SD Huesca

FÚTBOL - ASCENSO A PRIMERA

La vida puede ser maravillosa

La vida puede ser maravillosa
La vida puede ser maravillosa
R.G.

Nada puede borrar el sufrimiento que hemos padecido desde marzo, los que se han ido de una forma tristísima, el dolor, el miedo... Y ahora, cuando acaba el partido en Ponferrada, las lágrimas llevan el sabor agrio de la tragedia y el dulce del ascenso de la Sociedad Deportiva Huesca. Si pudiéramos elegir cambiar lo acaecido, no duden cuál sería la prioridad. Mi oración. Mi abrazo a los familiares.

Pero ahora mismo es día de celebración, responsable pero quizás por ello con mayor alborozo. Hemos padecido lo indecible en el año más complicado del club, el que ha puesto más trabas a toda posibilidad de éxito deportivo. Hemos gozado y nos hemos desesperado. Nos han insultado y hemos soportado las faltas de respeto estoicamente, como es este pueblo de Huesca y del Alto Aragón. Una unidad de destino que se llama Huesca. Pero, al final, cuando abrazas la gloria, emana la felicidad que es el colofón de los desconciertos y de la fe de tantos.

Recordando a Andrés Montes, "porque la vida puede ser maravillosa", me viene a la cabeza el augurio del letrado Fuster-Fabra en un momento complicado: "Subiréis". De Nacho Alastruey cuando las matemáticas eran mi consuelo: "Con tres victorias más, a Primera". De la energía desprendida desde Radio Marca del sobrarbense José Manuel Oliván. A los wasap me llegan felicitaciones de Teruel, de Zaragoza (sí, y no pocas), de Navarra. Y en la remembranza esta tribuna en la que proclamé, en medio de la desesperanza y tras el mayor latrocinio, que ustedes no se hicieran ilusiones. No jueguen a las quinielas conmigo.

Pero, ¿saben? Cada uno tira a sus orígenes, cuando fui por primera vez al Sadar a ver un partido contra el Valladolid, con 7 años, y ya hace de esto 52. Y se intensifican ahora las lágrimas porque voy a ver en Primera a mis dos amores futboleros: Huesca y Osasuna. Por este orden. Tenemos una ciudad para estar orgullosos, Rían y lloren. Sin reblar.

Y la postdata de justicia: Gracias, Michel, por elegirnos en tiempos en que otros hubieran salido corriendo. Y por llevarnos a la gloria.