SD Huesca

FUTBOL/PRIMERA DIVISIÓN

"Nos lo estamos empezando a creer y eso nos hace peligrosos"

José Rojo "Pacheta" asegura en una entrevista exclusiva con DIARIO DEL ALTOARAGÓN que su plantilla "huele a emoción, cada día huele mejor, a positivo"

Pacheta, entrenador de la SD Huesca, en el Alcoraz / 23-02-2021 / Foto Rafael Gobantes[[[DDA FOTOGRAFOS]]]
Pacheta, entrenador de la SD Huesca, en el Alcoraz
Rafael Gobantes

"Un equipo honesto. Así ascendimos a primera" es la sensación editorial en Huesca. Escrito “a cuatro manos” por José Rojo "Pacheta", a la sazón entrenador azulgrana, y el experto en Liderazgo y Coaching Juan Carlos Cubeiro, expresa la vida del inquilino del banquillo de El Alcoraz. "Suficientes argumentos como para que la gente que lo lea con profundidad aprecie que es suficientemente bueno". En una entrevista concedida a DIARIO DEL ALTOARAGÓN, confía en que pueda aportar cosas para que la gente pueda perseguir sueños. Reconoce Pacheta que se ha desnudado, que se ha abierto.

Su transparencia es la virtud que aprecian sus audiencias no sólo en las comparecencias de prensa, sino también en másters donde su ponencia es la más valorada. "Con imágenes de entrenamiento y de partidos les contaba cómo detecto, trabajo y soluciono un error. Los entrenadores no enseñamos cómo trabajamos. Yo sí. El que quiera, que copie y lo mejore. Ahora cerramos los entrenamientos por la covid, pero yo los hago abiertos la gran mayoría. De cien, cierro cinco porque necesito la sorpresa de ese domingo". Es hombre de roce, líder con los cinco sentidos, un autodidacta doctorado en la universidad de la vida. La que ha llevado a este maestro de Formación Profesional de Carpintería como jugador por equipos de media España y como entrenador por nuestro país, Polonia y Tailandia. Un aprendizaje que explica no sólo su nombradía, sino sobre todo una reputación ganada a pulso. Sin regalos. Un sabio sin remilgos ni pretenciosidad. José Rojo "Pacheta", el general de los héroes llamados a escribir una página épica en el Huesca.

Para esta entrevista, ¿tenemos suerte por la victoria del domingo? Asegura usted que en la derrota es inaguantable.

No soy capaz de manejar la derrota. Me cuesta mucho. Parece mentira que lleve 30 años viviendo del fútbol. Y, además, soy insoportable. No hablo con mi mujer ni con nadie, ni con mis hijos. Necesito mi tiempo de duelo, de ver el partido y analizar dónde hemos fallado. Y, cuando encuentro los errores, por qué hemos perdido y hallo la solución para trabajar eso, vuelvo otra vez con el ánimo disparado.

¿Podemos decir que Pacheta llegó a Huesca con un petate cargado de Honestidad como primera premisa y, como segunda, con aquella famosa expresión de "que se preparen, que nos esperen"?

Sí, se le da mucha importancia a esas frases. Intento no ser nunca osado. El mensaje tiene que ser realista, por cómo soy yo: positivo, que tú captes y todo el mundo vea. Si tengo partido, tengo que contarte cosas que tú hayas visto y tengamos las mismas sensaciones. Intento trabajar desde la honestidad en todo en mi vida. Lo de que nos esperen sí que reta, pero siempre estoy convencido de que mi equipo va a competir. Siempre ofrezco honestidad y que la gente que vaya a ver a mi equipo, en este caso a la Sociedad Deportiva Huesca, se sienta orgulloso, y, si ganamos, estarán contentos. Eso lo conseguí en Elche. Nosotros salimos aplaudidos muchos días sin ganar. Perdiendo o empatando, que te aplaudan es porque no pueden reclamarte nada, porque te has dejado el alma. Y, cuando soy capaz de correr por el de al lado, por su familia, por sus sentimientos, seremos un bloque muy potente. Estamos en ese camino.

