Balonmano

BALONMANO/ASOBAL

El Bada llega tarde al partido

El Granollers dominó los primeros 35 minutos, pero los oscense amenazaron al final con remontar (28-31)

Adriá Pérez lanza ante Sastre.
Adriá Pérez lanza ante Sastre.
PABLO SEGURA

Bada Huesca ha caído por 28-31 contra el Granollers en un encuentro en el que ha entrado muy tarde y, pese a ello, ha tenido opciones de remontar. Al final, la desventaja de ocho goles del inicio de la segunda mitad fue insalvable, aunque el equipo oscdense se puso a uno cerca del final. Un gran Granollers, mas incisivo durante toda la primera parte y el comienzo de la segunda, ha sido justo vencedor y se pone tercero en la tabla.

Tras un inicio igualado, con ambos equipos con seriedad defensiva y los oscenses buscando a Montoya y sacando réditos de ello, Granollers ponÍa una o dos marchas más en su juego. Se defensa estaba muy compacta y dura y frenaba el ataque algo tímido de los oscenses, pese a los intentos de Tioumentsev de acelerar. Pero era el central rival Valera el que marcaba el tiempo y Granollers, muy afilado y con constante amenaza de su primera línea, encontraba camino a 6 metros o conectaba con el pivote, que sacó varias exclusiones a los defensores. De ese modo, la ventaja catalana se disparó, incrementada por algún contraataque y gol a puerta vacía. Se alcanzó el descanso con 12-17.

El comienzo de la segunda parte empeoraba el panorama. Bada salía fallón y Granollers parecía la caballería corriendo para hacer mucho daño (12-20). Los oscenses mejoraron en defensa, Arguillas paró, salió el contraataque y eso pareció cambiar algo la tendencia (15-20), aunque no era suficiente, pues Bada no aprovechaba todas sus opciones y Granollers sumaba para mantener renta (18-23), pero entraba en el duelo. Y su amenaza empezaba a ser creciente. Granollers empezaba a fallar mñas en ataque, con lanzamientos más forzados y Bada conseguía correr un poco y ganar agresividad en ataque para llevar el duelo a un 21-24.

Aún apretó más el choque, aunque le faltó un pelín de acierto y de suerte, pero el espíritu ya era distinto y el partido entraba abierto en el tramo final, con un 25-27 antes de los últimos cinco minutos. Puso el 26-27, pero Antonio García se la jugó con acierto para su equipo (26-29). Y no hubo tiempo para milagros.