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FÚTBOL SALA

Futbolistas y madres, póquer de campeonas

El Ayerbe Futsal Oscense cuenta con cuatro jugadoras con hijos

Laura González, momentos antes de jugar con su pequeño en brazos.
Laura González, momentos antes de jugar con su pequeño en brazos.
S.E.

El deporte en clave femenina va ganando poco a poco el sitio que le corresponde, en todas las disciplinas. Las mujeres cada vez practican más deporte y a mayor nivel, buscando romper tópicos y prejuicios.

En este camino, el compaginar deporte y maternidad es un paso clave. Cada vez son más las mujeres que demuestran que se puede.

Y el Ayerbe Futsal Oscense femenino, equipo que juega en Primera Autonómica de fútbol sala, es un buen ejemplo de ello. Casualidades de la vida, en la plantilla hay hasta cuatro jugadoras que son madres, un caso hoy por hoy excepcional pero que les gustaría que fuera incluso habitual.

José Gállego, responsable del club, señalaba sobre este hecho que “tratamos de visualizar y en cierta manera tratar de ayudar a otras mujeres que se encuentren en la misma situación o parecida a que vean que sí se puede con esta bonita casualidad”.

Mónica Giménez, orgullosa mamá con su hija en la pista.
Mónica Giménez, orgullosa mamá con su hija en la pista.
S.E.

Son Mónica, Laura, Tamara y Beatriz, y las cuatro cuentan su situación.

La familia, un pilar básico

Mónica Giménez Ascaso ‘Moni’ tiene 21 años y es de Sabiñánigo. Lleva jugando al fútbol desde los 5, y el tener un hijo no ha cambiado eso. Sobre cómo se organiza para llegar a todo, explica que “la verdad que no es fácil, no dependes de ti, sino de tu hija, además en mi caso volví a jugar cuando ella tenía tan solo 5 meses y aun se me hacía más complicado porque me la tenía que llevar a todos los partidos y entrenamientos para poderle dar el pecho. Sin el apoyo absoluto de mi familia no lo hubiese podido hacer. La verdad que tengo una familia que vale oro y si mi marido no puede, que es el que está al pie del cañón conmigo en cada momento, mis padres y hermanos siempre están dispuestos”.

En el vestuario son cuatro madres, y eso siempre es una ayuda. “Sobre todo las que no lo son nos ayudan muchísimo haciendo de niñeras y apoyándonos en cada momento”.

Y del club solo tiene palabras de agradecimiento. “Me encanta que el club te dé una segunda oportunidad para seguir haciendo lo que más nos gusta, es de agradecer. No nos ha puesto ninguna traba, al revés, siempre nos da todas las facilidades del mundo para llegar a todo”.

Un vestuario que es una piña y una familia

Laura González ‘Tuti’ es de Tardienta, tiene 35 años y, como muchas de sus compañeras, lleva dándole patadas al balón desde antes incluso de tener uso de razón. Coincide con su compañera que, al ser un hijo de muy corta edad, la cosa se complica. “Es complicado compaginar entrenamientos y partidos teniendo un niño de 1 añito, ya que es el momento que más movido está. Aparte de los horarios de trabajo, pero si no puedo pues me lo llevo a los entrenamientos y es como uno más. Me sentiría orgullosa de que siguiera mis pasos”.

Del vestuario y de su familia, que también es un pilar fundamental, solo tiene elogios. “En el equipo son todas unas compañeras de los pies a la cabeza y si te tienen que ayudar ayudan, son las primeras que se ofrecen. Además agradezco a mi familia que sin ellos no podría hacer esto sola. Además tengo una mujer que me apoya y está con el niño todo lo que puede y más, y le gusta ver jugar al equipo”.

Como todo el equipo, se ilusiona con el auge que va cogiendo el deporte femenino, y el fútbol en particular. “Para mi es de agradecer que ahora se valore más, ya que siempre ha sido el futsal femenino muy poco visto, y aun más tener hijos y llevar todo. Que se valore la ilusión de todas las mujeres de que también podemos”. Y quería agradecer la acogida del equipo altoaragonés, puesto que estuvo muchos años sin jugar y el Ayerbe Futsal le ha “devuelto la ilusión de vivir esto y jugar. Me ha mejorado la vida y ahora sigo jugando y mi niño y mi mujer me siguen a todos lados”.

La zaragozana Tamara Martínez tiene 26 años, es la mamá más reciente y todavía tardará un poco en volver a vestirse de corto, pero espera llevarlo bien. “Para mi es nuevo todo, de momento no me ha pillado el inicio de los entrenamientos y partidos, pero con la idea clara de volver en cuanto pueda, aunque debe ser un poco lío, con organización todo se lleva. Cuando llegue el momento espero tenerlo todo organizado, porque además vivo en Zaragoza. En todo caso estoy viviendo algo muy bonito y que seamos cuatro en el club me parece muy bonito. Es una experiencia única y que un club lo tenga también lo hace más especial todavía”.

Tamara Martínez, con su bebé.
Tamara Martínez, con su bebé.
S.E.

Una oportunidad de aprender

Y Beatriz Ibáñez, de Frula, es la mayor, con 39 años, y habla ya con esa cierta experiencia. “Lo que me lleva a compaginar maternidad y futsal es la pasión que siento por este deporte desde niña. Así que tener un chiquillo de 5 años no iba a ser un obstáculo sino un aprendizaje más en la vida, sobre todo en administrar tiempo para seguir disfrutándolo todo”.

Y señala que la situación del equipo es hasta positiva y une más a las jugadoras. “Mientras te cambias, te duchas, mientras entrenas o incluso juegas, una u otra entretiene a los peques y sobre todo la afición que tenemos en la grada, que durante los partidos se hace cargo de los niños. Y ahí entra en juego la familia, mi pareja, que también forma parte del cuerpo técnico y me animó a a retomar el deporte, pues está pendiente de él en los entrenos, y sobre todo mi madre, que en el fondo es quien nos ayuda a poder conciliar lo familiar, lo laboral y sobre todo lo deportivo”.

También desde la experiencia, defiende el deporte y en concreto el fútbol femenino, en busca de un trato más digno, sobre todo pensando en los chicos. “Todo lo que sea avanzar y mejorar es bienvenido. Las que llevamos años en esto sabemos que el principio del fútbol femenino fue muy duro, pues rara vez encontrabas patrocinadores, colaboradores etc... más bien rechazo. El poder hacerlo visible y acabar con tantas diferencias hace que ahora muchas niñas tengan el sueño y la ilusión de hacer lo que les gusta y llegar si es posible a lo más alto y se les reconozcan los méritos. Todavía hay que seguir luchando para hacerlo más visible y menos diferenciado con el masculino”.

Bea Ibáñez.
Bea Ibáñez.
S.E.

Y por último elogiaba al Ayerbe Futsal Oscense, que ha sido un apoyo más para las cuatro. “Es una casualidad muy grande, pues creo que pocos clubes en España a este nivel tendrán una situación parecida. Lo veo como un ejemplo a seguir como club, que en lugar de ver madres ve chicas con la misma ilusión de cuando no eran mamás, ilusión de jugar y poder seguir viviendo momentos deportivos”.