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ATLETISMO

Harlyn Pérez quita el “freno de mano”

El deslumbrante fichaje de Intec-Zoiti llega a España “con un sueño” y mucha ambición

Harlyn Pérez, en primer término, en su debut como zoitista en Pamplona el pasado sábado.
Harlyn Pérez, en primer término, en su debut como zoitista en Pamplona el pasado sábado.
S.E.

“Soy muy competitivo, muy valiente y muy ambicioso”, afirma Harlyn Pérez, el atleta cubano que se ha convertido en el fichaje estrella de Intec-Zoiti y que llama a la puerta de la selección española para cumplir su sueño de ser uno de los velocistas ‘top’ a nivel mundial.

Tanto es así que, recién llegado a España y en su presentación en Huesca el mes pasado, se atrevió a decir que entre ceja y ceja tiene superar la hazaña de Usain Bolt y su récord mundial de 9.58 en los 100 metros lisos. Y lo reitera en el transcurso de la conversación con DIARIO DEL ALTOARAGÓN, este jueves, en vísperas de su debut zoitista en la Liga de Clubes y con el presidente, Roberto Dieste, y el director técnico, José Luis Castán, como testigos del encuentro. Es más, acepta de buen grado el reto que le propone Berti en una servilleta de brindarle una fiesta cubana si termina la temporada con una marca por debajo de los diez segundos. Firmado está. Y, conste, ningún atleta español lo ha conseguido hasta la fecha. El mejor Bruno Hortelano tiene 10.06.

Ángela, la profesora de Educación Física que tenía a los once años, fue la que empezó a descubrir a esta perla caribeña cuando en una competición interescolar le vio correr en las pruebas de velocidad. Le vio “buen talento”, le animó a entrenar y Harlyn fue “ganando por escalas”.

“De pequeño era muy intranquilo, inquieto e hiperactivo. Fui subiendo hasta entrar en el equipo nacional de Cuba en 2015. No veía el deporte con un futuro, más bien lo veía como un huevo”, señala.

Entre los 13 y los 17 años se alejó de la práctica deportiva. En ese señalado 2015 se le abrieron los ojos ante la insistencia de su madre y su hermano, que actualmente trabaja en Alemania. “Delante de la televisión vi que los muchachos a los que había ganado de niño estaban destacando con la selección. Eso me motivó y en solo un año logré adquirir el nivel que ellos habían conseguido en varios años. Y la temporada siguiente entré en el equipo nacional, vi que aquello era otro mundo”, recuerda Harlyn.

Pero no todo ha sido de color de rosa. La realidad de ese “otro mundo” tenía sus peculiaridades. “En Cuba tenemos muchas limitaciones, no nos dejan florecer completamente al máximo. Te ponen muchos obstáculos y cuesta mucho llegar donde tú quieres. Si logras una medalla o un éxito te ponen en lo que se llama “lista negra”. Me dieron unos consejos y me dijeron que no se puede ser ni muy malo, ni muy bueno. Tienes que estar en el medio. Por eso muchas veces corría limitado, no al máximo. Eso siempre lo tuve en mente. Es decir, iba a hacer una marca que destacara pero sin excederme. Es muy difícil controlar eso”, explica, para admitir que corrió “con el freno de mano”.

En mi país hay dos caminos. El fácil, que es ponerte a vender droga o estar en la calle, y el difícil y el largo, que es el seguro, que es estudiar y trabajar, tener mucha paciencia y mucho control, que es el camino que lleva al éxito. Aquí tienes todas las de ganar”.

Con unos buenos asesores en Cuba y unos descubridores de talento en España, Harlyn Pérez ha podido cruzar el charco. Ha llegado de la mano del Team Manager Pilar Díez, de Calatayud, y de Víctor Navarro. Esta empresa es la que ha traído a nuestro país al deportista con un contrato de trabajo y ahora tramita su doble nacionalidad ya que su padre es español. Esto le ha permitido salir legalmente de Cuba, gracias también a su intachable comportamiento en su vida diaria y en la deportiva, a la espera de que en un futuro no muy lejano pueda traer a su mujer y a su pequeña Ashley, de casi dos años.

