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JUEGOS OLÍMPICOS TOKIO 2020

Sandra Sánchez, campeona olímpica con un kata perfecto

La karateka batió a la japonesa Shimizu, su mayor rival en los últimos seis años

Sandra Sánchez, en el podio tras ganar el oro olímpico en la modalidad de kata femenino.
Sandra Sánchez, en el podio tras ganar el oro olímpico en la modalidad de kata femenino.
Efe

La karateca española Sandra Sánchez cortó el aire del Nippon Budokan con un kata perfecto, un ‘Chatanyara Kushanku’ que le dio la medalla de oro de los Juegos de Tokio, la primera de la recién nacida historia olímpica de este deporte.

Sánchez se impuso en la final a la japonesa Kiyou Shimizu, su mayor rival en los últimos seis años, por 28,06 puntos a 27,88, en una repetición de la final del último campeonato del mundo, en Madrid en 2018, en la que igualmente venció la española.

Las dos medallas de bronce las ganaron la italiana Viviana Bottaro y la hongkonesa Lau Mo Sheung Grace.

Los 153 centímetros de Sánchez inundaron de fuerza el escenario mítico del Budokan. Una karateca de Talavera de la Reina triunfó en el país en el que nació el kárate y ante una rival local más peligrosa que nunca.

La final redondeó una jornada perfecta para el kárate, en la que las dos competidoras de tantos años marcharon de la mano hacia el podio, separadas por escasas décimas.

‘Kururunfa’, ‘Suparinpei’ y ‘Papuren’ fueron los tres katas presentados por la talaverana en las rondas iniciales. Con los dos primeros entró en la lucha por las medallas; con el tercero se aseguró la final. Pero Shimizu, que avanzó por el cuadro con idéntica superioridad, logró mejor puntuación en la ronda preliminar (27,70 frente a 27,43) e igualó a puntos (27,86) en el kata para decidir los cruces por las medallas.

El oro y la plata estaban en un puño. Un enfrentamiento repetido decenas de veces mundiales y europeos se dio en los Juegos.

Las dos se guardaban en el bolsillo su mejor kata, ‘Chatanyara Kushanku’.

Compitió primero la española, una mujer que irradia energía. Solo se escuchó el sonido amenazante de la respiración de Sánchez, de los pliegues de su karategui, de sus patadas contra el suelo y de sus gritos de combate.

Shimizu, de espaldas al tatami, no quiso ver la actuación de su oponente. Cuando le llegó su turno estuvo igualmente rápida, precisa de movimientos, con un estilo más agresivo.

Ambas acabaron empapadas en sudor, sin dejarse nada. La juez encargada de anunciar el resultado se demoró unos segundos interminables antes de señalar con la mano a su derecha, donde esperaba el veredicto la española.

Fueron 28,06 puntos: 19,60 en técnica y 8,46 en ejecución física. Para Shimizu fueron 27,88: también 19,60 en la técnica, pero 8,28 en la parte atlética. Las maratonianas sesiones de Sandra en el gimnasio del CAR de Madrid salieron a relucir en el momento más oportuno.

“Había que hacerlo así”

“Si había que ganar, había que hacerlo así”, afirmó la karateca española Sandra Sánchez tras llevarse la final olímpica.

“Todo era perfecto. Japón, el Budokan... creo que esta final con Shimizu era lo más emocionante. Si había que ganar, había que hacerlo así”, dijo.

Sánchez aseguró que salió tranquila al tatami y con confianza: “Si hago lo que sé hacer y me dejo el alma en el tatami me lo tienen que valorar, pensé. Y eso he hecho”. “Queríamos guardar este kata para la final. Ha merecido la pena”, aseguró.