Pacheta, entrenador de la SD Huesca, en el Alcoraz / 23-02-2021 / Foto Rafael Gobantes[[[DDA FOTOGRAFOS]]]
Pacheta, entrenador de la SD Huesca, en el Alcoraz
Rafael Gobantes

Para un estratega, llegar a mitad de temporada dificulta tener un plan. ¿Se hizo rápidamente con ideas claras?

Intento llegar ya con mucha información, hablar con mucha gente. Es la quinta vez que venimos a un proyecto ya iniciado. He iniciado tres y en cuatro mi llegada ha sido ya con el proyecto avanzado. Ha funcionado bien en todos los sitios. Llegamos con mucha información y luego la filtramos, tienes que estar muy atento y pendiente de todos los detalles sobre todo esos primeros días. Se dan circunstancias muy parecidas en todos los sitios: la pesadumbre, la falta de energía positiva, todo se vuelve gris, incluso la ciudad. ¿Cómo se quita eso? Primero con el césped. Al jugador se le aclara todo: a qué nos vamos a enfrentar, qué hay y qué no, cuantas más variables le dé más fácil es que tome la decisión acertada. Si tienes diez variables en la cabeza es mejor que tener tres, puedes elegir mejor.

De ahí arrancamos y lo que hay que convencer es de "que se puede, ¡joder!", porque si yo vengo aquí es porque creo en el proyecto. Si no, no voy a venir, porque me estaré equivocando. Todo arranca desde el convencimiento. Yo sé que el entrenador somos la punta de lanza del proyecto. Esa responsabilidad, para bien o mal, me toca. Sabes la importancia que puedes tener. Yo no me meto, cuando echan a un entrenador, en eso que se dice de que es más fácil echar al entrenador que a 25. No, somos el responsable, soy el responsable de lo que salga en el campo. Y, si esto no va bien, me tienen que echar a mí. Pues claro, ¿a quién van a echar? Esto es una orquesta y el director tiene que dirigirla. Y, si suena mal, tienen que cambiar de director. Si sigue sonando mal después de cinco directores, habrá que buscar otras cosas. Esa orquesta sonaba bien, y luego mal, y luego otra vez bien. Ese es nuestro trabajo. Somos la punta de lanza y tenemos que convivir con ello.

¿Es cierto que lo primero que hizo fue un análisis y gestión de los errores?

Es importante detectar los defectos, los errores y las virtudes. Cuanto antes lo hagas, antes vas a ser capaz de solucionarlos. Si no los ves, no los vas a solucionar. Pero no solo en el equipo, en la entidad, en el propio jugador. Para mí hay una obsesión: hacer mejor al jugador. Si yo le hago mejor y le ayudo a ganar, va a creer en mí. Si no le ayudo a ganar, no va a creer. Si no me desgasto en el jugador individualmente o en su aprendizaje, no me va a querer, no me va a respetar, no me va a amar. Intentamos que todos sean mejores. El que no lo sea será un fracaso.

En "Un equipo honesto", dice que el destino es el camino y el grupo de jugadores del Elche fue irrepetible. ¿Aspira a inocular esa virtud proverbial en Huesca?

Cuando tú quieres ganar, lo importante es el camino, el entrenamiento, el comer bien, descansar bien, estar bien psicológicamente, anímicamente. Estar bien. Ese es el camino que te acerca a la victoria. No porque pienses más en ganar, vas a ganar. Tienes que concentrarte en el camino, en ese día a día. Digo que aquel equipo, el Elche, es irrepetible primero porque jamás se van a volver a juntar los mismos y porque pasamos muchas historias juntos. Muchas porque hubo momentos difíciles por la pandemia, sin saber si vas a jugar o no, si estás en playoff o no… Era terrible aquello. Pero jugamos cinco eliminatorias de playoff y hemos ganado las cinco. Algo bien hemos hecho. Es irrepetible porque no se va a producir, por los jugadores que son y por las circunstancias que han rodeado. Es muy complicado que se vuelvan a producir.

