SD Huesca

COLABORACIÓN

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El Huesca, un equipo cada día más impregnado de los valores que Pacheta se esmera en inculcar

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Reconozco que me cuesta mucho vencer la tentación de echar la vista atrás y comparar la presente campaña con lo sucedido dos años atrás. Sin duda apetece, y más si te gustan los números, pero la tozuda realidad es que tratar de hacer analogías entre ambas temporadas es como intentar comparar un huevo con una castaña.

En primer lugar porque, estadísticamente hablando, el fútbol es como un dado. Nada importa el pasado y cada partido es un suceso independiente para el que -ciñéndonos a las teorías probabilísticas- sólo importa el presente.

Tampoco tienen nada que ver las condiciones de contorno. Amén de las particulares condiciones que está imponiendo la pandemia, ni la plantilla es la misma ni la disposición del calendario -factor especialmente relevante- presenta similitud alguna.

Creo que es momento de enfocarnos en el presente. Ya que no podemos ir a vociferar al Alcoraz (madre mía, qué ganas de gritar un gol en condiciones...) reunámonos todos en el "aquí y ahora". Centrémonos en cada partido sintiendo -y argumentos tenemos para ello- la opción de sacarlo adelante. Evitemos dispersar nuestras energías en el pasado y mandemos a paseo esa cómoda actitud del que vaticina lo peor para luego poder decir ese tan inútil como irritante "Se veía venir".

Hoy es el Granada y sus circunstancias. Las nuestras son las de un equipo cada día más impregnado de los valores que Pacheta se esmera en inculcar a quienquiera se le ponga delante. El burgalés, cuya trayectoria en el mundo del balompié debería ser difundida como asignatura troncal en cualquier escuela de deporte base que se precie, irradia energía y convicción en las posibilidades del equipo. Poco o nada perdemos sumándonos a su causa, confirmándonos "presentes en el presente" y poniendo el foco en el partido de hoy.

Lo decía al inicio: centrarse en el ahora no es sencillo pero tengamos claro que es el camino para cambiar los estériles "Ya lo decía yo" de los agoreros de guardia por frases mucho más divertidas del estilo de "¡¿Quién nos lo iba a decir?!". Chino chano y sin reblar, amigos. Hoy a por el Granada. Mañana, Dios dirá.