El oscense Jorge Broto vive un año enriquecedor en Ibiza

El portero oscense Jorge Broto vive en Ibiza esta temporada su primera experiencia deportiva fuera del Balonmano Huesca. Y cuenta que está siendo un buen año y una experiencia muy positiva tanto en lo personal como en lo deportivo. Y es que está compatibilizando la práctica deportiva con un trabajo como enfermero, tras acabar el año pasado sus estudios en Huesca.

Explica que el Ibiza comenzó muy fuerte la liga de División de Honor Plata, con cuatro victorias seguidas, pero que después las lesiones sufridas les han obligado a “bajar el ritmo” tanto en entrenamientos como en partidos y se ha notado. Y en los últimos encuentros han sufrido cuatro derrotas y han empatado uno. Pero destaca que están metidos de lleno en la lucha por entrar en el grupo por el ascenso a la Liga Asobal de la segunda fase. Estar allí es el principal objetivo del equipo.

Para ello deben recuperar “el nivel competitivo” del inicio. Broto es optimista y espera que aprovechen tanto los partidos aplazados que tienen por jugar como el hecho de jugar más encuentros en casa para agarrarse a la zona alta de la tabla.

Cuenta que está compartiendo la portería con un compañero más veterano, Juan Gamallo. Broto pone la juventud y es nuevo en la categoría. Ambos se están “alternando” bajo palos, “según sensaciones, ve el entrenador” y también lo acuerdan entre ellos. “Estamos rotando y estoy disputando minutos en todos los partidos”, dice y es algo que agradece.

Comenta que la integración con los compañeros fue muy sencilla, pues hay un buen grupo, pero reconoce que las formas de trabajo varían. “Me costó un poco al principio”, cuenta, porque se trabajaba “a otro ritmo”.

La diferencia con Asobal es “el punto físico y el ritmo”

Dice que en División de Honor Plata la colaboración con la defensa es similar, pero que hay una diferencia física importante. “Por el punto de superioridad física el defensor en Asobal ya ocupa un espacio” y los equipos trabajan todos de forma muy similar, mientras que en División de Honor Plata a la presencia hay que añadirle más coordinación específica de los equipos para tapar los espacios. Cree que la diferencia entre ambas categorías es “el punto físico y el ritmo”.

Y comenta que con el paso del tiempo se ha ido encontrando más cómodo porque “al principio puedes tener dudas de qué quieren los compañeros, el entrenador o a la hora de acordar los cambios con el compañero. Desde octubre estoy más en la dinámica y he ido más hacia arriba”.

El último partido antes de Navidad fue el de Copa del Rey contra el Benidorm, que fue una gran experiencia para el Ibiza por jugar contra un Asobal de alto nivel, pues el club estaba hace un par de años en Primera Nacional. Broto destaca que fue una buena experiencia.

Broto está compatibilizando en Ibiza los entrenamientos, vespertinos, y la competición con un trabajo en Policlínica Nuestra Señora del Rosario, que se adapta a sus horarios.

Está muy contento, pues siempre ha tratado que lo deportivo fuera en paralelo a la preparación de su futuro profesional.

Además, le gusta tener actividad fuera del balonmano, pues lo ve incluso como un modo de tener la mente despejada y no obsesionarse cuando uno tiene un mal día en un partido.

Broto señala que le ha sorprendido Ibiza. Cuando llegó en verano le pareció “una locura”, con mucha gente de distintos países y algo agobiante. Pero, pasado el verano, ha encontrado un lugar tranquilo y con una naturaleza que le encanta y paisajes fantásticos, con las aguas de color turquesa tan típicas de la zona.

Estos días podrá estar en Huesca en las fechas más señaladas, pero el resto estará en Ibiza trabajando en la clínica. Y volverá a los entrenamientos el día 3 de enero, pensando en la recta final de la primera fase.