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Peña Guara se mete en la Grallera del Turbón

Quince excursionistas de Travesías Pirenaicas tuvieron que cambiar de planes el pasado fin de semana

El grupo de Travesías Pirenaicas de Peña Guara descendió a la sima helada de la Grallera del Turbón
El grupo de Travesías Pirenaicas de Peña Guara descendió a la sima helada de la Grallera del Turbón
Peña Guara

HUESCA.- Después de las malas previsiones climatológicas que se venían encima antes del viernes pasado, finalmente el sábado, después de consultar y analizar las páginas del tiempo, seguían dando a los quince excursionistas de Travesías Pirenaicas de Peña Guara una climatología adversa (vientos de más de 80 kilómetros por hora en la cima y temperaturas que podrían llegar a los 15 grados bajo cero). Por ello, decidieron abandonar el cometido que tenían preparado para el domingo, ascender al pico Bisaurín de 2669 m.

Así pues, una vez ataviados con el material necesario y añadiendo el que les faltaba, se lanzaron a esta nueva aventura, en la que se iban a internar en las entrañas de la tierra, bajando después de unos 30 metros de rappel, a la sima helada de la Grallera del Turbón. La idea era que después de las previsiones meteorológicas y sobre todo con esos vientos, solo podían meterse, literalmente hablando, en un agujero para librarse de ese fuerte viento. Ahí comienza la excursión.

El grupo de Travesías Pirenaicas de Peña Guara descendió a la sima helada de la Grallera del Turbón
El grupo de Travesías Pirenaicas de Peña Guara descendió a la sima helada de la Grallera del Turbón
Peña Guara

Después de que el autobús dejara a los excursionistas en el puente de los Navarros cerca de Torla (el vehículo es muy grande para hacer el tramo de pista que hay hasta el primer camping), tenían que hacer andando un largo trecho.

El tramo de pista en algunas partes está asfaltado, pero las vistas que tienen por el camino nos hacen olvidar la pateada de este tramo. Paredes de hielo caen por los laterales y las aguas del río Arazas que bajan desde Bujaruelo serpentean en un mundo de pequeñas cascadas.

Ya una vez pasado el primer camping, buscan una senda por el bosque, de muy fuerte inclinación, que les deja poco después en la boca del barranco que desciende desde el mismo pico Otal.

El grupo de Travesías Pirenaicas de Peña Guara descendió a la sima helada de la Grallera del Turbón
El grupo de Travesías Pirenaicas de Peña Guara descendió a la sima helada de la Grallera del Turbón
Peña Guara

Desde este barranco, todo nieve. Una nieve muy incómoda, parecía merengue sobre una capa de hielo sólido que les hacía resbalar, con lo cual deciden colocarse ya los crampones para avanzar con más seguridad.

Los montañeros iban sorteando varios barrancos siempre por nieve y con algunas zonas de roca que hacen el trayecto más técnico todavía.

Poco después, siguiendo una amplia canal siempre en fuerte ascenso, a la izquierda se sitúa la gruta helada de la Grallera del Turbón, ubicada bajo una pared vertical de roca.

En este punto, cuando giran a la izquierda, el GPS muestra que tienen varias simas bajo la nieve, con lo cual se aseguran bien de donde ponen los pies.

Una vez ya bajo la pared donde se ubica la cueva, se disponen a montar una reunión en un pino que hay como unos 10 metros más arriba de la boca de la Sima.

Ya colocada la reunión, tensan cuerdas hacia abajo y colocan sobre esas cuerdas que cuelgan del pino el siguiente anclaje, que va sujeto a las cuerdas que cuelgan a modo de ensamble, dividiendo la maniobra en dos tramos que en total hacen una línea de 50 m verticales.

El grupo de Travesías Pirenaicas de Peña Guara descendió a la sima helada de la Grallera del Turbón
El grupo de Travesías Pirenaicas de Peña Guara descendió a la sima helada de la Grallera del Turbón
Peña Guara

Una vez instalado todo esto, llega el momento de bajar los 30 metros de rappel necesarios para llegar al fondo de la Sima, donde se ubica un precioso lago de hielo verdoso.

Poco después, los quince montañeros están en el fondo de la sima disfrutando de esta aventura y de la preciosa vista que tienen dentro de la Sima, con estalactitas de hielo que cuelgan del techo a modo de columnas de gran tamaño.

Después de casi una hora disfrutando del interior de la sima y realizando fotos de todo tipo, se disponen a salir de una manera ordenada con elementos de seguridad tipo jumar o pato para el ascenso sobre la cuerda instalada.

Y ya, poco después, todos fuera de la sima, realizan el descenso hacia el autobús por el mismo camino que han hecho en el ascenso. Con un desnivel positivo de unos 1050 m.

La reflexión de este día es que viene bien el dicho de “al mal tiempo, buena cara” y que, a veces, un cambio de planes puede significar una gran mejora. El universo trae lo que uno necesita, solo hay que saber interpretarlo.