Salvado ese escollo -nada fácil, por otra parte- de cambiar de aires, y una vez en España, surgió “por casualidad” la posibilidad de fichar por la Zoiti. En una conversación de Berti con Víctor Navarro, cuando el presidente zoitista le estaba hablando de un marroquí afincado en Francia que podría venir a España, surgió el nombre del velocista cubano. A Berti los ojos le hicieron chirivitas con el potencial que marcaba el registro del atleta (10.16 en 100 metros) y la posibilidad de beneficiar a la selección española una vez que Harlyn pase los trámites de su nacionalización. “Estaba clasificado para el relevo 4x100 de los Juegos Olímpicos con Cuba, pero he renunciado. De haberlo aceptado, tendría que esperar tres años para correr con España”, indica el atleta.

Así las cosas, el objetivo de esta temporada es poder participar en la selecta y elitista Diamond League, para lo cual tendrá que ganarse el favor de los organizadores. Y eso solo se consigue en la pista y con una marca que le ponga en el escaparate internacional.

Y en eso está ahora Harlyn. En un objetivo muy concreto, el próximo 13 de mayo en Italia. “Siempre he tenido la ventaja de ponerme en forma demasiado rápido en poco tiempo. Tengo una serie de competiciones marcadas y la primera es esa del 13 de mayo, donde tengo que hacer una buena marca con corredores que están por debajo de los diez segundos”.

Se muestra receloso y no habla de marcas concretas. Sí de una meta a medio plazo, el Mundial del próximo año, para poder formar parte de la selección española. Y entre tanto, el nombre de Usain Bolt, con el que corrió en el Mundial de 2017 en Londres, revolotea por su mente. “Es impresionante verlo. Me veo para eso. Y cuando pase, la gente va a quedar flipando. Soy una persona muy realista y si no puedo hacer algo, no lo digo. Aquí no han visto mi trayectoria en Cuba y mis condiciones”.

En Cuba, recuerda, era el mejor en 60 lisos en pista cubierta. Lo hubiera certificado en competición si el coronavirus no lo hubiera detenido todo, incluso esas ocho diarias de entrenamiento que hacía y que le frenaron prácticamente todo el año. El propio Berti lo define como “un grandísimo corredor de 60 que corre bien el 100”.

Cuando hace poco regresó a los entrenamientos, dirigidos por el italiano Carlo Buzzichelli, “me he quedado impactado de lo mucho que he mejorado en un mes”. A ello ha contribuido el trabajo con su preparador, las nuevas técnicas de carrera y los medios que tiene a su disposición gracias al Team Manager Pilar Díez, muy lejos de la precariedad y limitaciones de Cuba.

“Eso confirma que tengo un buen talento y que debo explotarlo al máximo. Los que han llegado a la cima han sido quienes no tienen esa conformidad de límite. Si piensas en poco, te quedas por debajo de ese poco. Ahora mi cuerpo está recibiendo cosas que nunca ha recibido y nunca he tenido una lesión. Si mi cuerpo y la naturaleza me dio esa genética, la tengo que explotar al máximo. Los cubanos somos muy alegres y muy fiesteros, eso ayuda a vivir la vida de otra forma”, destaca.

Intec-Zoiti presume de la “sangre verde” entre sus atletas y Harlyn Pérez congenia también con esa seña de identidad. Al punto que “el verde es mi color preferido, siempre me gustó, es muy refrescante. Y nuestro planeta es verde”, dice con una sonrisa, mientras agradece la acogida que le han brindado en Huesca. “Nosotros en Cuba somos muy familiares y cariñosos. Y la Zoiti me ha recibido como uno más de la familia, me siento a gusto y muy cómodo. Para mí eso es muy importante. Ahora mismo tengo un sueño y estoy aquí para hacerlo realidad”.