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Ascensión a Peña Foratata, la mole reflejada en el agua

El acceso a sus dos cimas ha implicado salvar un desnivel de unos mil metros en ocho horas y con varios rápeles

Durante uno de los rápeles.
Durante uno de los rápeles.
Peña Guara

La peña Foratata está ubicada en la cabecera del Valle de Tena, justo encima de Formigal y Sallent de Gállego. Con una altura de 2.340 metros esta mole de roca se ve reflejada en el embalse de Lanuza en un día claro y hace las delicias tanto por su cara sur como por su cara norte, con vías de escalada que hacen esforzarse a todos los montañeros privilegiados que las ascienden.

Así que una vez en Formigal, dejando el autobús en la parte alta del pueblo, en la calle que tiene el mismo nombre que el pico, nos preparamos con todo el material necesario para la aventura. Consta de: 130 metros de cuerdas, arneses y materiales de aseguramiento para los dos rápeles de unos 25 metros por los que la tenemos que descender. La intención es ascenderla por su cara sur y descenderla por la norte, haciendo las dos cimas de las que se compone este impresionante macizo.

Comenzamos por una arista herbosa que acaba en una canal por donde empieza la escalada, con unos pasos de diversa dificultad, así que en ese punto nos colocamos el material y sacamos las cuerdas para progresar con seguridad. Poco después a la altura de un paso horizontal herboso almorzamos un poco.

Después de esa breve parada nos cruzamos por una senda de un patio brutal, que es como llamamos los montañeros a un abismo al vacío, y nos encontramos con la vira sur, que es la ruta más utilizada. Al principio hay un paso de III⁰ que nos hace asegurar a alguno de los 15 componentes del grupo, luego se hace menos difícil, pero un paso mal dado aquí puede traernos serios problemas, así que no bajamos la guardia. Poco después estamos en la cima de la Foratata Occidental donde hacemos un descanso y nos agrupamos.

Después nos vamos por la cresta no apta para gente con vértigo hasta llegar a la reunión en forma de varias chapas instaladas en la roca, donde montamos el primer rapel de unos 20 metros, que nos deja en otro rapel asegurado en un pino de unos 25 metros, en ese punto nos agrupamos. Lo siguiente es una inclinada y descompuesta canal que bajamos con mucha precaución.

Poco después estamos en el collado que separa las dos Foratatas occidental y oriental, qué es la que nos falta por ascender. Así que sin más nos ponemos directamente en marcha otra vez hacia la cima de la Foratata oriental.

Después de alcanzar la cima, hacemos un descanso para comer un poco y nos vamos por su larga cresta con la intención de recorrerla en su totalidad y hacer el descenso empalmando a la senda de acceso normal a los picos de las Foratatas.

La cresta se torna bastante brava y nos hace poner las manos en bastantes ocasiones.

Una vez salidos de la cresta y sin ningún incidente nos dirigimos por la hermosa senda hacia Formigal de nuevo. Nos ha salido un desnivel de unos 1.000 metros aproximadamente y unas 8 horas de ruta con paradas incluidas teniendo en cuenta que se nos ha ido más de una hora en los rapeles.

A la vuelta al pasar por debajo de las paredes de la Foratata de camino a Formigal nos damos cuenta de lo privilegiados que somos al no haber tenido percance alguno con el nivel técnico que tiene está excursión.

Está montaña nos ha hecho sentir todo su poder y nos ha mostrado su cara más amable dejándonos ascenderla y por eso se lo agradecemos.