SD Huesca

FÚTBOL - SEGUNDA DIVISIÓN

El que se duerme, la palma

El que se duerme, la palma
El que se duerme, la palma
L.

La reclusión en casa ha tenido pocos efectos virtuosos, pero uno de los más destacados más allá de la relación con los propios es la oportunidad para leer hasta ganar el conocimiento, porque en la literatura nunca se pierde.

La experiencia de los libros, desde el Quijote o El Lazarillo de Tormes, reza que quien se duerme palma la batalla, la partida o cualquier contienda. Hasta la integridad y la dignidad. El ciego se lo demostró al Lazarillo arreándole un garrotazo pedagógico al mozalbete cuando éste le creía en sueños.

Tampoco hay que otorgar una trascendencia trágica al deporte, como a tantas facetas de la vida en la que nos sumergimos, pero la derrota ante el Mirandés refrenda esa verdad universal. Dos siestas de Datkovic, con tono de grosería (en sentido de desacierto y torpeza, no de mala intención) dieron la puntilla al Huesca en una segunda parte para olvidar. Particularmente, no me desagradó la primera mitad planteada por Míchel, que es como el gato escaldado que huye del agua ardiente de los errores que nos han condenado tantos partidos a ir a remolque infructuosamente, casi tanto como los que nos han igualado en finales infaustos. Si Rafa Mir nada más empezar hubiera controlado menos o Eugeni hubiera acertado a bocajarro, quizás hablaríamos distinto.

En la reanudación, el equipo se deshilachó como un harapo. Concedió los primeros minutos la iniciativa y el Mirandés se creció. Bien es cierto que al único portero al que vimos fue a Limones (bien, por cierto). Pero lo de Datkovic es inadmisible. Dos errores consecutivos, el primero inaceptable, y el segundo justo en el peor momento, con resbalón incluido.

El carrusel de cambios desnudó el desconcierto. No se puede acabar jugando con un sólo centrocampista puro, no tiene sentido el debut en el peor momento de Nwakali, ni el ostracismo de Djoukuré o de Cristo. Se perdió Míchel.

El factor campo hoy no sirve. Se ha perdido una oportunidad de oro. Pero aún hay mucho botín.