Pacheta, entrenador de la SD Huesca, en el Alcoraz / 23-02-2021 / Foto Rafael Gobantes[[[DDA FOTOGRAFOS]]]
Pacheta, entrenador de la SD Huesca, en el Alcoraz
Rafael Gobantes

Entre los cinco sentidos con los que se aplica a cada proyecto, defiende que usted sobre todo identifica a los jugadores porque los huele. ¿A qué le huele la plantilla del Huesca?

Huele a emoción. Cada día huele mejor. A positivo. Eso de oler al jugador es como oler al rival. Me gusta que mi gente vaya a ver al rival en directo, porque el montón de detalles que no se aprecian en la televisión… Si voy a jugar a Eibar o vengo a jugar a Huesca, ¿cómo sé si hace aire o no? ¿Cómo sé si, cuando un jugador sale a calentar, levanta al público o no? ¿Cómo está el campo de fútbol? En la tele parece una cosa y es otra. Si vas al campo sabes si hace aire o no. ¿Que funciona cuando aprieta el público, para dónde va mejor el equipo, si ataca más al de la derecha o de la izquierda? Una vez detectamos en un campo que, de 30 goles a favor, habían metido 28 en la misma portería. ¡Qué jodido lo tienes cuando estás en esa portería! Hay que ir a ver el fútbol en directo. Estoy siempre en todas las tareas. Hay tareas que tenemos programadas para 15 minutos y se paran a los 8, porque no me gustan. No me gustan las sensaciones. La gente de mi cuerpo técnico me dice que siga con esas sensaciones, porque generalmente suelo acertar. Evito lesiones… Me tengo que dejar guiar por lo que me dice el corazón, que a veces es difícil de plasmar en un documento.

Trabajo, convencimiento, generosidad y consistencia. Las cuatro patas de sus exdiscípulos. ¿Los del Huesca están en el buen camino?

Lo tenían y lo tenemos. Creo que lo han demostrado. Tengo que agradecer a Míchel el trabajo que ha hecho aquí. Me lo ha dejado fácil, porque había muchas cosas hechas. Por eso decidimos venir, porque creíamos que había muchas cosas para aprovecharlas. Y esas cosas les he dicho a los jugadores que tenemos y tenemos que sacarlas, ciertas virtudes que tenemos y que, por unos motivos u otros, no están aflorando. Ese es mi trabajo. Que el jugador aflore lo que yo creo que lleva a ganar, lo que me acerca a la victoria. Eso tengo que provocarlo. Hay muchas maneras y trato de provocarlos desde la honestidad, el sentido común y la normalidad que yo creo. Dentro de mis decisiones, hago daño porque sólo juegan once y los otros no. Nunca lo haré queriendo hacer daño. Es mejor decir que tú un camino y yo otro. No quiero ni busco conflictos en mi vida. Aparecen, ¡cuidado!, pero no los busco. Hay una cosa importante que expresamos en el libro. Esto me lo ha enseñado la soledad. Cuando tú has estado solo y actúas de manera honesta, a la vuelta de veinte años cualquier situación que te expongan vas a saber cómo funcionó y cómo lo solucionaste, porque actúas sobre los datos y las sensaciones que tienes para tomar la decisión. Nunca podrás mentir sobre lo que hiciste o no. Con las mismas circunstancias, tomar esta decisión es honesto. Si hace daño a alguien, el problema es suyo. Este es el camino para poder sacar todo lo mejor de cada ser humano. Que te vea a ti convencido de lo que haces y que no vas a hacer daño.

Pacheta, entrenador de la SD Huesca, en el Alcoraz / 23-02-2021 / Foto Rafael Gobantes
Pacheta, entrenador de la SD Huesca, en el Alcoraz
Rafael Gobantes

Por cierto, una curiosidad: ¿su teoría de que las personalidades se corresponden con los puestos en el campo se ratifica en el Huesca?

