Fallece Pedro Sanz Turmo, futbolista, atleta y árbitro durante décadas en Huesca

HUESCA.- El polifacético deportista y juez Pedro Sanz Turmo ha fallecido este lunes en Huesca a los 87 años de edad. Natural de Tormos, durante su amplia trayectoria vinculada al deporte en la capital altoaragonesa destacó en diversas facetas. Su labor, humilde y callada pero muy fructífera, fue reconocida en el año 2005 con el Premio a los Valores Humanos que entrega la Asociación de la Prensa Deportiva de Huesca dentro de la Fiesta del Deporte Local Oscense.

En los últimos años Sanz estaba apartado de la primera línea deportiva, pero seguía con atención la actualidad del Huesca, del colectivo arbitral y del atletismo. Casado y con un hijo, el funeral se celebra este martes día 28 a las 16:30 horas en la parroquia de La Encarnación y posteriormente tendrá lugar su entierro en el cementerio de Huesca.

Sanz comenzó su carrera deportiva como jugador de fútbol en equipos como el Frente de Juventudes, Volador, Residencia y Lamusa. Cuando Patricio Funes refundó el Huesca, la actual Sociedad Deportiva, le pidió desde la presidencia que, "como me consideraba una persona seria", según recordaba en una entrevista concedida en 2005 con motivo del premio citado, se hiciese árbitro de fútbol porque así le saldrían más baratos al club azulgrana los recibos arbitrales.

"Me metí por ayudar", recuerda, cuando tenía 27 años, y estuvo una veintena viviendo vicisitudes por todos los campos de fútbol. Después de colgar el silbato siguió vinculado al mundo arbitral como informador y también fue secretario y delegado provincial.

Fue también el primer árbitro de fútbol-sala y con su inseparable amigo Ciprés estuvieron tres años dirigiendo todos los sábados los encuentros de liga, y gratis.

Roberto Dieste "Berti" le animó para que se incorporase al mundo del atletismo. Así que, atendiendo a su petición, se plantó en Monzón con otro de sus íntimos amigos, Fernando Tresaco, para realizar un curso de jueces. Tras esto ha ejercido como juez en multitud de competiciones atléticas de todo tipo, como por ejemplo el Memorial Jesús Luis Alós de Campo a Través.

También fue atleta. En 2005 recordaba que siempre compaginaba estos dos deportes, atletismo y fútbol. Antes de que se pusiera en marcha el Memorial Alós se disputaba el Gran Premio de San Vicente y en una ocasión, recuerda, "gané por la mañana la carrera de veteranos y por la tarde arbitré un Almudévar-Barbastro". Y en uno de los años del Memorial, a las 7 de la mañana estaba colaborando en los preparativos de la organización para poco después correr y terminar segundo de su categoría.

El deporte fue para él "como una religión", le permitió conocer "a grandes personas" y afirmaba haber tenido la suerte "de convivir con excelentes amigos en el colectivo arbitral".