Casi una vida de los cursos de montañismo de Peña Guara

Los noventa cursos de montañismo que ha realizado Peña Guara durante cincuenta años cierran este viernes la semana de San Úrbez con una proyección que recoge esta trayectoria y que tiene tintes de nostalgia y protagonismo de los cientos de personas que han participado en los mismos durante su larga y premiada trayectoria.

Antonio Beired explica que en el Olimpia se van a poder ver imágenes de otros tiempos y también de los actuales y comparar también cómo ha ido variando el enfoque de esta actividad montañera, la parte deportiva o las excursiones elegidas, pero también aspectos curiosos como los equipamientos o vestimentas de las distintas épocas.

Sin duda, será un momento también para el recuerdo para muchas personas que han participado en los mismos y que se verán reflejadas.

Beired comenta que han sido muchísimos los oscenses que han pasado por los cursos, muchos también los que han repetido y comenta que ha habido épocas también de auge y otras de mucha menor participación, como en los años 90, y que afortunadamente se superó hasta llegar a jornadas en las que se juntan unas ochenta personas.

También hay familias que se unen con el paso de los años a varios cursillos.

Los cursos han hecho una enorme labor de formación y de promoción del amor por la montaña y la naturaleza. Y son, sobre todo, explica Beired, fuente de grandes amistades.

Destaca que siempre han primado la seguridad y la prudencia y señala que en los muchos años que lleva él como monitor solo dos veces ha habido rescates con helicóptero, teniendo en cuenta que es una actividad en la que mueven muchas veces sesenta o setenta personas.

Escalada aventurera

Este jueves, el alpinista navarro Iker Madoz trató las ascensiones desde el alpinismo y la escalada de actividades largas con un mayor carácter de aventura e intensidad.

Además, transmitió sus vivencias y sensaciones, algo que trató de mostrar de una forma diferente y añadida a los recursos fotográficos.

Los presentes pudieron disfrutar de escaladas al Cervino, el Eiger, el Montblanc y a zonas conocidas de los Alpes, pero también de otros lugares menos conocidos de un notorio interés para muchos.