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Javi Nogueras, el “superabuelo”

Camino de cumplir los 44 años, el futbolista oscense jugará en el Sabiñánigo

Javi Nogueras vuelve a jugar al fútbol y lo hará en el Sabiñánigo
Javi Nogueras vuelve a jugar al fútbol y lo hará en el Sabiñánigo
Rafael Gobantes

El próximo mes de diciembre soplará las velas de su 44 cumpleaños y lo hará con el “traje de faena” que más le gusta. El Sabiñánigo le ha recuperado para la causa y Javi Nogueras se ha ganado todas las etiquetas que con cariño se le puedan poner. Desde “incombustible” a “superabuelo”. Si la veteranía es un grado, en el caso de nuestro curtido protagonista habría que hablar de la excelencia a imitar o el ejemplo a seguir.

Su amigo Roberto Fandos, nuevo entrenador del Sabi, no sabía lo que le esperaba cuando llamó a Nogueras hace unas semanas para pedirle unos informes de algunos jugadores. Además de atender su requerimiento, la conversación derivó en estos términos: “Yo también estoy disponible. Este año voy a volver a jugar. Si necesitas un central...”.

Y así, de una forma tan simple, se fraguó la vuelta al campo de batalla. La buena amistad que mantienen técnico y futbolista, que ya coincidieron en Robres, sirvió para la vuelta de Nogueras a la escena competitiva. “Cuando se paralizó todo por la pandemia, no sabía qué iba a hacer y la temporada pasada estuve ayudando a Dani Aso como segundo en el Huesca B. Pero a mí lo que me gusta es ser entrenador desde dentro. Esta temporada que viene las competiciones van a salir y después de un año de pausa me veo fuerte y tenía claro que quería volver a jugar”.

Su fichaje por el Sabiñánigo es como volver a casa. Ya vistió de rojiblanco y coincidió con Fernando Sancho, ahora presidente y entonces segundo entrenador, o con Aarón. “Quieren fortalecer la base y recuperar gente de la zona. Es la tendencia del fútbol actual. Vamos a estar en un grupo que es como una Tercera División, con equipos muy fuertes que han descendido como Fraga, Sariñena, Tamarite... Y muchos jugadores que estaban se han quedado. Va a ser una liga muy competitiva y difícil, pero al mismo tiempo muy bonita y nosotros trataremos de pelear por estar arriba”, afirma Nogueras.

En el Sabiñánigo va a tener que tirar de galones, un papel que tiene muy asumido. “Se trata de intentar transmitir a los compañeros lo que diga el entrenador. Ser su mano derecha dentro del campo y ayudarnos entre todos”.

Se muestra orgulloso de que le digan que es el “abuelo” de la categoría. Hasta hace bien poco Luis Larios o el zufariense Bernier compartían tal honor. Ahora habrá que escudriñar bien las fechas de nacimiento para ver si algún otro futbolista en activo de la Preferente va más allá de la generación del 77 a la que pertenece nuestro joven-veterano protagonista.

“Me siento bien. Muchos me llaman superabuelo. Yo estoy contento de poder ayudar y dar consejos. Mientras físicamente me acompañen las fuerzas, seguiré. La clave para estar así es bien simple. Me cuido y nunca he tenido lesiones importantes musculares ni me he roto un hueso. Y nunca me he arrugado jugando. Al final, si tú respetas al fútbol, el fútbol te respeta a ti. Esa es la clave para poder seguir jugando”.

Javi Nogueras dio sus primeros pasos en el Peñas Oscenses y se incorporó al Huesca cuando ambos clubes compartieron en Liga Nacional el equipo juvenil, entonces Huesca-Peñas. Ausaberri le hizo debutar con el Huesca en la temporada 93-94, en los minutos finales de un partido en Tamarite, con 16 años. En aquella época, su calidad y sus buenas condiciones -entonces como centrocampista- le llevaron a participar en entrenamientos con las selecciones nacionales Sub-15, Sub-16 y Sub-18, jugando también un torneo internacional en Italia.

El salto a la primera plantilla del Huesca llegó -como suele pasar con los canteranos- en tiempos convulsos. Era la temporada 96-97, en Segunda B. Javier Tebas había dejado la presidencia del club a mitad de campaña. Ya habían tenido la oportunidad de estrenarse Sorribas y Flamarique y Nogueras entró en la segunda parte del campeonato. Fueron cuatro años seguidos en el conjunto azulgrana en el que hizo un curso acelerado de todo lo que se puede vivir en el fútbol. Descenso de Segunda B para empezar, salvación en Tercera in extremis la temporada siguiente, acariciar el playoff con una quinta plaza y disputarlo con Vicente Arilla en su cuarto curso, aunque sin poder conseguirlo.

Del Huesca al Binéfar, entonces en Segunda B, y de nuevo regreso al Huesca cuando logró el ascenso, aunque mediada la temporada la revolución que se hizo le llevó al Sariñena. Su trayectoria discurrió por Tárrega, Sabiñánigo (vivió dos etapas, la primera con Ramón Lozano y playoff ante el Sestao y la segunda con Coque Culebras y Dani Aso como jugador), At. Monzón, Binéfar, Barbastro y Robres. Antes, y para completar su etapa de juvenil, estuvo dos años en el División de Honor del Zaragoza. Sin olvidar, porque él también lo tiene presente, que se le ha visto jugar con su padre, Rafa, con el que siempre se han hecho compañía, en la Liga Municipal y en el torneo de fútbol-sala de Huesca. Toda una vida, en fin, digna de elogio y admiración.

Cuando parecía que estaba todo el pescado vendido reapareció en su vida futbolística el Huesca. Tras el ascenso de Segunda a Primera Regional, se integró en el equipo de José Luis Toa, con el que encadenó los ascensos a Preferente y luego a Tercera División. Y en esta última campaña, como segundo entrenador de Dani Aso, el tercer ascenso consecutivo del filial a la nueva Segunda División RFEF.

“Al acabar la temporada le dije a Dani que no podía compatibilizar mi trabajo con los entrenamientos por la mañana, que había estado super a gusto y de maravilla pero que me sentía fuerte y me apetecía volver a jugar. El ascenso a Segunda División lleva una mayor exigencia profesional que no podía atender”.

Reconoce que con tantos años de ejecutoria “he vivido los dos tipos de fútbol” y se inclina más con “el de antes”, el que define como “el fútbol del barro, cuando había pocos balones, pocos petos y no tantas camisetas”. El de ahora “tiene mucha metodología, se graban partidos y entrenamientos, se hace todo más estudiado”. “No digo que esté mal, porque todo evoluciona, pero creo que antes había más libertad”, observa.

Y no se ve sacándose el título de entrenador pero sí colaborando en esta misión. “El año que tuve en el Sariñena a Emilio Larraz me entró el gusanillo porque vi lo bien que planificaba las cosas. Pero no di el paso y ahora no me merece la pena. Sí estoy para echar una mano. En el Huesca B estuve con Dani y también en el División de Honor Infantil con Ponsa. También le ayudaré esta próxima temporada con él en el juvenil C porque ya me dijo Arnedillo que siempre que quisiera tendría las puertas abiertas del Huesca”.

De corazón azulgrana, y de todos los colores de los equipos en los que ha estado, porque siempre se ha sabido ganar el afecto, Javi Nogueras valora el Huesca en el que se formó y en el que ha madurado. “El cambio ha sido brutal. Nadie podía imaginar todo esto, lo que ha cambiado El Alcoraz, los campos de entrenamiento, jugar en Primera y seguir en Segunda... Es impresionante y brutal el trabajo de todos estos años”.