Es un tema curioso, pero no tengas ninguna duda. Se ratifica en todos los sitios. Hay unos ítems que se repiten por posiciones. Hombre, esto no es una ciencia exacta, pero hay un porcentaje muy alto de cómo es la persona y el puesto en el que juega. El portero juega con las manos, se tira al suelo, entrena solo… El 9 es anárquico, son los del gol. Y tanto unos como otros son determinantes. Los 9 y los porteros, con personalidades distintas pero en algunas cosas similares. Los mediocentros y los centrales son gente armada. Les ves a la mayoría muy pausados y ordenados en un porcentaje muy alto. Los extremos tienen unas características, los laterales otras… Pero se repiten, se repiten.

Se define como optimista, apasionado y convencido de que lo mejor está por llegar. ¿Ya fluye esa energía a la que contribuyen tantas peripecias en Tailandia, Polonia, media España, con equipos que no le han pagado, la soledad…?

No eres el mismo con veinte años que con treinta, cuarenta o cincuenta. Pero todo en mi vida ha salido pasional. Salí pronto de casa, me casé muy pronto, todas las decisiones las he ido tomando por el corazón, por pasión. Casi todo en mi vida. Y las experiencias que vas teniendo en la vida son las que te van marcando. A mí me ha marcado de manera brutal hace dos años cuando han muerto mi hermana y mi madre el mismo año. Te generan otras sensaciones, cambian muchos valores… Parece que tenemos que tener una desgracia o algo gordo para que espabilemos. Es difícil que espabilemos en todo lo positivo. Pero no tengas ninguna duda de que las experiencias ayudan. Estar en Tailandia me ha hecho mucho mejor entrenador, mucho mejor a la hora de la interpretación de muchas situaciones. Invitaría a que todos los que puedan salgan a entrenar fuera. Yo en Polonia manejé 14 nacionalidades distintas y con características complejas. Ucrania salta la guerra y tenía jugadores proucraniano y prorruso, pero con diálogo todo se intenta arreglar. Esas experiencias de irte fuera, con idiomas que no conoces, climas totalmente distintos, conducción totalmente distinta, alimentación… Yo no hablaba ni tailandés ni polaco, países que no son anglohablantes. Mi inglés es pobre pero me sirve para entrenar y vivir. Entre el inglés que no aprendí y el español que se te olvida, imagínate.

Afirma que el balón es oro, que hay que quererlo, amarlo. En el análisis de los cuatro momentos (cuando tiene el balón, cuando lo pierde, cuando no lo tiene y cuando lo recupera), ¿cuál ha de ser la proporción de cada uno en el Huesca?

El balón es mío, esa es la primera regla. Y yo me organizo para quitárselo al rival. Y cuando lo pierdo intento recuperarlo lo más rápido posible. Si no lo puedo recuperar lo más rápido posible, me tengo que organizar para quitárselo cuando puedo. El balón es oro. No se puede perder. Dices, claro, luego quieres verticalidad. Por supuesto, y entiendo el error. Lo que no entiendo es el error grotesco. No puede suceder. Tú te puedes caer, claro que sí, pero no puedo tirar un caño en mi área, ¿o no? Y puedo tirarlo porque me ha parecido y sale, pero no porque yo lo provoque, porque tienes mucho riesgo. Desde el balón es mío, yo manejo los cuatro momentos. No hay más en el fútbol: cuando la tengo y la muevo, cuando la pierdo, ¿qué pasa en ese momento?, que el rival va a buscar la transición rápida porque te pilla abierto; cuando la tiene el rival y está organizado, ¿qué tengo que hacer para quitarle el balón? Y, cuando lo pierde, ¿qué hago en ese momento de superación? Dependiendo de lo que haga el rival, hago yo. Si me aprieta muy deprisa, tengo que hilar más rápido. Si me va a dejar porque lo que hace es replegar, intentaré que no le dé tiempo. Esto depende del rival, pero todo arranca porque el balón es mío.

