SD Huesca

FÚTBOL - ASCENSO A PRIMERA

El mejor, el mejor y el mejor

El mejor, el mejor y el mejor
El mejor, el mejor y el mejor
L.

El campeón es el mejor. Cuarenta y dos partidos después, el Huesca se ha alzado con la copa de la Segunda División y suma su trofeo más importante de su historia. De su maravillosa historia, sí, la que nos ha permitido conocer absolutamente todas las vicisitudes y consecuentemente, valorar la modestia y las virtudes del deporte desde la base. No es el nuestro un club aristocrático que viva de viejas glorias, sino la obra de arte que se esculpe poco a poco, como todas las grandes catedrales y los monumentos más apreciados del mundo, para que precisamente esa vocación de eternidad proceda de la comunión entre la mano del escultor y la divina.

Ese conocimiento, esa experiencia de amargas, esas pequeñas hazañas en pueblos hermanos y en ciudades amigas, ha asfaltado un camino que no encuentra límite, porque es la voluntad de toda una capital, de toda una provincia, la que ha alzado hasta lo más alto del podio de la categoría que conduce al encuentro con los dioses del balón de toda España, esos que otrora nos semejaban inalcanzables y, en unas semanas, visitarán el coqueto y flamante Alcoraz y acogerán un equipo amable y detallista.

El Huesca ha sido el mejor. El mejor. El mejor. Y sólo desde la mezquindad se puede discutir. Y desde argumentos falsarios e interesados. Lo ha sido porque ha seguido la máxima de Viktor Frankl: si algo no nos puede ser arrebatada es la libertad de elegir, de adentrarnos en nuestra senda vital y profundizar. Sin mirar los intentos de distracción. Sin atender las frustraciones de los otros aspirantes. Sin dar pábulo alas provocaciones. Con la fuerza de Míchel, otra vez campeón de Segunda División, esa robustez tranquila y magnética. Con un fútbol que, en muchas fases de la temporada, ha sido deslumbrante, y que en el cómputo de todo el año le ha otorgado ese trofeo que este lunes alzó el gran capitán Pulido como la última joya entregada a la afición. Porque los oscenses, los altoaragoneses, son pura orfebrería humana. Gloria.