SD Huesca

FÚTBOL - PRIMERA DIVISIÓN

La Justicia de Almudévar

La Justicia de Almudévar
La Justicia de Almudévar
Gofi

Mató el herrero a un hombre y fue condenado a la horca. Los lugareños se juntaron y acudieron al alcalde a solicitar clemencia porque no había otro oficiante capaz de hacer los aperos de labranza y las herraduras, a lo que el edil les inquirió: ¿Cómo no he de dejar de hacer justicia Sus interlocutores le aportaron la solución: tenemos dos tejedores de paños y, para pueblo tan pequeño, no es necesario sino uno. La leyenda, atribuida a la villa de Almudévar, llamó la atención de Braulio Foz, que plasmó magistralmente en la Vida de Pedro Saputo.

La gestualidad de Alberola Rojas, árbitro del Huesca-Villarreal, delató un estilo de arbitraje inspirado en la Justicia de Almudévar, cuando cogió a alguien que pasaba por ahí, en este caso Javier Ontiveros, y le señaló tarjeta amarilla. Ante su incredulidad, explicitó con movimientos que se estaban produciendo demasiadas infracciones -de él debía ser la primera y muy poco rotunda- y por eso era el pagano. Sería una determinación simplemente esperpéntica de no ser porque a cada acción le sigue su consecuencia y, por tanto, quien imparte cualquier tipo de arbitraje ha de asumir una responsabilidad. Ontiveros no podrá jugar un fatídico choque como es el de Valladolid.

El Huesca se queja poco de los colegiados, a pesar de que se ha visto gravemente perjudicado en algunos partidos. Pero hace bien. Tiene que centrarse en mejorar. Mirarse dentro para arreglar sus propios asuntos. Pacheta no deja a nadie indiferente, es su manera de ser, fiel a sus convicciones hasta el final. Nos sorprendió con la repetición de la titularidad de Escriche, que yo sinceramente discuto, y apostó por pertrecharse con abundante abrigo atrás nuevamente con cinco en la retaguardia y esa combinación que se mostró eficaz en el centro del campo entre la visión de Seoane y el músculo de Doumbia. Arriba, Okazaki, rodeado de los tentáculos de los defensas.

Aunque, sumergidos en las urgencias nos parezca poco, el punto tiene su utilidad. Ante un rival tan poderoso, es una dosis vigorizante. Pero hay que confirmarla con una "trivalente" ante el Valladolid. Y para eso hay que tirar a puerta.