Pacheta, entrenador de la SD Huesca, en el Alcoraz / 23-02-2021 / Foto Rafael Gobantes[[[DDA FOTOGRAFOS]]]
Pacheta, entrenador de la SD Huesca.
Rafael Gobantes

¿Cómo está funcionando en Huesca ese reparto de roles del equipo técnico que se trajo de Elche?

Aquí me he encontrado cinco chicos dentro del cuerpo técnico, más los tres que hemos venido, somos ocho, fantásticos. Tenemos también un ayudante de porteros y ahora incorporaremos un segundo preparador físico. El cuerpo técnico es muy amplio. Necesitamos mucha gente, manejamos muchos datos, manejamos mucho el trabajo del jugador, sus esfuerzos, para no equivocarte. Necesita muchas horas de trabajo, mucho control y, para controlar 25 personas, son 25 GPS, 25 informaciones, trabajos muy personalizados porque cada uno tiene un problema, de la espalda, de la rodilla, hay un trabajo grupal e individualizado. Analiza el rival, a tu propio equipo, el entrenamiento. Todo esto lleva mucho trabajo. Los que hemos traído de Elche nos hemos adaptado muy bien. Es muy fácil adaptarse al Huesca, porque la gente dentro del club, con Petón, Manolo, Josete, Rubén… es una maravilla trabajar aquí. Es la leche trabajar aquí. Buenas instalaciones, buen campo de fútbol precioso… Una entidad con un futuro prometedor, que la gran ventaja es que saben lo que somos todos. Y veo ahora ilusión.

En esa pizarra con las tres filas de "bien, mal y a trabajar" que comparte con sus colaboradores, ¿qué predomina en este inicio en el Huesca?

Cada vez que hay un partido, lo he hecho público y espero que nadie se enfade, siempre hago una reunión entre todos para ver qué hemos hecho bien en un partido, qué hemos hecho mal y qué hay que trabajar. Suele ir unido lo que hemos hecho mal con trabajar. Son cosas que hacemos que nos vienen bien para tenerlo ahí durante toda la semana. Lo vemos, te martillea y te genera que las tareas que hay que montar, como está escrito eso en la misma pizarra, me tocan las pelotas y me hacen ser más reflexivo. Son detalles que nos hacen mejor.

Conocimientos y habilidades suman, la actitud multiplica. ¿Va aunando ya la actitud y la aptitud de los jugadores del Huesca?

Así es. Yo espero estar consiguiéndolo, porque tengo esa ilusión y esa motivación. Que haya una comunión de ese tipo y sacar lo máximo del jugador. La aptitud se te presupone, porque si no no estarías aquí, pero la diferencia va a estar en la actitud. De momento estás en un equipo de Primera División porque eres apto, pero la clave está en que pongas las aptitudes al servicio de todos. En el fútbol, si quieres jugar lo primero que tienes que hacer es lo que dice el entrenador. En tu trabajo, si quieres mantenerlo, has de hacer lo que dice el jefe. Espero estar consiguiéndolo, creo que estamos en el camino, estoy ilusionado y respiro ilusión. Empiezo a oler a los jugadores, al club, a la gente cuando paseo… Nos lo estamos empezando a creer y eso nos hace peligrosos. Pero no voy a dejar para nada que se relaje nadie, tenemos que seguir con el cuchillo entre los dientes. Es importante que todo el mundo crea.

¿La ecuación datos+datos+intuición es imparable?

