SD Huesca

COLABORACIÓN

¿Y reducirlos a 80 minutos?

¿Y reducirlos a 80 minutos?
¿Y reducirlos a 80 minutos?
GOFI

Es cierto que, a priori, con todo lo que sufrimos en los comienzos de la temporada, quizás nos hubiéramos conformado con la situación actual. Después, visto el equipazo configurado, ya no. Y, sin embargo, de manera cruel, los varapalos han caído uno tras otro, sobre todo en los minutos finales. Habría que mirar la estadística hasta el minuto 90 y muy probablemente el Huesca estaría primero y distanciado. Pero esto dura lo que dura y, en un ejercicio de reflexión, convendremos que los disgustos llegan por no cerrar los partidos cuando ha habido oportunidad y, sobre todo, por una incapacidad para defender los electrónicos ajustados favorables que quizás pudiéramos convenir que pensar siempre en la fatalidad es ingenuo o ciego. Se visten de azulgrana jugadores que, pese a su veteranía, suben el ritmo de las pulsaciones en la misma cadencia que disminuyen sus prestaciones físicas. Y, claro, entonces sucede lo que sucede.

La Romareda será el testigo de las aspiraciones de los de Míchel. Es lo que tiene no hacer los deberes antes, que te la juegas cuando ya casi no hay capacidad de reacción. Y las sensaciones de este miércoles no fueron las mejores, sobre todo en una primera parte absolutamente plana, sin tensión, en la que el Cádiz llevó el ascua a su sardina porque el empate, para el líder, era gloria bendita, igual que para todos los que están en la puja.

En el segundo tiempo, el gol fue balsámico y ahí vivimos un cierto sosiego. Los de "la tacita de plata" se echaron una siesta y el Huesca no se aprovechó. Sí, al menos, se constató que Mir y Okazaki no sólo son complementarios, sino convenientes en el once.

Una de las inquietudes principales estriba en la falta de chispa de los futbolistas. Con cinco cambios y una plantilla tan amplia, no se conciben los rondos eternos con los que transcurre el tiempo en la inanidad. Especular es para otros predios, pero sobre el verde castiga, sobre todo si no tenemos la suerte de que Rubiales reduzca los partidos a 80 minutos.