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esquí de montaña

Travesía Altos Pirineos de Peña Guara

La cita ya tradicional del club discurrió por la zona oriental en torno al Valle de Benasque

Superando el Collado de Salenques.
Superando el Collado de Salenques.
S.E.

Durante el fin de semana el club oscense Peña Guara celebró la XLV Travesía Altos Pirineos - Vuelta al Aneto de Esquí de Montaña, que además era la II Alta Ruta de Esquí de Travesía Peña Guara, con inicio y fin en el Hospital de Benasque.

La actividad se desarrolló entre sábado y domingo.

El sábado se recorrieron 18,3 km. y se salvó un desnivel positivo de 1499 metros, con 8:30 horas de actividad.

La primera jornada amaneció con caras de sueño para los 24 participantes de la salida en el parking de los Llanos del Hospital a las 8 horas. Como es habitual en este tipo de salidas, se comenzó de manera alegre con charlas, risas, presentaciones, algunos nervios y con bastante peso a la espalda. Que no hubiera nada de nieve hasta Aigalluts, (cota 2.000 m.), no presagiaba nada bueno para la “esquiabilidad” de la ruta, así que muchos decidieron salir con zapatillas y llevar durante 6 km. los esquís con las botas en la espalda.

Inicio de la segunda etapa en Llauset.
Inicio de la segunda etapa en Llauset.
S.E.

Afortunadamente la poquita nieve que quedaba a esa cota nos permitió por fin calzar esquís y empezar a foquear por el valle de Barrancs para luego trazar y trazar zetas hasta coronar el collado de Salenques, (2.808m), en un día soleado y demasiado primaveral. El premio fue una primera esquiada con nieve perdonavidas hasta el valle del mismo nombre, desde donde foqueamos de nuevo para ganar el Collado de la Vall (2.706m.), desde donde temíamos no tener nada sobre lo que esquiar hasta el refugio de Llauset a la vista de los pelados lomos del collado. Afortunadamente algunos tubos enlazados guardaban algo de nieve que nos permitió bajar, eso sí, muy atentos a la presencia de rocas y vegetación que daba cuenta de la paupérrima capa restante que queda incluso por encima de 2.500 m. en laderas soleadas.

Domingo, once horas y media de actividad

Con una hora menos de sueño, el día amaneció algo mejor de lo que las previsiones auguraban. Antes de coronar el Collado de Vallibierna (2.732m), el viento comenzó a soplar y el cielo se encapotó recordándonos cómo es el marzo que debiera ser.

Primer cambio de tercio y bajada hasta cota 2.530 m. Nos bloquea el paso el siguiente collado. Nuevo cambio y tiramos de pieles hasta donde se puede para franquear la Collada de los Sarrios (2661m). Otra vez sin pieles, nos deslizamos hasta el Ibón de Llosás, (2.475m), para tomar algo sólido y preparar la subida más larga del día (unos 800m), que nos ha de llevar a cruzar la divisoria del macizo de la Maladeta.

A esta altura, el paredón que rodea el Ibón nos deja pocas opciones de rumbo pero la falta de nieve hace que la salida sea algo caótica. Al llegar por fin a un tramo con continuidad, Pepín toma el mando del grupo marcándose perfectas 43 zetas que nos llevan hasta la brecha Superior de Llosás, (3.060m), justo en el momento en que parece que la nube nos abandona y empezamos a vislumbrar el tajo abierto en la montaña por donde hemos de pasar.

Lo franqueamos y sentimos el corredor de salida con intimidante pendiente de roca desnuda por la que debemos destrepar con crampones y ayudados de cuerda.

Dedicando a cruzar la brecha tanto tiempo como es necesario un grupo tan grande, volvemos a calzar esquís en cuanto encontramos un terreno fuera de la brecha y la pendiente para travesear el Glaciar de Coronas y ya sí, enfilar el último escollo de nuestra ruta: el Collado de Coronas, (3.200m.).

El paso es inspirador, pero aún queda echar manos a la roca y gracias de nuevo a Pepín que ha preparado cuerda para la última trepada, otra vez con crampones y esquís a la espalda. Poco a poco, los 23 esquiadores, asoman con una gigantesca sonrisa al otro lado del collado, sabiéndose ya ganadores de la bajada de casi mil metros que comenzando en el glaciar del Aneto les va a llevar de nuevo hasta donde el sol nos deje algo de nieve en condiciones.

Y por fin, ocho horas y media después de empezar la jornada, empieza el merecido descenso en muy buenas condiciones hasta los 2.500m, donde la nieve empieza a presentar un estado lamentable… En Aigualluts, nos restan otros 6 kilómetros de portear los esquís y las botas a la espalda hasta el parking. Aunque no llegamos al parking hasta pasadas las 20:30, y a algunos nos esperan más de 3 horas de coche hasta llegar a casa, el finde termina con inmejorables sensaciones y una cierta tristeza por dejar la montaña a finales de marzo como si fuera un mayo cualquiera.