas en lo que constituye la vía normal de ascenso a los Infiernos por el cuello de Pondiellos al pie del Garmo Negro.

Los lagos de Pondiellos están bastante helados y atravesamos algunos neveros para dirigirnos al descenso por la senda que camina alta por la margen izquierda del barranco. Destrepando algún corto y empinado nevero con el piolet para asegurar, nos reagrupamos para ver en el mapa la mejor forma de descenso en las cercanías de la confluencia del barranco de las Salbas al pie del Garmo de la Mina. Las cascadas que se forman en el Salto de Pondiellos son espectaculares en un terreno de alta montaña que vamos desescalando en la jornada soleada que al final se ha quedado. Un último reagrupamiento en el arroyo a la sombra para recorrer los 600 metros de desnivel que restan para llegar a Sallent. Por fin en Sallent, esperamos a los conductores a que se reúnan para tomar unas bebidas al recoger los vehículos que el sábado se situaron en el balneario en una ingeniosa combinación de coches que nos ha permitido la actividad.