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MONTAÑISMO

Miradores de circos rocosos y glaciares por los puertos de Bielsa

Colofón de la temporada pirenaica de Pico a Pico de Peña Guara

Miradores de circos rocosos y glaciares por los puertos de Bielsa
Miradores de circos rocosos y glaciares por los puertos de Bielsa

La región del Pirineo por la que transitamos constituye un privilegiado mirador del núcleo de la Munia y del Troumouse por los altos puertos de Bielsa, macizos de imponentes paredes que se elevan sobre circos glaciares que se excavaron en la cordillera al Norte y al Sur ofreciendo un paisaje amurallado de airosas crestas que se deslizan hacia largos valles, como el de Barrosa por el que descenderemos, o su contrapunto septentrional del Barroude, enlazando una sucesión de circos como los que contemplaremos desde el Puerto Viejo de Bielsa, su cumbre y la del pico Barrosa y su puerto, al pie de Barroude con el Troumouse, y de Sierra Morena con el pico de La Munia.

Y allí donde la montaña se aparta de la muralla y suaviza el relieve en puertos menos escabrosos, tuvo lugar el paso de milicianos y gentes durante la guerra española de 1936 que resistían en la Bolsa de Bielsa, la mayoría huyendo del peor final de sus vidas. Había nieve en aquel mes de junio de 1938 de mayor tránsito, con la 43ª División republicana a cargo del “Esquinazau”, y durante toda la primavera en la que circularon camino de Francia muchos habitantes reducidos en los altos valles del Sobrarbe. Hoy los prados altos amarillean, y las cascadas que salpican todo el trayecto se han reavivado con las fuertes lluvias de los días precedentes a nuestro paso.

Nos asomaremos al balcón del puerto Viejo de Bielsa, ascendiendo por el valle de Pinarra, muy abarrancado en algunos tramos, que se abre al Oeste desde la boca Sur del túnel de Bielsa. Las cascadas marcan el itinerario, escalón tras escalón, y donde el valle se abre amplio y verdeante, el puerto asoma y el pico del Puerto, así como la muralla rojiza del Barrosa a donde nos dirigimos. Es un buen recorrido para la última pirenaica de la Pico a Pico, la semana lluviosa no permitía proyectar otras cumbres y de nuevo en este “dosmilveinte” donde todo lo previsto se ha tenido que modificar por la pandemia, hemos evitado la estancia del grupo en un pequeño refugio francés que requerían los picos del programa.

En la placa conmemorativa del Puerto Viejo nos reunimos asomados a la cresta, el valle de Barroude se extiende a Francia largo y en la semisombra de su orientación septentrional que permite imaginar mejor aquella historia, mientras tratamos de vivir la nuestra con la alegría del esfuerzo que nos proporcionan las montañas, que este verano en las rutas habituales han estado muy transitadas por eso del disfrute de los espacios abiertos.

Continuamos ascensión por las pendientes que se alejan del borde crestero en trazos de fuerte pendiente. Asoma la muralla de Barroude con el esbelto pico Gerbats destacando puntiagudo, y los lagos al pie del macizo del Troumouse, donde había un refugio que ardió. Unos metros más de desnivel atravesando viras rocosas de material férrico en sus esquistos en contraste con fajas blanquecinas de calcáreas y alcanzamos el pico del Puerto Viejo, donde se puede observar todo el cordal fronterizo hacia el Marioules y el Bataillance, que asoman entre nubes. Lejos al otro lado del valle de Bielsa punta Fulsa y Suelza que visitamos, el Campbiell y el Estaragne hacia el Norte en el macizo del Neouvielle. No perdemos de vista entre nubes el puerto de Barrosa por el que descenderemos y el amplio paso que ofrece al pie de la muralla del Troumouse.

Las nubes no han dejado de ascender, jugueteando las convectivas con las que circulan de los restos de borrasca que transita por las alturas. A ratos nos tapan la visión, pero también dejan atisbar hasta el pico Robiñera desde los perfiles del Barrosa, las murallas de La Munia y Sierra Morena con sus rincones glaciares, el Troumouse sólo se deja ver por la base, la punta Aires, el Heid y la esbelta efigie del Gerbats. Tenemos el valle de Pinarra por el que hemos ascendido a nuestros pies con sus saltos y cascadas, el pico Barrosa puntero de Sierra Pelada se adentra alejándose del paso fronterizo. De nuevo privilegiado mirador en su cumbre sobre los esquistos rojizos que tapizan las laderas y que permiten comprender el topónimo de Pico Royo como también se le conoce y está pintado en la piedra que indica sus 2.762 metros.

El paisaje, fajado de bandas rocosas ferruginosas y calcáreas está lleno de minerales que fueron explotados en el siglo XIX y desde mucho más antiguo, en las minas de Parzán como veremos más al descenso. Una foto de cumbre del numeroso grupo que nos hemos reunido para esta Pico a Pico, nos agrupamos un breve momento ya que nos da el aire de las alturas. Descendemos al puerto de Barrosa sin dejar de fotografiar los circos y las murallas, los bordes de cresta verdeante, sobre el terreno oscuro de piedra suelta. El valle es largo, extenso, en el trayecto nos detenemos un momento a reconocer el desvío a la Senda de las Pardas, una faja que recorre un escalón en la muralla hasta la cumbre de la Sierra de Liena, vertiginosa, espectacular. A la altura del refugio de Barrosa hacemos un descanso para continuar valle abajo, dejamos atrás las murallas donde en invierno se forman cascadas de hielo con su orientación norte y fría, como las del circo de Garvarnie no muy lejano. Valle abajo entramos en el terreno del recuerdo de esa importante explotación minera que tuvo lugar hasta bien entrado el siglo XX, con cartelería descriptiva junto a la instalación de uno de los Cables aéreos que se construyó por la Sociedad de Minas de Parzán, que transportaban el mineral a territorio francés una vez lavado en Hospital de Parzán.

Nos queda el Tozal de Guara para terminar la temporada, retomando quizá la actividad de dos jornadas por la sierra y el otoño para seguir disfrutando del Pirineo, y vendrán las nieves, con el deseo de que a su deshielo haya progresado la respuesta científica a la epidemia y podamos disfrutar del Pirineo y de sus acogedores refugios plenamente en la próxima temporada. Somos veintiséis en esta ocasión, y hemos sido muchos montañeros los que hemos disfrutado del Pirineo con el programa Pico a Pico del club Peña Guara en su temporada número veinticinco, que agradecemos a todos los que lo hacen posible.