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Bosques interminables por Fago y Biniés

Ruta dominical por la Jacetania rodeados de vegetación y en un día de invierno pero con un sol muy agradable

El grupo de senderistas en una parada en el camino por la Jacetania.
El grupo de senderistas en una parada en el camino por la Jacetania.
Peña Guara

El pasado domingo, el grupo de Turismo por el Alto Aragón de Peña Guara nos acercamos a la Jacetania para disfrutar de una excursión especial. La ruta elegida discurre por una zona de bosques inmensos que bajo la sierra de Forcala y desde Fago en dirección a Huértalo y Biniés inundan todo el territorio hasta asomarse a la vertiente del río Beral bajo la Foz de Biniés.

Comenzamos la jornada, bien abrigados, en un punto sombrío y congelado (823 m.) a unos tres km. bajo la población de Fago, en un día típico de enero con temperaturas gélidas de hasta -4, pero que se anunciaba soleado.

La senda, limpia, ancha y muy bien marcada, que muestra el buen trabajo realizado por la cuadrilla de forestales de la zona, va ascendiendo suavemente bajo la Punta Tartisté para, tras superar varios pequeños barrancos y las cortadas de la Foz de Fago, llegar a una Plana casi despejada que recibe el sorprendente nombre de Monteoscuro (1.065 m.), sorprende el nombre porque en este punto por fin, recibimos los primeros rayos de sol y se abre claramente hacia el sur toda la vista.

Tras un pequeño tramo se almorzó al sol y retomamos la marcha en dirección este, por una senda ya menos transitada pero bastante clara para llegar hasta la Cueva de Cucos, paraje que inicia un pequeño barranco con varios abrigos usados, en otro tiempo, como refugio de ganados y pastores pero ahora abandonados.

Dejamos la zona y seguimos la senda adentrándonos en el tupido bosque por senda cada vez más estrecha jalonada por la vegetación típica de la zona, enormes robles, pinos, sabinas, carrascas, … y un sorprendente número de enormes chinebros.

Nunca dejamos de admirar las sendas que encontramos por toda la provincia, la sabiduría, el trabajo, el buen sentido y el trazado con que fueron hechas por las gentes que habitaron estos pueblos, sendas milenarias imprescindibles para la comunicación entre pardinas, campos, fuentes, ermitas y montes de la forma más eficaz y con el esfuerzo imprescindible.

Tras un buen trecho de camino llegamos a la Collada de Charramiana donde termina la senda (1.093 m.), para continuar bajando por un tramo de pista, que muy poco antes de llegar a La casa Sanz, tiene una poco marcada senda a la izquierda que inicia el tramo final de la excursión por un enorme bosque a través de una preciosa senda conocida como “La Cabañera”, ya que era usada para el desplazamiento del ganado según la estación, prueba de esta actividad son las diferentes edificaciones casi derruidas que jalonan el camino como Casa Buey, Casa Simona y Corral de Cavero.

Al ir bajando se reduce el bosque y aparece ante nosotros Biniés con su castillo, ermita y toda la Canal de Berdún iluminada por el sol de mediodía, hecho que aprovechamos para detenemos para comer a gusto. Una vez repuestas las fuerzas seguimos la senda iniciando el último tramo de la excursión bajando hacia el puente de Biniés, que alcanzamos por donde la senda se une al camino que viene de Huértalo.

Larga jornada que terminamos felices, agradeciendo al sol su cálida compañía y conservando en nuestras retinas los maravillosos bosques que hemos vivido. En cifras, recorridos 17 kilómetros en siete horas y media, con un desnivel acumulado de 1.605 metros.