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Excursión desde Bonansa con una refrescante tormenta

El grupo grausino Tardes al Sol completó más de 12 kilómetros desde Bonansa hasta Cirés  

El grupo Tardes al Sol poco antes de llegar a Graus.
El grupo Tardes al Sol poco antes de llegar a Graus.
Carlos Bravo

El grupo grausino Tardes al Sol realizó el pasado lunes una excursión desde Bonansa hasta la pequeña localidad de Cirés, en el extremo más oriental de Ribagorza y de la comunidad aragonesa. El itinerario fue en parte circular, con la ida por el GR-15 hasta Cirés y la vuelta por un camino no señalizado que pasa por el despoblado y arruinado Gabarret. Desde Bonansa hasta el paraje conocido como El Prat de Campo, repetimos el mismo recorrido a la ida y a la vuelta.

Los catorce participantes en la excursión salimos de Graus a las 16:45 horas, con una temperatura de 36 grados. Fuimos en coche hasta Bonansa y la temperatura fue descendiendo hasta los 30. Habíamos elegido una ruta por bosque y sombra para evitar el calor. A las 17:45, cuando comenzamos a andar, el cielo estaba cubierto y parecía amenazar lluvia. Sin entrar en Bonansa, desde la carretera, buscamos a nuestra izquierda el desvío del GR-15. El sendero empieza en bajada hasta el molino de Bonansa, junto al barranco de la Mola. En ese tramo, invaden el camino algunas ortigas que notamos especialmente quienes llevábamos pantalón corto. Combinando sendero y pista, pasábamos por un bosque de pinos cuando comenzó a llover. Aunque algunos se protegieron con algún paraguas o capas pluviales, otros casi agradecimos la lluvia, que no era muy fuerte, y que refrescara un poco.

Llegamos a un amplio espacio abierto con prados y algunos llamativos árboles que se conoce como El Prat de Campo. Atentos a las marcas del GR y a los cruces, continuamos por un bello sendero entre robles, bojes y musgo. Al llegar a Cirés, arreció la lluvia y nos protegimos en el portal de la iglesia románica de San Cristóbal, donde merendamos. Cuando paró de llover, dimos una vuelta por la pequeña población, perteneciente al municipio de Bonansa y con sus casas bien arregladas. Hablamos con algún vecino y reemprendimos la marcha. Tomamos la carretera que va a Pont de Suert y nos desviamos por una pista, primero a la izquierda y luego a la derecha, que nos llevó hasta Gabarret. También perteneciente a Bonansa, el lugar se halla casi todo él en ruinas. Destaca la iglesia románica de San Pedro, con singular espadaña lateral, y su fuente. Desde aquí, por una estrecha pista fuimos hasta El Prat de Campo, donde, ya atardeciendo, recibimos unos tímidos rayos de sol.

Desde El Prat de Campo retornamos a Bonansa por el mismo camino que a la ida. La distancia recorrida fueron 12,5 kilómetros y el desnivel acumulado casi 500 metros. Estuvimos siempre entre los 1050 y los 1250 metros de altitud. Y en el recorrido invertimos unas tres horas y media con las paradas.