Celia Abad: " Las lesiones que he sufrido me han hecho ser quien soy"

A la joven esquiadora oscense Celia Abad no le tienen que explicar lo que es caer y levantarse. La deportista, oro y bronce en el Mundial Universitario este mismo invierno, se recupera ahora de su enésima grave lesión. Y con una sonrisa, mirando al futuro con ilusión.

Celia comenzó a esquiar con cuatro años ya que subía a esquiar a Formigal con su familia y en ella todo el mundo se calzaba las tablas. Con seis ya competía y con 16 entró en el equipo del Centro de Tecnificación de Jaca, el CETDI. Una vez finalizada su etapa allí pasó a un equipo privado pionero en España, el FAST, y sigue luchando por estar en la elite en un deporte que sobre todo en España es difícil por la falta de apoyos.

“Desde siempre he esquiado, y con el equipo pasamos los inviernos en Dolomitas, que facilita entrenar y viajar a las competiciones, pero cuando terminas tu etapa escolar es un deporte muy caro y hay poco apoyo. Muchos lo dejan pero para mí es un reto. Aguantamos pocos, pero yo sigo luchando”.

Una lucha que se ha forjado a base de contratiempos en forma de lesión. “Me han hecho ser quien soy, deportiva y personalmente. Me ha hecho ser resiliente y fortalecerme. Es ya la tercera, y esta es la más difícil porque me rompí el cruzado y también el menisco. Es una recuperación más lenta y dolorosa, pero estoy en las mejores manos y voy con calma. Cuesta mantener la motivación, pero confío en mi gente”, asegura la deportista.

Antes llegaron lesiones parecidas, de las que se levantó para ser oro en el Mundial Universitario este mismo invierno. “Ha sido mi mejor resultado y lo viví de manera muy emotiva. Venía de una lesión y me dio esa confianza que había perdido. Fue brutal, además representando a España. El bronce en Supergigante fue una sorpresa. En la Combinada sabía que tenía posibilidades y ese oro fue genial, como la guinda”.

Y todo esto compatibilizado con estudios en Farmacia. “Es complicado combinarlo todo y a veces me siento incomprendida. Es un reto más difícil el poder estudiar y competir que cualquier prueba. Debería haber más flexibilidad, más opciones. En todo caso yo tenía claro que iba a estudiar porque ese es mi futuro”.

Y para Celia, San Jorge siempre ha sido especial. “Es en abril, con la temporada acababa, y lo he podido celebrar con la familia y con los amigos en el Cerro. Es para celebrar. Ser aragonesa es superespecial y estoy enamorada de Huesca y de Jaca”.