Fútbol

TERCERA DIVISIÓN

Carlos Romero: “El fútbol ha sido para mí media vida”

Con 36 años el jugador del Tamarite se retira con reconocimientos y cariño y habiendo disfrutado “hasta el último día”

Manteado por sus compañeros al final del encuentro contra el Sariñena.
Manteado por sus compañeros al final del encuentro contra el Sariñena.
Esther Rivera

“El fútbol para mí ha sido media vida”, dice Carlos Romero pocos días después de su retirada tras una larga trayectoria deportiva. El jugador, de la localidad leridana de Alfarrás, ha vivido casi toda su carrera en el Alto Aragón y, sobre todo, en Tamarite. Allí llegó a la Escuela Deportiva como juvenil y allí se retira después de una última etapa de ocho años en el equipo.

Pero también ha jugado en el Monzón, el Barbastro, el Binéfar y el Altorricón y dos años en el Balaguer. Y antes de todo ello se formó hasta la categoría cadete en la UE Lleida.

En Tamarite reside, está casado, tiene un hijo y espera una hija para octubre. Ese ha sido el motivo de su retirada, pues señala que hay “etapas” en la vida y ahora toca “dedicarse más a la familia”. Pero valora el irse habiendo “disfrutado hasta el último día” y “estando bien físicamente. Lo dejo yo, no el fútbol a mí”.

Carlos Romero, junto a su hijo, en el homenaje que le rindió el Tamarite en su despedida.
Carlos Romero, junto a su hijo, en el homenaje que le rindió el Tamarite en su despedida.
Esther Rivera

Los últimos días, los previos a la despedida, el último partido y los posteriores han sido emocionantes y, sobre todo, se lleva el “reconocimiento” y el cariño de amigos, compañeros y también rivales en los campos durante muchos años. Ha recibido muchos mensajes y lo agradece. Cree que es “el mayor logro” que se puede conseguir.

El último partido contra el Sariñena fue una gran despedida y le satisfizo el poder irse “ganando y metiendo un gol”. Señala que el homenaje del Tamarite y la compañía de amigos fueron “emotivos”.

Y respecto al gol, cuenta que en el homenaje y en las palabras de despedida que se le dedicaron en el descanso se citaron los goles olímpicos que había metido en su carrera. Y curiosamente unos minutos después, en un córner, Romero consiguió enviar el balón directamente a la red. “Entró por la escuadra del segundo palo”, describe. Hubo años que metió varios goles de ese tipo, aunque reconocía que “es complicado” y esta vez “se dio la casualidad”.

Lamenta que este año haya “faltado acierto de cara al gol” en el Tamarite y se haya bajado y cree que viene bien acabar así con un 3-0 para animar al público. Pero considera que haber conseguido la etapa más larga del Tamarite en Tercera tiene mucho mérito.

Orgulloso de los logros deportivos

Se va “orgulloso” de lo conseguido a nivel deportivo, “con ascensos, también algún descenso”, partidos importantes y una gran experiencia.

Destaca que los ascensos siempre son especiales y se queda con uno que se consiguió con el Tamarite después de descender el año anterior y con el equipo convencido de que había que devolverle a Tercera. También recuerda con mucho cariño la salvación contra el Borja en el minuto 90. Y un ascenso con el Altorricón.

Romero jugó playoffs de ascenso a Segunda B con Monzón, Barbastro y Binéfar. Le queda la espinita de no haber conseguido el salto con el Monzón, cuando lo tuvieron tan cerca en Canarias contra el Raqui San Isidro y se les escapó. Y cita a entrenadores que le llevaron a sus equipos, como Juanjo Lecumberri en el Monzón, Álex Monserrate, con el que estuvo en Monzón y Barbastro o Félix Jiménez, que ya le reclutó para el Altorricón.

Siempre ha compatibilizado el fútbol con estudios o trabajo. “Nunca he tenido dedicación exclusiva y lo he podido compatibilizar, pero tras tantas horas, me consideró profesional. Le he dedicado mucho tiempo”.

Y valora sobre todo los amigos que ha conocido o el haber conocido a su mujer también a raíz del fútbol, algo que queda mucho más allá de todos estos años por los campos aragoneses.