Los entrenadores, al final, en la comparativa con los médicos, tienen que diagnosticar, y las pruebas radiológicas y demás confirmar el diagnóstico. Eso es como trabaja el médico. Si no, no lo necesitaríamos. Si sólo nos basáramos en las pruebas, no harían falta. La prueba nos diría si tenemos una rotura fibrilar de tres centímetros… Pero resulta que, después, esa rotura de fibras está en un músculo que no afecta a correr ni jugar a fútbol… y puedo jugar. Los datos tienen que confirmar el diagnóstico, que es lo más importante. ¿Qué es lo más importante en el fútbol? La sensación de los jugadores. Y los datos tienen que corroborar lo que yo creo. Si este jugador no le he visto en este partido igual de fino que en el anterior compararé sus datos. Si me confirman que es así, he hecho un buen diagnóstico. Si me saltan por el aire, diré que soy un tontolaba. Los datos son muy importantes. ¿Los valoro? Sí. ¿Son importantes para la toma de decisiones? Depende. Para jugar o no jugar, no son determinantes. Sí acompañan.

Pacheta, entrenador de la SD Huesca, en el Alcoraz / 23-02-2021 / Foto Rafael Gobantes[[[DDA FOTOGRAFOS]]]
Pacheta y el banquillo en el que se sienta... poco.
Rafael Gobantes

Cuando habla de la autoridad moral de que la palabra convence pero el ejemplo arrastra, asegura que es cruel consigo mismo. Suponemos que en Huesca no ha tenido tiempo para la autoculpabilización.

Sí he tenido tiempo. Fíjate hasta donde llega la autoexigencia que te pones que llevo treinta años prácticamente viviendo del fútbol. Tengo 52 y con 23 empecé a vivir de esto y no he llegado nunca tarde a un entrenamiento. Jamás. Eso que parece que es la leche, en el día a día, supone el que siempre estás preocupado por la hora. No eres un tío que te vas a relajar. Es bueno a veces hasta llegar tarde y ser un tipo más feliz. Es un ejemplo. No me permito saber que tengo trabajo por hacer y estar tomándome una cerveza. Estoy aprendiendo a que soy mucho mejor entrenador y tomo mejores decisiones cuando tengo una vida social o deportiva o personal más viva y amplia. Me va mejor, pero me toca seguir aprendiendo y todavía no domino hacer eso. Poco a poco.

¿Siente que ya ejerce el Liderazgo Moral aquí y motiva, en el sentido de poner un motor a todos?

Intento ejercer ese liderazgo y al final voy consiguiendo metas y objetivos. Sé que soy la punta de lanza en muchas de las cosas, pero intento afrontarlo desde la normalidad, la coherencia, estar con mi gente. Soy un tipo más que ha venido a trabajar y, por mi puesto de trabajo, me toca esto, pero no me siento en ese estatus. Me gusta ir a comprar a Mercadona y pasear y hacer todo. Ese liderazgo moral es el que intento hacer con el ejemplo.

Ha reunido ya a las parejas de los futbolistas del Huesca para explicarles su importancia en aspectos trascendentales como el descanso o la alimentación. ¿Cómo fue?

Ha sido muy bien porque además ahora se dan unas circunstancias que no se daban en todos los clubes en los que lo he hecho, casi todos de España y Polonia. Sólo me faltó Tailandia, porque allí todas las mujeres iban a recoger a los maridos, con los niños, jugando al lado del campo de fútbol… No era necesario. En los demás sitios, sí. Es muy interesante. Son las protagonistas de esto, son clave en el proyecto. Se le ha dado mucha importancia porque lo hemos puesto en el libro, y casi, casi, fui pidiendo permiso a toda la gente por si podía hacerlo público. Son historias que me gustan porque, al final, salen de ahí cenas, comidas, relaciones personales, que cuando vienen a ver el fútbol se conocen entre ellas… Ahora no vienen, no se conocen entre las mujeres… No pueden venir a ver el fútbol, no hay momentos para conocerse. Las juntamos aquí, pidiendo permiso para hacerlo de manera legal y fue muy enriquecedor.

Cuando se desatan las pasiones, ¿es fundamental el control de las expectativas?

