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SENDERISMO

El CER disfruta de una jornada en la ermita de San Pedro Mártir

El grupo visitó Sahún, en el valle de Benasque

El grupo, en la Ermita de San Pedro Mártir de Sahún.
El grupo, en la Ermita de San Pedro Mártir de Sahún.
Carlos Bravo

Como el pronóstico meteorológico era algo incierto, el Centro Excursionista Ribagorza organizó el pasado domingo una excursión matinal a la ermita de San Pedro Mártir de Sahún, con comida posterior en Benasque.

En la actividad, participamos diecisiete miembros del CER que, en su mayor parte, salimos de Graus a las 7:00 para dirigirnos por carretera hasta Sahún. Al estar cortada por obras la carretera que va de Campo a Seira, tuvimos que dar un amplio rodeo por el valle del Isábena, Espés y el Coll de Fadas.

Una vez concentrados todos en Sahún, iniciamos nuestra caminata subiendo por un sendero recientemente señalizado que se toma junto al monumento al fallero. Dejamos a la derecha el camino que va a Guayente y Eriste y tomamos un estrecho sendero que remonta, con bastante subida, por la margen izquierda del barranco Cambra, del que contemplamos algunas bellas cascadas y saltos de agua.

El sendero asciende por un precioso bosque mixto con presencia de abedules, bojes, robles, avellanos, acebos y gayuba o uva de oso, entre otras especies. A medida que subíamos y la vegetación lo permitía, contemplamos preciosas vistas del Turbón y Baciero, el Aneto y el glaciar de Coronas, el Gallinero, la sierra de Chía y, abajo, el valle del Ésera, con Sahún, el embalse de Linsoles y la casa y el bosque de Conques entre otros lugares. Dejamos a la derecha el desvío que lleva a Pusorriba y, tras un leve descenso, cruzamos el barranco Cambra por una palanca de madera. Ascendimos a un claro de bosque llamado el Cuello y llegamos a un cruce de caminos que indicaba que habíamos ascendido 2,5 kilómetros desde Sahún y que había otro tanto hasta esa población por el camino por el que íbamos a bajar. El sendero conduce, en pronunciada aunque corta subida, hasta la ermita de San Pedro Mártir.

Situada a algo más de 1600 metros de altitud, la ermita es una sencilla construcción popular que data de 1731. Se halla en un amplio espacio abierto con el pico Cambra de fondo. A este santo, San Pedro de Verona, que también tiene una ermita en Graus, hay dedicadas otras dos ermitas en el valle de Benasque; una en Cerler y otra en Villanova. En unas mesas de madera próximas a la ermita desayunamos y nos hicimos la foto de grupo.

Iniciamos el descenso por el mismo camino hasta llegar al citado cruce y, desde allí, continuamos bajando hasta conectar con el PR-HU51 que desciende desde los ibones de Barbarisa y la cascada dels Prats, conocido como el camino de la Montaña por las gentes del lugar. Después de visitar junto al sendero los restos de un horno de cal y las ruinas de la ermita románica de San Martín, llegamos de nuevo a Sahún. Tras atravesar la localidad, la mayor parte del grupo continuamos hasta Guayente y Eriste. Habíamos caminado nueve kilómetros con 690 metros de desnivel positivo y 726 de negativo, en cuatro horas y media.