Tenemos que ganar todos los días, y eso genera un estrés que debemos controlar. La ira es la mejor virtud del ser humano siempre que sea controlada. Si se descontrola es terrible. Que me rebele ante la injusticia o lo que yo vea como tal, ante un accidente en un partido o dos seguidos como en el último (recibimos un gol y fallamos un penalti), el jugador se rebela y controla esa ira. Eso es maravilloso. Cuesta mucho conseguirlo, va dentro del ADN del jugador.

Asegura que le falta que los jugadores le pidan por encima de sus posibilidades para confluir y asumir los retos juntos. ¿Cree que en el Huesca está más cerca de ese nivel de autoexigencia?

Este es un equipo de muy buenos jugadores, muy buenos futbolistas. Mi obligación es hacerles mejores. Cuanto mejor los tienes, más te exigen. Estoy muy contento en ese aspecto. No hay otra manera de crecer. O creces porque te exige tu jugador o creces en una conversación con otro técnico al que respetes. Hay muchos momentos para poder crecer.

En el libro habla de que usted gestiona la relación con las aficiones. ¿Qué huele de Huesca, en un fútbol sin público y en una situación generalizada de cierta depresión? ¿Cómo nota el aliento?

Me falta la temperatura con la afición porque te la da el estadio. Sé que mi mensaje tiene que llegarles. Tienen que sentirse orgullosos del equipo. En Elche, conseguimos eso y venía la gente al estadio y se iba aplaudiendo sin ganar. Eso lo ponía mucho en valor cuando les decía a los jugadores: habéis conseguido que sin ganar, en Elche, que es una entidad con una trayectoria detrás, que han visto buen fútbol, muchas cosas, os aplaudan. Tiene un mérito que ojalá lo pueda repetir en otros sitios. Eso es que hemos conseguido todos dejar el alma en el campo. Y eso la gente lo percibe. Percibe el esfuerzo. Esforzaros, que no nos reclamemos nada cuando lleguemos a casa. No os guardéis nada. ¿Por qué te vas a guardar algo?

Pacheta, entrenador de la SD Huesca, en el Alcoraz
Pacheta, entrenador de la SD Huesca
Rafael Gobantes

Liderar al líder. Estima que el míster ha de cuidar la relación con la directiva. ¿Cómo ha conectado con la del Huesca?

Es un cómputo de todo. A mí me gusta que los que mandan estén muy cerca. Eso lo aprendí en Tailandia. Cuanto más cerca esté el que manda, es mejor para ti. Mucho mejor, porque el que le envenena soy yo. Si no, el que se toma el café con él por la mañana tiene más fuerza que yo, y no es entrenador y no tiene ni puñetera idea. Me ha sucedido. Quiero que estén cerca de mí y, cuanto más, mejor va todo y mejor estoy yo. Es también un tema egoísta. Que me cuenten todo lo que hay y tratar todo lo que les preocupe. Hay que escuchar con mucha atención a la gente que manda, no oírles. Es lo que les preocupa, y eso puedes arreglarlo, suavizarlo o por lo menos darle las razones para que baje su preocupación y para que haya una solución. Así seré mucho mejor para él.

El aprendizaje permite profundizar en el talento, que es esa chispa diferencial. ¿En qué nivel de talento está?

Muy, muy bajo. Creo que sé poco y, cuanto más leo, menos sé. No soy capaz de tener la sensación de que estudiando soy un fenómeno. Cada vez menos. Cada vez se me abren más posibilidades y tengo dudas. Creo que ese es el camino del crecimiento: tener la sensación de que, por más que lo intentas, más tienes que aprender. Creo que cada vez aciertas más en las decisiones y quiere decir que sabes más, pero la sensación es la que digo.

¿Qué le hace perder el sueño?

Suelo dormir bien. Gracias a Dios, ahora no tengo en mi vida problemas que me rodeen. Cuando tienes desgracias familiares, sí me alborotan el sueño. Pero también a veces me alborotan los partidos. Como tengo a la familia bien, está todo el foco puesto en el fútbol.